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Liliana Llambés

Nuevas misericordias

December 28, 2022 By lifewaymujeres Leave a Comment

Por Lily Llambés 

Cada última semana del año generalmente nos encontramos haciendo una evaluación de lo que vivimos. Muchas veces han sido años de deseos cumplidos, sufrimientos, esperas y decisiones que en ocasiones no han sido conforme a la voluntad de Dios. Cambios de país, de casa, de trabajo, de ministerio, de perdida de seres amados y un sin fin de cosas más. Sin embargo, al terminar el año debemos hacernos la pregunta, ¿hemos crecido en meditar la Palabra, en oración y en vidas en santificación progresiva que glorifiquen al Señor? Ya que es así como realmente podemos vivir con esperanza cada momento de nuestras vidas. ¿Hemos vivido en sumisión al Señor, como dice Su palabra?  

No pierdas el tiempo discutiendo sobre ideas mundanas y cuentos de viejas. En lugar de eso, entrénate para la sumisión a Dios. «El entrenamiento físico es bueno, pero entrenarse en la sumisión a Dios es mucho mejor, porque promete beneficios en esta vida y en la vida que viene» (1 Tim. 4:7-8, NTV). 

Las misericordias del Señor son nuevas cada mañana y es lo hermoso de nuestro gran Dios, que a pesar de como el año haya terminado, Él nos sostiene de Su mano. Vivimos esperanzadas en nuevas oportunidades, porque tenemos la certeza de que el Espíritu de Dios que mora en nosotros no nos dejará como estamos. Aun cuando no sabemos ni como orar, Él si sabe y nos da de Su ayuda. 

De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Y Aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque Él intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios (Rom. 8:26-27, NBLA). 

Quizás podemos hacer muchos compromisos de cambios en nuestras vidas, pero lo que realmente es importante, es que cada día recordemos la gracia del evangelio, eso de por sí ya nos recuerda la esperanza con que debemos vivir. Así que nuestra transformación se va dando en el día a día, únicamente por la gracia de nuestro Señor, ya que nada bueno viene de nosotros. Muchas veces nos enfocamos en los grandes acontecimientos, pero no debe ser así, debemos vivir los pequeños momentos, porque son ellos que van moldeando nuestro carácter. Debemos vivirlos firmes en el fundamento de la Palabra y la guía del Espíritu Santo. 

«Tú eres mi refugio y mi escudo; tu palabra es la fuente de mi esperanza» (Sal. 119:114, NTV). 

Una de las mejores decisiones que podemos tomar para este nuevo año es no querer cambiar nuestras circunstancias, ni a las personas que nos rodean, sino crecer en santidad, viviendo vidas que apunten a la glorificación del Señor. Para eso, nos toca ser intencionales de manera que nuestra prioridad sea la meditación de la Palabra día a día, la oración y que nuestras vidas reflejen la verdad del evangelio de Jesucristo en nuestras vidas. 

Descansemos con plena seguridad que nuestro Dios es un Dios de gracia que nos conoce perfectamente. Él sabe lo que necesitamos y en qué áreas de nuestra vida necesitamos un cambio. Él nos llevara por ese camino si nuestra voluntad está sometida a la de Él. 

Recordemos que Él es un Dios de gracia y de esperanza y que el aquí y ahora están preparándonos para llegar a nuestra verdadera ciudadanía por la eternidad. Recordemos, cuando nos visite alguna prueba en este año:  

«Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas» (2 Cor. 4:17-18, LBLA). 

«Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza; y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado» (Rom. 5:3-5, LBLA). 

Liliana Llambés, misionera por más de 15 años con la IMB. Su pasión es llevar el mensaje de salvación donde el Señor la envíe y hacer discípulos a mujeres de todas las edades, con el fundamento bíblico de la Palabra de Dios. Miembro de la Iglesia Bautista Ciudad de Gracia en la ciudad de Panamá. Tiene una Maestría en Estudios Teológicos en el Southern Baptist Theological Seminary. Autora del libro 7 disciplinas espirituales para la mujer. Esposa del pastor-misionero, Carlos Llambés, madre de 4 hijos adultos y 9 nietos. Actualmente reside en Panamá en donde junto a su esposo están realizando trabajo misionero. Puedes seguirla en Facebook: @lilyllambes, Instagram: @lilyllambes,Twitter @lilyllambes, su blog liliana.llambes.org

¿Es fácil ser esposa de pastor?

October 26, 2022 By lifewaymujeres Leave a Comment

Por Liliana Llambés

Llevo alrededor de 20 años en el campo misionero. El Señor me eligió para ser la esposa de un misionero plantador de iglesias, pastor, y para criar a nuestros hijos dentro de ese contexto, comenzando nuevas iglesias. Puedo recordar momentos de soledad, frustración y melancolía. A la vez, tengo tantos recuerdos de aprendizaje, crecimiento, gozo y madurez espiritual por los que el Señor me permitió pasar. Actualmente, estamos una vez más en la plantación de una iglesia en otro país y de nuevo comenzando a vivir este hermoso llamado. Por lo tanto, puedo decir que he caminado siendo esposa de pastor en diferentes países, culturas, contextos alrededor de 20 años. El Señor me ha permitido en Su gracia ser parte de las vidas de otras esposas de pastores en medio de sus sufrimientos, alegrías, retos y desafíos.  

Ahora la pregunta, ¿es fácil ser esposa de pastor?  

Como muchas otras preguntas, esta merece una respuesta individual, de acuerdo como hallamos vivido o estemos viviendo este llamado que el Señor nos ha dado. Así que quisiera compartir contigo varios aspectos importantes que debemos tomar en cuenta. 

Esposa de pastor: Un rol honroso  

«Muchas mujeres han obrado con nobleza, pero tú las superas a todas». Proverbios 31:29 

«Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor». Mateo 25:21 

Como esposas de pastores, plantadores de iglesias, ministros de la iglesia o misioneros, estos versículos serían los que nos encantaría escuchar como reconocimiento, pero tristemente hay veces estamos tan preocupadas por cumplir el llamado del Señor en nuestro hogar, iglesia y con las expectativas que otros se hacen de nosotras, que nos agobiamos. 

Una y otra vez he escuchado las expectativas que tiene la congregación de la esposa del pastor, tal como que trabaje al lado de su esposo tiempo completo, pero no recibir salario, que debe ser amable y comprensiva todo el tiempo y liderar varios ministerios. 

A lo largo de todo este tiempo como esposa de pastor el Señor me ha permitido caminar con muchas esposas de pastores, plantadores y lideres de ministerio y muchas de ellas dirigidas por el amor y devoción al Señor y a sus familias, trabajando en lo secular y en su puesto como esposa. Al caminar con ellas y lo que he podido experimentar en mi propia vida, en momentos, viene la tensión de la soledad, problemas económicos, situaciones serias con miembros de la iglesia, que nos pueden llevar a entrar en situaciones difíciles en la relación en el matrimonio. Por lo tanto, no estás sola, hay cantidad de esposas de pastores que están viviendo situaciones similares y aún peores. 

Ahora quisiera que meditaras un momento en estas preguntas que te voy hacer: 

¿Esta eres tú? ¿Estas sintiendo el agobio del misterio que Dios ha llamado a tu esposo? ¿Te sientes fatigada con las demandas de este rol? 

Muchas veces nos sentimos confundidas, ya que no sabemos cómo encajamos o cómo suplimos las necesidades y las expectativas como esposa de pastor. Generalmente hay una descripción para muchos líderes, rara vez existe una para la función que debe cumplir la esposa del pastor, sin mencionar las expectativas que se tiene de ellas. 

