PASAJE DEVOCIONAL: HECHOS 27:33-36
Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a comer. (HECH. 27:35)
Doscientas setenta y seis personas estaban aterrorizadas por la inminente tragedia que les envolvía, pues la nave en que viajaban quedó a la deriva y zozobraba, de noche, sin radio, sin luces de bengala, sin salvavidas inflables. Ellos olían la muerte y la desgracia los cubría. Por sobre los ruidos ensordecedores de los impetuosos golpes de las olas embravecidas contra los maderos de la embarcación, sobresalían blasfemias y maldiciones proferidas por los labios de los reclusos que viajaban y de los guardias que los custodiaban. Llevaban dos semanas sin cocinar y quién iba a querer comer en víspera de la muerte. El apóstol Pablo, prisionero por la fe de Jesucristo, hizo que lo escucharan. Con humildad, pero con firmeza, les instó a tener buen ánimo, porque estuvo conmigo; dijo, el ángel del Dios a quien sirvo, y me ha dicho que ninguna vida humana se va a perder, solamente la embarcación; acto seguido, en paz, dio gracias a Dios, y tomando pan, comenzó a comer.
Paz en la tormenta; confianza ante el peligro; seguridad en las promesas de Dios; disfrute de la vida aún al borde de la muerte. Pablo nos proporciona gran ejemplo al dar las gracias con anticipación, ya que nosotras damos las gracias después de que somos servidas, y cuando se trata de agradecimiento a Dios, muchas veces se nos olvida, y otras veces nos desentendemos en el culto de adoración al dedicarle Sus diezmos y nuestras ofrendas de gratitud. Dios se agrada de las ofrendas de gratitud. En Filipenses 4:19 promete suplir toda necesidad.
Ahora sabe que puede, anticipadamente, darle gracias a Dios por todo lo que le permite pasar en el día de hoy, en salud o enfermedad, en abundancia o en escasez, en tensión o en paz, en progreso o desventura.
Te damos gracias, Señor, por Tu constante compañía. Amén.
Un devocional de Devoción para el corazón (B&H en Español)