Pasaje devocional: Daniel 3:13-28

Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. Daniel 3:18

¡Qué enseñanza para nosotros! Estos jóvenes, dando muestra de una fe inquebrantable, se negaron a adorar a un dios falso y a una estatua de oro que el rey había levantado. Esto desencadenó la ira de Nabucodonosor y los echaron a un horno de fuego. Momentos antes le habían dicho al rey: “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano…” (v. 17). Después, el rey se asomó al horno y preguntó cuántos hombres habían echado al fuego. ¡Él veía a cuatro, no a tres! El Dios al que adoraban los jóvenes no los había abandonado. El rey, lleno de asombro, expresó: “He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses” (v. 25).

Después de este acontecimiento liberaron a los jóvenes y hasta el mismo Nabucodonosor alabó el nombre de Dios.

Hoy día son muchas las cosas que nos pueden sacudir y hacer que flaquee nuestra fe, pero nunca olvidemos que el Dios de estos jóvenes es el mismo de ayer y de hoy. ¡Y jamás abandona a sus hijos!

Señor, aumenta nuestra fe y confianza en ti.

Un devocional de Revista Quietud