Quizás la anterior esposa de pastor marco un precedente en la iglesia y ahora que tu esposo y tú han llegado se han hecho expectativas de lo que deben hacer o no. Es muy triste ver que la familia pastoral vive en una pecera, se espera que sean ejemplo de todo, son examinados, criticados, y después de esto, vienen las expectativas que tú misma te exiges. 

En el caminar con esposas de pastores y mi propia experiencia, lo he pasado, somos esposas de alto rendimiento, sus esposos están allí dando lo mejor y nosotras a su lado, pues deseamos dar lo mejor para la gloria de Dios. Debemos mirar al Señor a quien daremos cuenta de nosotras, 

«De modo que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo» Romanos 14:12. 

Así que cuando decidimos seguir un plan conforme al Señor, debemos saber que no todos estarán de acuerdo con nosotras y no debemos prestar atención a las expectativas de las personas. 

Recuerda que la misma palabra nos dice, «Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres» Colosenses 3:23 

Cuando alguien ofrezca críticas constructivas que nos ayudar a crecer en el Señor y cumplir la expectativas de Él,  no debemos sentirnos mal por la confrontación, sino agradecidas por ello como nos dice Su Palabra. Dios usa a otros como medios de gracia para llevarnos a parecernos más a Cristo. Recordemos, «El hierro con hierro se afila, y un hombre aguza a otro» Proverbios 27:17. 

Recordar y aceptar con humildad que no somos perfectas, nos ayudará ante cualquier situación. Siempre necesitamos caminar con otras. Recordemos que vivimos bajo la gracia y misericordia de Dios. Si nos equivocamos y nos arrepentimos y pedimos perdón, el Señor nos perdona y debemos pedir perdón a los que hemos ofendido. Amadas, hay libertad en la gracia del Señor. 

«Para libertad fue que Cristo nos hizo libres. Por tanto, permanezcan firmes, y no se sometan otra vez al yugo de esclavitud» Gálatas 5:1. 

Es importante que tengamos muy claro nuestro rol como esposa de pastor, que tengamos la confianza firme en Él y seamos la mujer que Dios creó. 

Resplandecer de nuestro rol 

La Palabra del Señor no habla de la función de las esposas de pastores, ni qué debe saber esto o aquello, claro está que cuándo plantamos una iglesia junto a nuestro esposo hay momentos que nos sentimos abrumadas dado el hecho de que en algunos contextos, solo va la pareja y no tienen el beneficio de un equipo plantador. Y la soledad nos visita. Pero vayamos a la Palabra a ver que nos dice sobre lo que el Señor espera de nosotras. 

En la Palabra del Señor encontramos a Pablo describiendo en la carta de 1 Timoteo, los requisitos para alguien que desea el pastorado. En ella vemos los requisitos para los pastores, ancianos, diáconos de la iglesia y también vemos cuál debe ser el carácter de ellos que igualmente aplica a todos los cristianos, ya que un carácter bien formado aplica a cada liderazgo de la iglesia.  

Como esposa de pastor, un hombre llamado al ministerio, como lo define esta carta debemos estar seguras que modelamos la clase de carácter ejemplar, como nos lo dice Pablo por inspiración divina en 1 Timoteo 3:11, «De igual manera, las mujeres deben ser dignas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo».  

Así que nuestro llamado debe ser como cualquier hermana en la iglesia. A ser una mujer piadosa, esposa, madre y fiel miembro del cuerpo de Cristo 

En la Palabra tenemos un pasaje clave de lo que define el rol de la mujer en la iglesia local. 

«Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta, no calumniadoras ni esclavas de mucho vino. Que enseñen lo bueno, para que puedan instruir a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a que sean prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada» Tito 2:3-5 

Características del carácter para nuestro rol: 

Si miramos en la Palabra El Señor está interesado en el carácter de la mujer para la iglesia. 

Si tus hijos ya son mayores, entonces la enseñanza de mujeres mayores aplica a ti, pero no importa qué edad tengas, pues como esposa de pastor, esposa de plantador de iglesia, esposa de líder o misionero eres vista como un ejemplo a seguir. 

Así que debemos evaluar el carácter de una mujer mayor 

  1. Sometida a Dios. Por lo tanto debemos ser una mujer que tenga una admiración por Dios. La forma en que podamos mantener esta sumisión a Dios es que busquemos crecer en la Palabra de Dios, meditando en ella cada día y obedeciendo. «No pierdas el tiempo discutiendo sobre ideas mundanas y cuentos de viejas. En lugar de eso, entrénate para la sumisión a Dios» 1 Timoteo 4:7 NTV. 
  1. Controla tu manera de hablar.  Debemos tener la sabiduría para hablar y callar. Es muy fácil caer en chisme con solo decir que lo comentamos para orar y comentar con otros información confidencial de otras personas. Esto es un daño a la obra de Cristo y al ministerio que el Señor le ha dado en sus manos a nuestro esposo. Proverbios 11:13 nos dice, «La gente chismosa revela los secretos; la gente confiable es discreta» NVI. Debemos ser mujeres confiables. 

Quisiera que volviéramos a leer Tito 2:3-5 y haciendo énfasis, en la parte final cuando vivimos de esta manera: 

Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta, no calumniadoras ni esclavas de mucho vino. Que enseñen lo bueno, para que puedan instruir a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a que sean prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada» Tito 2:3-5 

Si nosotras no vivimos de esta manera, blasfemamos la Palabra, es decir, haremos deshonra a la Palabra y daremos oportunidad a que otros hablen mal de la Palabra por no vivir de acuerdo a lo que el Señor nos manda a que vivamos. 

Aquí Tito 2:3 está dirigido a ancianas primordialmente, a las que ejercemos liderazgo en el ministerio de la iglesia. Si estas libre de responsabilidades de criar hijos ya estás en esta categoría, y no nos jubilamos de la iglesia, es tiempo de enseñar «lo bueno». Debemos alentar a las jóvenes que tienen niños pequeños a que se enfoquen en su primer ministerio que es el hogar y participar en grupos pequeños o personales. Enseñar a estas jóvenes mamás a tener un equilibrio entre el hogar y la iglesia. Como esposa de pastor rodéate de ancianas con sabiduría para que puedan caminar contigo y también puedan ayudarte con las demás hermanas. 

Nuestro rol como esposa de pastor dentro del cuerpo de Cristo 

Hemos visto que nuestro primer llamado es a nuestro Señor y Salvador, nuestro esposo e hijos. 

¿Significa que debemos dejar que sea nuestro esposo el que realice todo el trabajo de la iglesia? 

¿Cuál es exactamente nuestro rol? 

También tenemos un llamado de usar nuestros dones espirituales que son deberes para todo cristiano como miembros en el cuerpo de Cristo. 

Romanos 12:3-8 

«Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno. Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros».  

1 Pedro 4: 10  

«Según cada uno ha recibido un don especial, úselo sirviéndose los unos a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios». 

Lee también 1 Corintios 12.  

Si no usamos nuestros dones como miembros en nuestra iglesia local, la iglesia se vuelve invalida porque somos un cuerpo. Si eres un ojo no intentes ser una mano, da lo mejor de lo que eres. Eres libre de servir con todo tu corazón y alma para la gloria de Dios, como cualquier otro miembro de la iglesia lo haría en el poder del Espíritu Santo. 

El gozo de obedecer nuestro rol bíblico 

Hay un enorme gozo de comprender y poder obedecer nuestro rol bíblico. Cuando te limitas a complacer a Dios, eres liberada de cumplir con las expectativas inalcanzables. Haz descubierto que el rol como esposa de un hombre en el ministerio o como líder, no es diferente a cualquier otra mujer ejemplar de la iglesia. Eres libre de concentrarte en tu propio carácter, en tu esposo, en tu hogar y después, en las áreas específicas de tus dones espirituales. 

