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A los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo. —RVR1960

1 CORINTIOS 1:2

Una niñita entró a una catedral para descubrir qué era un santo. Después de observar los vitrales durante unos momentos exclamó: «¡Ya sé qué es un santo! Es una persona que deja pasar la luz».

Cuando San Pablo nos dice que «santos» son lo que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, entonces tenemos que concluir ¡tú y yo somos santas! Y nuestro trabajo es dejar que la luz de Jesús se vea en este mundo de tinieblas.

A diferencia de las imágenes de santos en algunas iglesias, nosotros tenemos pies que pueden ir donde se nos necesite y manos que Dios puede usar para ayudar; también tenemos ojos que distinguen lo bueno de lo malo y oídos para escuchar las necesidades de otros. Somos santas vivientes.

¿Usas tus pies, tus manos, tu boca y tus oídos para adorar a Dios y para ayudar donde hay necesidad? Deja pasar la luz de Jesús para que otros deseen invocar el nombre de nuestro Señor en todo lugar. (YF)

Más santidad dame, más consagración; más celo en servirte, con más oración.

PHILIP BLISS

Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español).

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