Más bien, vístanse con la presencia del Señor Jesucristo… —NTV
ROMANOS 13:14
¿Te acuerdas cuando de niña te vestías con la ropa de tu mamá? Mi hija tiene casi dos años y se pone mis zapatos. El otro día se pintó los labios con mi lápiz labial. Yo hice lo mismo en su momento con la ropa de mi madre, y un día, si Dios te concede hijas, vivirás la misma experiencia.
En tiempos bíblicos había un dicho: «De tal madre, tal hija». Del mismo modo, cuando me veo ahora encuentro muchos parecidos con mi mamá. Incluso ¡hago lo mismo que ella! ¿Por qué? Dos razones: imitación y genes. Algunas cosas las aprendí, y muchas otras cosas surgen de manera inconsciente.
Del mismo modo, Pablo nos da el mejor modelo de vestido que podamos encontrar: Jesús mismo. Nos exhorta a dejar a un lado el pecado y vestirnos de la presencia de Cristo. ¿Es eso posible?
¡Sí lo es! En primer lugar, podemos imitarlo. Actuar como Él, hablar como Él, pensar como Él. Eso lo lograremos al pasar tiempo con Él en oración y estudio de Su Palabra.
En segundo lugar, ¡tenemos sus genes! Somos una nueva criatura, y ya que tenemos el Espíritu Santo, Él irá trabajando para que cada día seamos más parecidas a Jesús. Toma el mejor atuendo para este día.
Vístete de Jesús esta mañana. Hazlo parte de tu vida este día.
RAY STEDMAN
Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español)