Recuerda que no te encuentras en un pedestal por ser esposa de pastor o de un líder o porque eres líder.  Tú y yo somos pecadoras salvas por la gracia y misericordia de Cristo. Aún en estas responsabilidades nos podemos sentir desalentadas, pero recuerda que no lo hacemos en nuestras fuerzas sino en las del Señor. Tenemos Su promesa que Él nos ayudara 

En la gracia de Dios, Él nos llamó y Él nos capacitará y nos ayudará a florecer en este rol. 

«Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas , abunden para toda buena obra» 2 Corintios 9:8. 

Por fe nos podemos apropiar cada día de la hermosa gracia del Señor para cumplir el rol bíblico de ser esposas de pastor y encontrar en ella un consentimiento inigualable. Considera que tu esposo ha sido llamado a cuidar, alimentar y capacitar las ovejas del Señor que Él compró con Su sangre preciosa.  

Cuando nos enfocamos en lo principal, encontramos el gozo de haber realizado un buen trabajo. Podrás examinar las diversas expectativas y podrás escuchar a tu esposo e hijos. Las palabras en Proverbios me ayudan a mantener la vida en perspectiva y me sirven de aliento. Es mi oración que a ti también  

«Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada, también su marido, y la alaba diciendo: “Muchas mujeres han obrado con nobleza, pero tú las superas a todas”. Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al Señor, esa será alabada»   

Proverbios 31:28-30. 

Liliana Llambés, misionera por más de 15 años con la IMB. Su pasión es llevar el mensaje de salvación donde el Señor la envíe y hacer discípulos a mujeres de todas las edades, con el fundamento bíblico de la Palabra de Dios. Miembro de la Iglesia Bautista Ciudad de Gracia en la ciudad de Panamá. Tiene una Maestría en Estudios Teológicos en el Southern Baptist Theological Seminary. Autora del libro 7 disciplinas espirituales para la mujer. Esposa del pastor-misionero, Carlos Llambés, madre de 4 hijos adultos y 9 nietos. Actualmente reside en Panamá en donde junto a su esposo están realizando trabajo misionero. Puedes seguirla en Facebook: @lilyllambes, Instagram: @lilyllambes,Twitter @lilyllambes, su blog liliana.llambes.org

Misionera en otro país

September 28, 2022 By lifewaymujeres 2 Comments

Por Liliana Llambés

Hace alrededor de 28 años que me arrepentí de mis pecados y reconocí a Cristo como mi Señor y Salvador, fui bautizada y comencé a ser discipulada en una iglesia local. Fui creciendo espiritualmente junto a mi esposo, para aquel tiempo ya éramos padres de cuatro hijos. Los años pasaron y nuestros dones y talentos fueron confirmados por nuestra iglesia, los cuales pusimos al servicio del Señor en el contexto de la iglesia.  Evangelizábamos y hacíamos discípulos en nuestra comunidad. Mientras servía en el ministerio de misiones, en la oración y proyectos a corto y largo plazo, el Señor comenzó a trabajar en mi corazón un llamado a ser misionera en otro país. Mi fervor crecía, pero mi esposo todavía no había sido llamado. Oré por espacio de cuatro años por el corazón de mi esposo y el Señor en Su soberana voluntad también lo llamó. Partimos hacia un pueblo en República Dominicana donde hacía falta obreros para la iglesia. Así partimos con nuestros tres últimos hijos de 9, 7 y 5 años, en el año 2003. Salimos con la bendición y confirmación de nuestra iglesia, vendimos nuestra casa, carros y partimos de Miami al hermoso Bonao. 

Podemos ver a través de la Palabra del Señor como Dios le ha encargado a todo creyente el ser embajador de Cristo llevando el ministerio de reconciliación. Sin embargo, esta orden no necesariamente hace al creyente un misionero. Aunque todos somos llamados a anunciar las verdades del Señor como nos dice Pedro por inspiración divina, «Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable» (1 Ped. 2:9 NBLA), a la luz de las experiencias misioneras que encontramos en el Nuevo Testamento podemos concluir que no todos somos llamados a ser misioneros. 

¿Qué es un misionero? 

Para responder a esta pregunta, necesitamos ir al conocimiento histórico del término. La raíz de la palabra misionero es «mismo», que viene del latín «mitto», que significa enviar. En griego es «apostello» lo cual significa un embajador que es enviado con un mensaje. Como embajadores de Cristo (2 Cor. 5:20) todos hemos de vivir como luz y sal, pero aquellos que somos llamados por el Señor a las misiones en el contexto de nuestra iglesia local, lo hacemos para desempeñar una labor en particular. El término misionero ha sido escogido para aquellos que han sido llamados a vivir en otro país, a cruzar fronteras culturales, contextuales y de una cosmovisión diferente a la nuestra, para predicar el evangelio, hacer discípulos y participar en la tarea de la plantación de iglesias. 

«Pero Él me dijo: “Ve porque te voy a enviar lejos, a los gentiles”». (Hech. 22:21 NBLA) En la Palabra podemos ver el ejemplo del ministerio específico al que fueron llamados Pablo y Bernabé. Eso no ha cambiado ya que la tarea sigue siendo la misma. Ellos fueron llamados desde su iglesia local, «En la iglesia que estaba en Antioquia había profetas y maestros: Bernabé, Simón llamado Niger, Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca, y Saulo. Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: “Aparten a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado”. Entonces, después de ayunar, orar y haber impuesto las manos sobre ellos, los enviaron». (Hech. 13:1-4 NBLA) 

¿Cuál es la tarea de un misionero? 

Pablo y Bernabé tenían un buen entendimiento de lo que verdaderamente es la Gran Comisión. Ellos fueron enviados en asignaciones particulares y se deja ver que fueron a lugares no alcanzados, a evangelizar, hacer discípulos, plantar iglesias, entrenar los lideres locales, dónde después partían a otros lugares a comenzar de nuevo. Pablo era un pastor misionero itinerante que estaba comprometido con hacer discípulos y comenzar iglesias donde no las había. Como enviado, él tenía una misión específica que correspondía con lo que el Señor había establecido, «Pero ahora, no quedando ya más lugares para mí en estas regiones». (Rom. 15:23a) 

Así mismo como podemos ver a Pablo y a Bernabé, las mujeres también somos llamadas a ir a otro país a llevar las buenas nuevas de salvación y ser usadas por Dios para la obra en ese lugar. El Señor en Su gracia me ha permitido llevar el evangelio a mujeres, discipular y comenzar junto a mi esposo iglesias en las cuales Él ha agregado hombres que han sido salvos. Y se ha constituido la iglesia preparando hombres y mujeres para el liderazgo y luego partiendo nosotros a otro lugar. 

Es importante tener en cuenta que vivir en el extranjero no te hace un misionero. El misionero es llamado por Dios para una tarea que corresponde con la Gran Comisión. No obstante, sí puedes ser una mujer de oración, que asiste a una mujer misionera o un equipo misionero de alguna manera. 

Consejos si estás siendo llamada a las misiones: 

  1. Disciplinas espirituales 

La manera en que podemos escuchar la voluntad del Señor en nuestras vidas es cuando vivimos las disciplinas espirituales en la meditación de la Palabra y la oración. Al igual que en ser parte de una iglesia local donde estás siendo discipulada y estás usando tus dones y talentos confirmados por los hermanos. «Y Aquel que escudriña loa corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque. Él intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios». (Rom. 8:27 NBLA) 

2. Iglesia local 

El llamado misionero viene desde el contexto de la iglesia local que es tu centro de entrenamiento, crecimiento, servicio y confirmación de tu llamado. Pablo y Bernabé fueron llamados fue desde el contexto de la iglesia local y servían en ella, como vimos en Hechos 13. Es muy importante comprender que, aunque he sido llamada a las misiones, mi primer rol es ser esposa y madre, viviendo cada etapa de la vida sirviendo con mis dones y talentos en el campo misionero en obediencia. 

