Skip to main content

Por Verónica Rodas

Es la mejor decoradora de su casa y confecciona su propia ropa.  

Proverbios 31:22 Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido.  

En cada versículo que vemos de Proverbios 31, seguimos derribando mentiras que la cultura actual ha metido en nuestra mente (2 Co 10:5); las detectamos y corremos a obedecer a Cristo y lo mismo haremos con el versículo de hoy. 

Es increíble ver las cualidades que esta mujer desarrolla; dice que: Ella se hace tapices. La palabra “tapices” se ha traducido como alfombras, colchas, edredones o cobertores. Solemos pensar que Dios solamente está involucrado en prácticas como la oración, la lectura de la Palabra o la evangelización, pero vemos que también hay virtud en cuidar los detalles que pueden hermosear nuestro hogar, es impresionante cómo Dios está en estos asuntos.  

Menciona el material que usaba: De lino fino y púrpura es su vestido. Ella confeccionaba su ropa con el mejor material de la época; sus vestidos eran hermosos, atractivos, de buena calidad. Un pequeño detalle a destacar es que es probable que el lino que ella usaba fuese importado de Egipto. Como era costumbre en la antigüedad, la prosperidad material era una señal de la bendición de Dios y no un motivo de desprecio o arrogancia. Por otro lado, color púrpura, describe la tela teñida.  

Con esta información notamos que esta mujer era testimonio con su estado físico, era cuidadosa en su apariencia, por lo que era sin duda un testimonio.  

Un equilibrio y enfoque  

Ella cuidaba lo externo de su hogar y también de su propia apariencia. Cuán importante es tener un equilibrio en cuanto a nuestro aspecto. No es ni un extremo ni el otro. Es algo que cada una de nosotras tiene que inspeccionar. ¿A quién estoy reflejando con mi forma de vestir? ¿A CRISTO?

El énfasis en este versículo aplicado en el día de hoy, no es la riqueza o el lujo. Hoy en día podemos aplicarlo a lo que dijo Pedro en 1 Pedro 3:5 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 

En el Antiguo testamento tener riquezas era símbolo de prosperidad. Veían a esta mujer y decían: “ella sí que es una mujer bendecida por Dios, se refleja en su vida.” La piedad y mucha riqueza no eran incompatibles. Abraham poseía mucha riqueza como también David y Salomón, y no fueron condenados por ser prósperos.  

Ahora, ¿cuál es tu vestimenta hoy? ¿Qué es lo que te importa? ¿En qué tipo de belleza estás centrada? Pablo nos habla de cómo debemos vestirnos:  

Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad. 1 Timoteo 2:9 

  • Ropa decorosa: se refiere a vestimenta que cubra correctamente todas las partes íntimas. 
  • Pudor: vestirse evitando toda incomodidad con la forma de vestir; no vestirse con nada que cause vergüenza.  
  • Modestia: No intenta llamar la atención; ser moderada.  

Tenemos mucho por trabajar en esto, podemos sacar partido de esta enseñanza y comenzar a vestirnos como nos corresponde, como “hijas de Dios”: 

Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Colosenses 3:12-14  

Sin duda tenemos mucho por seguir trabajando y mucho por mejorar en esto. Es tiempo de entender que fuimos creadas para hermosear nuestro hogar, que tenemos todas las capacidades dadas por Dios para hacerlo.  

Ahora, manos a la obra con la decoración y con tu propia vestimenta. Se testimonio y llama la atención a tu alrededor con tus “buenas obras”, siendo ejemplo, vestida como “escogida de Dios.”

Verónica Rodas es esposa del pastor Luis Rodas. Madre de Cintia (17) y Zoé (6). Juntos sirven al Señor en Córdoba, Argentina. Su anhelo es mostrarle a la mujer lo deleitoso y hermoso que es ser discípula de Cristo.

4 Comments

  • Reina dice:

    Excelente.
    Pienso que las dos cosas son importante mientras lo hagamos para agradar a nuestros Señor. Cuidar nuestra apariencia y hacer buenas obras.
    Entonces, ya sea que comáis, que bebáis, o que hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
    (1 Corintios 10.31))

  • Roxana Tovar dice:

    Que hermosa enseñanza…muchas gracias por impartirnos este tema a la luz de la palabra…es de mucha bendicion y ayuda para agradar a nuestro Dios.

  • Claudia Panameño dice:

    El Señor Jesucristo le siga llenando de sabiduría amen 🙏

  • Miriam Moya dice:

    Saludos hermana. Hoy justamente estudiaba sobre este tema en mi devocional, es de gran bendición y un testimonio poder ser una mujer cuidadosa tanto del hogar, familia, de nuestro cuerpo, de nuestra vida espiritual y aún de nuestro prójimo. Somos seres integrales y tenemos una gran responsabilidad delante de nuestro Elohim.

Leave a Reply

Hit enter to search or ESC to close