Ciertamente les aseguro que ningún siervo es más
que su amo, y ningún mensajero es más que el que lo
envió… Dichosos serán si lo ponen en práctica. —NVI
JUA N 1 3 : 1 6 – 1 7
En una reunión internacional para pastores en Estados Unidos, el renombrado evangelista, Dwight Moody, se percató de que, en el hotel, varios europeos habían colocado sus zapatos afuera de la puerta de su habitación. Sabía que en Europa se acostumbraba bolearles el calzado a los huéspedes, así que decidió hacer el trabajo ¡él mismo! Pasó buena parte de la noche practicando «el arte de la hospitalidad».
Moody actuó como un seguidor humilde de su Maestro, que lavó los pies de Sus discípulos como si fuera un esclavo. No contrató a nadie ni insistió que nadie le ayudara. En Romanos 12:16 leemos: «No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes». Las palabras de Jesús en Juan nos hacen ver que no podemos ser mayores que Jesús, quien acababa de dar el gran ejemplo de Su humildad.
¿Te tocó cuidar a los bebés de la iglesia este mes y crees que mereces algo mejor? ¿Tus padres te pidieron que barrieras la banqueta de la vecina ancianita? En vez de ir a la fiesta de tu amiga, ¿debes cuidar a tu tía en el hospital? En vez de quejarte por estas actividades que consideras «debajo de ti», tómalas como oportunidades de servir a Jesús y reflejar Su amor a tus semejantes. (MHM)
Si te crees demasiado grande para las cosas pequeñas,
quizá seas demasiado pequeño para las cosas grandes.
ANÓNIMO
Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español)