Que nuestra oración en cada iglesia local y como creyente sea que el Señor envíe obreros a las cosechas que están listas y que las personas llamadas sean movidas a la obediencia y apoyados por su iglesia local. «Entonces dijo a Sus discípulos: “La cosecha es mucha, pero los obreros pocos. Por tanto, pidan al Señor de la cosecha que envíe obreros a Su cosecha». (Mat. 9:37-38 LBLA)

Liliana Llambés, misionera por más de 15 años con la IMB. Su pasión es llevar el mensaje de salvación donde el Señor la envíe y hacer discípulos a mujeres de todas las edades, con el fundamento bíblico de la Palabra de Dios. Miembro de la Iglesia Bautista Ciudad de Gracia en la ciudad de Panamá. Tiene una Maestría en Estudios Teológicos en el Southern Baptist Theological Seminary. Autora del libro 7 disciplinas espirituales para la mujer. Esposa del pastor-misionero, Carlos Llambés, madre de 4 hijos adultos y 9 nietos. Actualmente reside en Panamá en donde junto a su esposo están realizando trabajo misionero. Puedes seguirla en Facebook: @lilyllambes, Instagram: @lilyllambes,Twitter @lilyllambes, su blog liliana.llambes.org

El evangelio y el cuidado de las víctimas de abuso

August 31, 2022 By lifewaymujeres Leave a Comment

por Liliana Llambés

No hay duda de que las víctimas de abuso necesitan ayuda que nosotras debemos estar preparadas para ministrar a través de este doloroso proceso. Los tipos de abuso son tan amplios que me gustaría señalar algunos de ellos para que podamos tener una mayor comprensión de lo que podemos enfrentar. Los abusos pueden ser de autoridad, de confianza, de derecho, de posición dominante, de superioridad, etc. Sin embargo, en mi experiencia como consejera me he dado cuenta de que los más comunes que han llegado a mí son aquellos que tienen que ver con el abuso sexual, físico y emocional. 

En mi tiempo de creyente, siendo parte de la iglesia local, he tenido que caminar en consejería con hermanas que han pasado la difícil situación de abuso y tristemente también incluyendo a sus hijos. Pero de la misma manera, mi esposo ha tenido que caminar con hombres que han sido abusados en la niñez y aun por sus propias esposas, aunque esto se da en un menor porcentaje, es una triste realidad.  

Estas situaciones existirán siempre y debemos comprender que el evangelio brinda la esperanza que las personas necesitan. Es por eso que una comprensión del evangelio bíblico es de suma importancia para que la aconsejada pueda partir de una base sólida al comienzo de la consejería. La consejería bíblica debe comenzar con el evangelio, ya que es la Palabra la que transforma a las personas. Aunque podemos ayudar y apuntar a las personas los principios bíblicos pertinentes a su caso, es bueno establecer desde el principio que se necesita de intervención divina. La Palabra de Dios nos ayuda y provee ciertos principios que podemos emplear al tratar tales casos. 

El abuso es condenado por la Palabra de Dios. 

Ninguna persona tiene el derecho de maltratar o abusar de otra persona que, aunque no sea cristiana, tiene impresa la imagen de Dios en ella. 

Nuestras palabras pueden causar daños emocionales y es por eso que Pablo nos advierte de cómo debe ser nuestro hablar. «No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan», Efesios 4:29 LBLA. No siempre lo que decimos le sirve a alguien para edificar, lo que a veces produce es lo contrario, la derrumba. 

Entendimiento bíblico del abuso 

No todas las palabras las encontramos en la Escritura, pero eso no significa que Dios no hable de ellas. La palabra abuso es una de ellas, podemos ver el ejemplo de hombres y mujeres que sufrieron abuso y tristemente es algo en lo que el ser humano cae una y otra vez.  

Aquí algunos hombres y mujeres que sufrieron abuso en la Biblia: 

1) José: hijo de Jacob, fue maltratado física y emocionalmente por sus propios hermanos. Génesis 37:18-28 

2) Tamar: media hermana de Amnón, hijo de David, fue violada por su propio medio hermano. 2 Samuel 13:14 

3) En la época de los Jueces, el abuso sexual y el homicidio de una mujer desencadeno una guerra civil en el pueblo de Israel.  Jueces 19:25-20:48 

4) Jesús: siendo parte de la Trinidad, se hizo hombre para derramar Su sangre por nuestros pecados, ser sepultado y resucitar por nosotros. Como hombre sufrió el espantoso maltrato físico y verbal, siendo asesinado y culpado injustamente. Mateo 27:39 

¿Como podemos ayudar a las víctimas de abuso? 

Como cuerpo de Cristo, que caminamos con personas abusadas, debemos dolernos por el sufrimiento que ellas están experimentando. La Palabra es enfática en Romanos 12:15, «llorad con los que lloran». 

Algunas formas de cuidado: 

1) Ser un lugar seguro. Implica mucho involucramiento de distintas formas, podemos ayudar a ver si puede vivir con familiares y si no se puede, como iglesia, debemos ser intencionales de dar la mano al necesitado y poder ubicarle en un lugar seguro. Recordemos las palabras del salmista, «Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso. Librad al afligido y al necesitado; libradlo de las manos del impío». (Salmos 82:3-4) 

2) Hacer partícipes a las autoridades de los abusos cometidos. No podemos encubrir acciones delictivas condenadas por las leyes, tenemos la responsabilidad de denunciar. «Abre tu boca por el mudo en el juicio de todos los desvalidos. Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende la causa del pobre y del menesteroso». (Proverbios 31:8-9) Como creyentes somos llamados a defender la causa del que sufre. Debemos estar conscientes de que la maldad existe y aun en algunas congregaciones se han dado situaciones de abuso. En el caso de que tales abusos sean delitos que la ley condena tenemos la responsabilidad ante Dios de denunciarlos a las autoridades, Santiago 4:17 nos recuerda que, «y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado». 

3) Caminar en consejería bíblica. Es muy importante caminar a través de la consejería, hay diferentes casos de abuso y por lo tanto hay que tratarlos con la sabiduría que viene de Dios en diferentes formas. Tratar el corazón de la persona abusada es prioridad tanto de su pecaminosidad, arrepentimiento, llevarla a perdonar y que pueda mirar la soberanía de Dios en medio del sufrimiento que le ha tocado que vivir. Sabiendo que Jesús comprende el sufrimiento del abuso porque Él lo vivió.  

Estas palabras nos sirven de aliento, «Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro». (Hebreos 4:15-16) 

Conclusión 

Mi oración es que como creyentes siendo parte de una iglesia local, no nos hagamos de oídos sordos a las situaciones de abuso. Estemos abiertos a ayudar, confrontar, animar, restaurar y ser familia de comunidad a las personas que sufren de abuso porque el evangelio es la única esperanza de florecer aun en circunstancias caóticas.  Y que este evangelio pueda transformar la mente y corazón de estas mujeres, fundamentadas en la Escritura. El dolor que estas situaciones producen es real y debemos ser sensibles. Pero debemos tener nuestra absoluta confianza en el poder transformador del Señor por medio de la suficiencia de la Palabra y el debido acompañamiento de cristianos maduros a las víctimas de tales abusos.


Liliana Llambés, misionera por más de 15 años con la IMB. Su pasión es llevar el mensaje de salvación donde el Señor la envíe y hacer discípulos a mujeres de todas las edades, con el fundamento bíblico de la Palabra de Dios. Miembro de la Iglesia Bautista Ciudad de Gracia en la ciudad de Panamá. Tiene una Maestría en Estudios Teológicos en el Southern Baptist Theological Seminary. Autora del libro 7 disciplinas espirituales para la mujer. Esposa del pastor-misionero, Carlos Llambés, madre de 4 hijos adultos y 9 nietos. Actualmente reside en Panamá en donde junto a su esposo están realizando trabajo misionero. Puedes seguirla en Facebook: @lilyllambes, Instagram: @lilyllambes,Twitter @lilyllambes, su blog liliana.llambes.org

¿Cómo puedo honrar a mi mamá?

May 11, 2022 By lifewaymujeres 2 Comments

Por Liliana Llambés

He tenido el privilegio de tener a mi madre desde el momento que por primera vez abrí mis ojos,  hasta el día de hoy que ella tiene 78 años, y no siempre la he honrado como dice la Palabra. 

El mundo nos da una enseñanza equivocada sobre honrar a nuestra madre. En algunas culturas aún existe la noción de que nuestras vidas como adultos están controladas por la mamá. Sin embargo, que hermoso saber cómo cristianas que la Palabra tiene la enseñanza correcta de cómo honrar a nuestra madre. 

Una de las misiones de los diez mandamientos es enseñarnos el amor a Jesús (Juan 14:15), y entre esos mandamientos, el objetivo del quinto mandamiento es honrar a mamá. «Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da» (Ex. 20:12). Aquí encontramos el fundamento bíblico para honrar a nuestra madre, a pesar de cualquier cosa que haya ocurrido en nuestra relación y si ella sea cristiana o no. 

Ahora quisiera compartir contigo algunas formas prácticas que me han sido de ayuda a través de estos 28 años de ser cristiana, para honrar a mi mamá. Aunque mi madre no era creyente por gran parte de ese tiempo, la bendición de llamarla mi hermana en Cristo llegó hace cuatro años. 

1) Ora por ella 

Cuando oramos por nuestra madre llevando al trono de nuestro gran Dios nuestras súplicas por ella, estamos realizando el regalo más grande y hermoso para honrarla. Estamos intercediendo por su salvación si no es creyente, por su salud, necesidades, relaciones con otros y con nosotras. Desde Génesis capítulo 3 en la caída del hombre, vemos que en las relaciones existen diferencias, y en la cotidianidad de la vida hay problemas, mal entendidos y situaciones de dolor, por lo cual necesitamos orar para que haya sanidad en su corazón y en el nuestro (Fil. 4:6-7). 

2) Perdona 

En esta humanidad caída, es inevitable que en las relaciones existan situaciones con malos entendidos, nos ofendamos unos a otros, se da el abandono, la traición etc. Es probable que existan heridas tan profundas que solamente la intervención del Señor puede sanar, pero debemos tomar la decisión de perdonar. El ejemplo más grande lo tenemos en Jesucristo, quien dio Su vida por el perdón de nuestros pecados por Su gracia y misericordia, aunque Él nunca pecó (Ef. 4:32; Mar. 11:25). 

3) Dedícale tiempo 

A medida que el tiempo va pasando, nuestras ocupaciones son mayores y no es tan fácil cumplir con todas ellas. Algunas veces, estar con nuestras amistades ocupa ese tiempo, pero debemos ser intencionales en pasar tiempo con nuestra madre, escucharla, ayudarla y disfrutar de ella, así como lo hacemos con otras personas. Al avanzar en edad necesitará más de nosotras, sea que vivamos lejos o no.  

 
Al compartir con ella expresemos nuestro amor, al darle un abrazo, un beso, una palabra agradable de elogio o de agradecimiento, pequeños detalles que para ella significan mucho. Recordemos que como cristianas el Espíritu del Señor nos enseña a honrarle día a día, momento a momento, minuto a minuto. El hecho es, que no sabemos hasta cuándo el Señor nos permitirá honrarla en esta tierra (2 Jn. 1:12). Aprovechemos el tiempo. 

4) Háblale con amor, amabilidad y respeto  

Una de los actos más desagradables que podemos presenciar es cuando un hijo le falta al respeto a su mamá. Nuestro amor no puede estar condicionado a como ella te haya tratado en el pasado, pues Dios en Su Palabra claramente nos enseña, «No seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien» (Rom. 12:21 LBLA). No nos dice que tengamos que justificar sus errores o pecados y dejarlos pasar por alto, sino que las trataremos de una forma agradable a los ojos de Dios. 

A medida que los años pasan y va envejeciendo se encontrará con enfermedades, será una persona que nos repetirá una y otra vez las mismas cosas y las mismas historias. Se le olvidará tomar sus medicinas, etc. Pero recordemos que la forma de amarla y honrarla es tratarla con amabilidad y paciencia (Lev. 20:9; 1 Tim. 5:1a). 

5) Atiende sus historias y consejos 

Uno de los regalos más hermosos que podemos dar a nuestra madre, es escucharla contar las historias de cuando éramos niños, compartiendo fotos de diferentes etapas de su vida. Puede que ya las sepas de memoria, pero no importa, puedes escucharlas una y otra vez. Ella está contando parte de nuestra historia a través de su vida.  

Referente a los consejos, puede resultar complicado y difícil cuando no van de acuerdo con la Palabra del Señor, pero eso no debe llevarnos a la falta de respeto, debemos escucharla y filtrar esos consejos en la sabiduría divina (Prov. 1:8; 23:22). 

6) Sírvele en lo posible 

El tiempo va pasando y cada vez más nuestra madre necesita de nuestra ayuda. Aunque vivamos lejos, encontremos la forma de estar al tanto de ella día a día. Podemos recordarle sus citas con el médico, las medicinas que debe tomar o enviarle una comida. Y aunque no vamos a poder hacerlo todo, si somos intencionales, podemos cooperar en lo que sea posible. (1 Tim. 5:4) 

7) No la culpes por tu pecado 

Es triste, en mis tiempos de consejería, escuchar hijas culpando a su madre por su pecado. Cada una de nosotras somos responsables por nuestros pecados y necesitamos confesarlo, arrepentirnos y responsabilizarnos de ellos con madurez. En el Señor hay esperanza para aquel que se arrepiente (2 Cor. 5:10). 

8) Ámala 

El mejor regalo de honrarla es amarla como Cristo nos amó. Dale abrazos, mimos, besos, demuestra ese amor (1 Cor. 13). En Jesús, aun siendo Dios, encontramos el mayor ejemplo de honra a Su madre María. Se sometió a ella y a Su Padre celestial en todo tiempo. Jesús se sujetó a Sus padres terrenales (Luc. 2:51). Cuidó a María Su madre aquí en la tierra hasta el final, encomendándosela aún a la hora de Su muerte a Su discípulo amado, Juan (Juan 19:26-27). 

Amada, mi oración para ti y para mí, es que mientras el Señor nos dé la oportunidad de tener en esta tierra a nuestra madre, podamos honrarla como Jesús lo hizo, honrando a Su madre en la tierra y a Su padre celestial.


Liliana Llambés, misionera por más de 15 años con la IMB. Su pasión es llevar el mensaje de salvación donde el Señor la envíe y hacer discípulos a mujeres de todas las edades, con el fundamento bíblico de la Palabra de Dios. Miembro de la Iglesia Bautista Ciudad de Gracia en la ciudad de Panamá. Tiene una Maestría en Estudios Teológicos en el Southern Baptist Theological Seminary. Autora del libro 7 disciplinas espirituales para la mujer. Esposa del pastor-misionero, Carlos Llambés, madre de 4 hijos adultos y 9 nietos. Actualmente reside en Panamá en donde junto a su esposo están realizando trabajo misionero. Puedes seguirla en Facebook: @lilyllambes, Instagram: @lilyllambes,Twitter @lilyllambes, su blog liliana.llambes.org

Un Rey montado en un asno

April 10, 2022 By lifewaymujeres Leave a Comment

Por Liliana Llambés

«Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, Manso, y sentado sobre una asna, Sobre un pollino, hijo de animal de carga. 
Mateo 21:5 

Recuerdo en mi adolescencia los comentarios y el énfasis que se le daba a la boda mas sonada del verano de 1985, la boda del príncipe Carlos y Diana. Una boda con todos los lujos, los invitados mas importantes del mundo asistiendo al palacio de Inglaterra. Se dejaba ver la majestad de aquella pareja montada en un «carruaje de cristal» protegidos de la lluvia que pudiera visitarles. La boda fue trasmitida en la gran mayoría de los países del mundo. Recuerdo que nos levantamos a las 3:30 de la madrugada ya que a las 4:00 a.m. comenzaba la ceremonia, expectante por ver la majestuosidad en que esta boda se llevaría a cabo y de quienes la componían. La mayoría de las personas querían verla y, aunque esta relación terminó en divorcio, aún al día de hoy se sigue hablando de esta boda que para el mundo fue extraordinaria.  

Te preguntarás por qué hago referencia a este suceso. Lo cuento para que podamos analizar como es que nosotros vemos el aquí y el ahora. La percepción que tenemos de lo que representa para el ser humano la grandeza y el valor que le damos a esas cosas. Sin embargo, cuando Jesucristo terminó Su ministerio y entró en Jerusalén, Él pidió que le buscaran una asna, ¿te has puesto a pensar el por qué? Cuando miramos los animales, una asna o burro en ocasiones puede ser visto despectivamente, sin embargo fue eso lo que buscó el Señor para Su estrada triunfal a Jerusalén. Lo que el hombre no ve como grandioso es aquello en lo que Él se gloría. 

Quisiera que leyeras Mateo 21:1-17. Podemos ver ahí como Jesús proclama Su propia realeza, nos dice que el es nuestro Rey. Y es importante que observemos como Él nos muestra como es Su realeza en el presente y como será Su realeza en el futuro. Jesús montado en este burro, entrando triunfal a Jerusalén, señalando el comienzo del final de Su ministerio terrenal. De la misma manera podemos ver que esta entrada a Jerusalén fue, el cumplimiento de lo ya anunciado en Isaías 62:11 y Zacarías 9:9, todo esto mientras las personas se enfilaban y lo aclamaban diciendo, «¡Hosanna al Hijo de David!». Esto nos enuncia el reconocimiento de Su realeza como lo vemos en los versículos 9 y 15 de Mateo 21, al entrar a Jerusalén toda la muchedumbre aclamaba a Jesús como profeta, pero no solamente era profeta sino Rey de reyes y Señor de señores. 

Jesús manifiesta Su reino al subir sobre una asna 

Observamos en Mateo 21:1-5 que Jesús envía a Sus discípulos a buscar al asna. Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos. 

¿Por qué desearía Jesús entrar a Jerusalén en una asna? La misma Palabra nos da la respuesta en el versículo 4 al 5: Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Decid a la hija de Sion (Israel): He aquí, tu Rey viene a ti, manso, y sentado sobre una asna, sobre un pollino, hijo de animal de carga.  

Jesús cumplió esta profecía y manifestó Su realeza al hacer Su entrada en una asna, diciendo «Yo soy el Rey», aquello que el profeta Isaías profetizó, «He aquí viene tu Salvador». Pero además, Jesús dice «Yo soy manso y humilde», haciendo así referencia al hecho que ha venido a salvarnos. 

Ahora veamos el contexto de Zacarías, que es de suma importancia, ya que Jesús no viene solo por el pueblo de Israel sino por todas las naciones. Y de Efraín destruiré los carros, y los caballos de Jerusalén, y los arcos de guerra serán quebrados; y hablará paz a las naciones, y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los fines de la tierra (Zac. 9:10). 

Hoy podemos celebrar ese día triunfante, cuando el verdadero Rey entraba en una asna anunciando la salvación a gente de toda lengua, tribu y nación. Él vino por primera vez y vendrá de nuevo como el Rey de reyes de Israel y de todas las naciones. La época actual es una de gracia y misericordia para el perdón de pecados, todavía es el mismo Rey que esta montado en una asna, pero vendrá el día que entrará en un caballo blanco y con espada para juzgar (Apocalipsis 19:11-21). Hoy te llama al arrepentimiento para salvación, para conocerle y reconocerle como tu único Rey. Un Rey que no necesita de la majestuosidad que el mundo propone. Los reinos de los hombres pasarán, pero Su reinado permanecerá para siempre.  

El salmista lo afirma de la siguiente manera:  

«Tu reino es reino por todos los siglos, 
y tu dominio permanece por todas las generaciones». 
Salmos 145:13 (LBLA) 


Liliana Llambés, misionera por más de 15 años con la IMB. Su pasión es llevar el mensaje de salvación donde el Señor la envíe y hacer discípulos a mujeres de todas las edades, con el fundamento bíblico de la Palabra de Dios. Miembro de la Iglesia Bautista Ciudad de Gracia en la ciudad de Panamá. Tiene una Maestría en Estudios Teológicos en el Southern Baptist Theological Seminary. Autora del libro 7 disciplinas espirituales para la mujer. Esposa del pastor-misionero, Carlos Llambés, madre de 4 hijos adultos y 9 nietos. Actualmente reside en Panamá en donde junto a su esposo están realizando trabajo misionero. Puedes seguirla en Facebook: @lilyllambes, Instagram: @lilyllambes,Twitter @lilyllambes, su blog liliana.llambes.org

Podcast: Las disciplinas espirituales ¿son vitales? – Liliana Llambés

February 13, 2022 By lifewaymujeres 2 Comments

Lifeway Mujeres, trae para ti una serie de podcast como ningún otro. Serás edificada, enseñada e instruida en la Palabra de Dios. Será un espacio especial que puedes compartir y comentar con tus amigas, escuchar mientras tomas un café, o mientras haces ejercicio. Queremos acompañarte y caminar contigo en tu crecimiento con Dios.

Las disciplinas espirituales ¿son vitales? – Liliana Llambés

Amando a mi yerno/nuera

February 9, 2022 By lifewaymujeres Leave a Comment

Por Liliana Llambés

No es de sorprendernos, y sé que estaremos de acuerdo, que las relaciones de familia son complicadas y algunas veces conflictivas. Sea cual sea tu país de origen, hemos escuchado desde temprana edad, bromas de mal gusto, de falta de amor hacia los yernos, nueras, suegras y suegros lo cual puede ser causa de discordias y peleas. 

Nos preguntamos ¿porqué hay tanto conflicto en estas relaciones? Como cristianos, no debe sorprendernos que tales discordias sucedan, ya que todo comenzó en el Edén cuando Adán y Eva pecaron (Génesis 3), por lo cual todos nacemos pecadores. David lo entendió muy bien cuando expresó en medio de su aflicción, He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre. (Salmo 51:5) 

Nadie nos enseña a ser madres, por ende, tampoco a ser suegras, pero tenemos el libro maravilloso de la Palabra de Dios en donde encontramos relatos que nos enseñan lo que es la convivencia intrafamiliar y como podemos glorificar al Señor a través de ellas. 

En la Biblia tenemos el libro de Rut y podemos leer la obra de Dios en la vida de una suegra y una nuera. Aunque este libro lleva por nombre Rut, siendo ella la heroína, en realidad esta historia gira alrededor de su suegra Noemí. La intención de este tipo de historia en la Biblia es enseñar y animar a los hijos de Dios. 
 

Quisiera compartir algunos consejos que la Palabra del Señor nos da para amar a nuestros yernos y nueras.  

  1. Amarlos reconociendo que nuestros hijos han formado otra familia y debemos respetar sus decisiones como pareja.  
    La Palabra del Señor nos enseña en Mateo 19:4-6 que nuestros hijos o hijas ya no están bajo nuestra autoridad, han formado su propia familia. Debemos respetar las decisiones que tomen como pareja, hacer esto es una muestra de amor. 
  2. Amarlos es no imponer tu voluntad 
    En Éxodo 18:22-24 tenemos un ejemplo de como Jetro suegro de Moisés le aconsejó en la manera de cómo hacer las cosas con el pueblo. Un punto muy importante de mirar es que después de darle el consejo le dijo Si esto hicieres, y Dios te lo mandare. (V23) Jetro le dio un consejo, pero Moisés tenía que escuchar a Dios. 
  3. Amarlos es no causar división en el matrimonio 
    En Éxodo 18:5-6. Jetro visitó a Moisés en el desierto, pero no fue solo, sabiamente llevó a la esposa de Moisés, Séfora, y a los dos hijos. Esto nos enseña la sabiduría y amor de Jetro al fomentar la unidad del matrimonio de su hija y yerno. 
  4. Amarlos es orar por ello. 
    Independientemente de las discrepancias que se puedan presentar en las relaciones con los yernos y nueras por diferencias de opiniones, de criterios, decisiones, no debemos dejar de orar por ellos. Interceder por ellos ante nuestro Dios, es una muestra de buena voluntad y de amor de parte nuestra. El Señor que mira nuestros corazones se complace con nuestra disposición ya que está anclada en las enseñanzas de Palabra como nos lo dice Filipenses 4:6-7. 

Conclusión 

Amada hermana mi oración por ti y por mí es que en cualquiera que fuera la situación que vivas con tu yerno o nuera persevera en la oración y en el amor para con ellos. Recordemos lo que el apóstol Pablo nos enseña sobre la excelencia del amor en la carta de 1 Corintios 13. El amor es paciente, es bondadoso…. 

Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. (1 Corintios 13:13)


Liliana Llambés, misionera por más de 15 años con la IMB. Su pasión es llevar el mensaje de salvación donde el Señor la envíe y hacer discípulos a mujeres de todas las edades, con el fundamento bíblico de la Palabra de Dios. Miembro de la Iglesia Bautista Ciudad de Gracia en la ciudad de Panamá. Tiene una Maestría en Estudios Teológicos en el Southern Baptist Theological Seminary. Autora del libro 7 disciplinas espirituales para la mujer. Esposa del pastor-misionero, Carlos Llambés, madre de 4 hijos adultos y 9 nietos. Actualmente reside en Panamá en donde junto a su esposo están realizando trabajo misionero. Puedes seguirla en Facebook: @lilyllambes, Instagram: @lilyllambes,Twitter @lilyllambes, su blog liliana.llambes.org

Rendición de cuentas bíblica: parte esencial del discipulado

September 22, 2021 By lifewaymujeres Leave a Comment

Por Liliana Llambés

Una de las estrategias más grandes del enemigo es hacernos pensar que es suficiente con escuchar la predicación y enseñanzas de la Palabra de una forma virtual sin ser miembro de una iglesia local. Existe mucho material disponible en las redes, pero eso no sustituye el pertenecer a una congregación.

En el Nuevo Testamento vemos en repetidas ocasiones la importancia de pertenecer a una iglesia local donde Jesús es la cabeza de ese cuerpo, universal y local. 
Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia. 
Colosenses 1:18

Vivir en comunidad en el lugar donde nos encontremos residiendo no tiene sustituto. El Señor nos dejó el mandato central de hacer discípulos con toda autoridad, esto solo se da en el contexto de la iglesia local.

 Y acercándose Jesús, les habló diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id pues y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Mateo 28:19-20

Cuando se trata de discipulado, hay tres componentes indispensables que debemos tener en cuenta:

1. La Palabra de Dios – Hebreos 4:12 y 2 Timoteo 3:16-17

La Palabra es la que transforma mente, relaciones, afectos y voluntad. Solo es a través de la Palabra que somos formados en semejanza a Cristo.

2.  El Espíritu Santo – Gálatas 5:16-26

El Espíritu Santo que mora en la persona regenerada, puede usar la Palabra para confrontar y transformar la vida de un creyente. 

3.   Los hermanos en Cristo – Colosenses 1:28-29

El discipulado bíblico demanda de los dones y la participación del cuerpo de Cristo en la iglesia local. Un discípulo se forma y crece debidamente por medio de la predicación, enseñanza adoración y compañerismo. Todo esto apegado a las Escrituras.

Otro aspecto del discipulado es la rendición de cuentas.

La rendición de cuentas es parte esencial del discipulado y del proceso transformador. Existe una lucha diaria, y rendir cuentas es sabio y saludable para nuestras almas.

Razones bíblicas para rendir cuentas:

  1. Dios nos dirige a la confesión de pecados: 1 Juan 1: 9-10

La confesión de pecados es primero ante un Dios, Santo, Santo, Santo. Nos acercamos a Él en arrepentimiento, sabiendo que es un Dios de misericordia. También encontramos en la Escritura: Por tanto, confiésense sus pecados unos a otros, y oren unos por otros para que sean sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho. Santiago 5:16

El discipulado y la rendición de cuentas se da en un marco de relaciones con otros hermanos, específicamente en nuestra familia de la iglesia local. Nos conocemos mientras caminamos juntos en la Fe. Nuestras relaciones se estrechan y compartimos con libertad la verdad de nuestras luchas y pecados. (1 Juan 1:5-7)

La sabiduría que encontramos en Proverbios también nos motiva a la confesión. 

 El que encubre sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y los abandona hallará misericordia. Proverbios 28:13

2) Dios nos advierte sobre la dureza de nuestro corazón:  

Vivimos en un mundo caído, y aunque somos redimidos aun batallamos con las manifestaciones pecaminosas de nuestra carne. Necesitamos de otros para poder ver esos pecados que no vemos o no queremos ver. La Palabra nos exhorta a prevenir el endurecimiento de nuestro corazón, no podemos vivir como llaneros solitarios. 

Tengan cuidado, hermanos, no sea que en alguno de ustedes haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo. Antes, exhórtense los unos a los otros cada día, mientras todavía se dice: Hoy; no sea que alguno de ustedes sea endurecido por el engaño del pecado. Hebreos 3:12-13

3) Dios ha dado el más grande mandamiento: el amor

Así como Cristo entregó Su vida en una cruz, fue sepultado y resucitó al tercer día por amor a nosotros, así debemos amar y reflejar ese amor hacia nuestros hermanos. 

En esto conocemos el amor: en que Él puso Su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 1 Juan 3:16

Rendir cuentas es una gran necesidad:

Rendir cuentas es necesario para nuestro proceso de santificación en el contexto de la iglesia local. Tristemente, no es algo muy popular, ya que requiere una mirada interna y humildad para reconocer nuestra condición. Nos gusta ser elogiadas, pero resistimos a que nos señalen nuestros pecados. Vemos en la Palabra, que Isaías y Pedro reconocieron su pecaminosidad ante el Señor, cuando vieron la grandeza del Señor en su aparición en el templo y en la pesca milagrosa. Pero también, vemos a Pablo confrontando a Pedro: Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. Gálatas 2:11-13

Esa confrontación fue necesaria y no solamente le sirvió a Pedro, sino también a nosotros y a todos los cristianos que leen, aprenden y enseñan la epístola, hasta que Cristo regrese.

En conclusión, amada hermana mi oración es que tú y yo vivamos vidas en nuestra comunidad de iglesia. Que no evitemos el confrontar y ser confrontadas para el crecimiento espiritual. Que nos parezcamos más a Cristo. Recuerda que cada uno de nosotros estamos en una línea de tiempo diferente en nuestro crecimiento y debemos ser pacientes, amorosas y mostrar de la misma gracia que el Señor ha tenido , tiene y tendrá con cada una de nosotras.

Liliana Llambés, misionera por más de 15 años con la IMB. Su pasión es llevar el mensaje de salvación donde el Señor la envíe y hacer discípulos a mujeres de todas las edades, con el fundamento bíblico de la Palabra de Dios. Miembro de la Iglesia Bautista Ciudad de Gracia en la ciudad de Panamá. Tiene una Maestría en Estudios Teológicos en el Southern Baptist Theological Seminary. Autora del libro 7 disciplinas espirituales para la mujer. Esposa del pastor-misionero, Carlos Llambés, madre de 4 hijos adultos y 9 nietos. Actualmente reside en Panamá en donde junto a su esposo están realizando trabajo misionero. Puedes seguirla en Facebook: @lilyllambes, Instagram: @lilyllambes,Twitter @lilyllambes, su blog liliana.llambes.org

Amando a hijos rebeldes

May 26, 2021 By lifewaymujeres 1 Comment

Por Liliana Llambés

Es tan emocionante ver cuando nuestro vientre va creciendo y anhelar el hermoso día en que estaremos arrullando a nuestro/a bebé en los brazos; poder ver su carita, escucharlo llorar, arrimarlo dulcemente a nuestro rostro y poder besarle. También aquellas que, aunque no han visto su vientre crecer, pero de igual manera son madres para hijos que han adoptado. Te preguntarás porque estoy comenzando de esta manera y es para recordar la bendición que Dios nos ha dado con nuestros hijos, aun cuando sean hijos rebeldes por los cuales estamos sufriendo, eso no quita el hecho de que son un bien preciado. 

Los hijos son un regalo del Señor; los frutos del vientre son nuestra recompensa. Salmo 127:3

Quisiera darte algunas sugerencias que te pueden alentar y ayudar a amar a tu hijo rebelde.

  1. Ora en todo tiempo
    Si en medio del sufrimiento nos enfocamos en la oración continua y en dar gracias y gloria a Dios, entonces toda preocupación, ansiedad y cualquier sentimiento negativo que llegue a nuestra vida se disipará y se enfocará correctamente por medio de la oración.
    Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones. Delante de Dios. Filipenses 4:6 
    Debemos ser intencionales en orar por la vida espiritual de nuestro hijo o hija, pues solamente Dios puede confrontar sus vidas y tratar con su rebeldía.
  1. Acepta la condición de rebeldía
    Si nuestros hijos están siendo rebeldes debemos aceptar que algo anda mal en sus vidas específicamente en su corazón. No tapemos el sol con nuestras manos y pasemos por alto lo que está sucediendo. Reconocer que no es cristiano o que lo es, y que está en pecado es de suma importancia.
    Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en practica la verdad. 1 Juan 1:6
  1. Guíalos a Cristo
    Si tu hijo o hija no son cristianos, no esperes a que su comportamiento sea conforme a la Palabra, aunque se haya criado en un hogar cristiano. Aunque en nuestro corazón maternal deseamos protegerlos de las consecuencias del pecado, lo más importante es reconocer su incredulidad por Jesús.
    No he venido a llamar a justos sino a pecadores a que se arrepientan. Lucas 5:32
    Si alguno de tus hijos se encuentra en pecado, debes ser intencional en mostrar el pecado por su nombre e invitarlos al arrepentimiento genuino. Recordando la confianza total en perdón absoluto y completo que tenemos en Cristo.
    Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja ella perdón. Proverbios 28:13
  1. Sean bienvenidos a casa
    En el hogar se le da la bienvenida tanto a hermanos en Cristo como a amigos que no son cristianos, así como a familiares de sangre que no lo son. Los tratamos de la mejor manera, siendo Cristo reflejado en nuestras vidas. Así mismo si tu hijo o hija no tiene a Cristo o está en un pecado, tu hogar siempre debe ser un lugar que refleje lo que Cristo es. 
    Invítalos a comer y aunque las conversaciones te van a generar tensión, recuerda que tu hijo/a está pasando también por incomodidad, muchas veces porque la culpa y la vergüenza los visitan. Incluirles es una oportunidad que Dios te da con la intención de escucharle, amarle y apuntarle a Cristo.
    Y sucedió que estando Él sentado a la mesa en la casa, he aquí muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y se sentaron a la mesa con Jesús y sus discípulos. Mateo 9:10
  1. Interésate por sus asuntos
    Quizás te decepcione la forma en que tu hijo/a está usando su tiempo y recursos así como el rechazo a Jesús que demuestran, pero sé intencional en interesarte por lo que hace. Intenta estar presente en algunas actividades con él o ella. Recuerda tú estabas presente en otros tiempos ahora también debes de estarlo.
    Jesús es el mayor ejemplo de esto. ¡Imítalo! Él se relacionaba con prostitutas, recaudadores de impuestos, pecadores de todos tipos. Recuerda él o ella siguen siendo tu hijo/a, eso no ha cambiado, así como nuestra relación con Jesús tampoco cambia cuando pecamos y nos arrepentimos.
  1. Respeto por sus amigos
    Así como respetamos a nuestros amigos que no son cristianos, también debemos hacerlo con los amigos de nuestro hijo/a. Míralos como una oportunidad de evangelizar y de mostrar a Cristo.
  1. Gracia y misericordia
    Con la misma gracia y misericordia con que Cristo nos vio al derramar Su sangre por nosotros en la cruz del Calvario, muriendo un justo por una injusta, así mismo debemos amar con gracia y misericordia a nuestro hijo/a.

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! Efesios 2:4-5

Conclusión
Querida hermana recuerda que, aunque nos duela profundamente que un hijo/a no sea cristiano o siendo cristianos vivan en pecado y aunque no apoyemos su forma de vida o el pecado en que se encuentre debemos seguir amándolos, apuntándoles a la cruz, ellos son imagen de Dios.

Recuerda las palabras del Señor en 1 Corintios 13, las cuales nos recuerdan la excelencia del amor. 

El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
1 Corintios 13:4-7

Liliana Llambés, misionera por más de 15 años con la IMB. Su pasión es llevar el mensaje de salvación donde el Señor la envíe y hacer discípulos a mujeres de todas las edades, con el fundamento bíblico de la Palabra de Dios. Miembro de la Iglesia Bautista Ciudad de Gracia en la ciudad de Panamá. Tiene una Maestría en Estudios Teológicos en el Southern Baptist Theological Seminary. Autora del libro 7 disciplinas espirituales para la mujer. Esposa del pastor-misionero, Carlos Llambés, madre de 4 hijos adultos y 9 nietos. Actualmente reside en Panamá en donde junto a su esposo están realizando trabajo misionero. Puedes seguirla en Facebook: @lilyllambes, Instagram: @lilyllambes,Twitter @lilyllambes, su blog liliana.llambes.org

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