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Por Mirna Espinoza

Todo lo disculpa, el significado de disculpar es “dar razones o pruebas que descarguen de una culpa o delito” (RAE) esto debería hacer el amor todo el tiempo. Pero, ¿qué pasa cuando alguien sí lastimó el corazón de otra persona? Es en este punto en donde se relaciona con la palabra “sufrir” (que aparece en otras versiones), “el amor todo lo sufre” porque asume para sí mismo la carga de la falta de la otra persona, la evidencia de la inocencia del que hirió, no es por sus obras, es por el amor que cubre multitud de faltas y lo declara inocente no porque lo merezca, sino porque se decide librar la culpa.

Todo lo soporta. ¿Qué hacer cuando es difícil amar? ¿Cómo actuar con las personas que por más que intentamos, no logramos llevarnos bien? Los seres humanos, somos pecadores, no hay justo ni aun uno, por lo tanto, somos muy buenos lastimando a otros. El amor todo lo soporta, según Spurgeon es “amar con paciente perseverancia” a pesar del daño que otros puedan causar, de los malentendidos o heridas, el amor carga con ese peso, porque todo lo soporta. Es amar constantemente, a pesar de lo complicado que puede ser a veces.

Todo lo disculpa (lo sufre) y todo lo soporta. Son un par de palabras que van más profundamente de lo que se puede percibir al leerlas. ¿Cómo disculpar a los que me han herido? ¿Cómo soportar a esa persona que siempre me rechaza o me desvaloriza con sus palabras?

No hay manera de enfrentar esta clase de amor con nuestras propias fuerzas, porque lo que dice   esta porción de 1 Corintios 13 es una enseñanza de cómo amar perfectamente. En nosotros está el buscar constantemente la justicia y la venganza y ejercerla por nuestros medios, no dejarnos pisotear por nadie y demostrar que no somos inferiores.

Para poder disculpar (sufrir) y soportar todo, debemos ver al único amor que lo ha hecho perfectamente desde la fundación del mundo. En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios (Juan 1:1). En el principio estaba Jesús, antes de la fundación del mundo, antes de todo lo que sería creado, Jesús ya existía y por lo tanto el plan de redención nunca fue un plan alternativo, que en caso de emergencia sería utilizado.

Y allí vemos el perfecto amor que todo lo disculpa y todo lo soporta. No porque Dios fuera menos que Su creación, sino porque conscientemente decidió desde antes que el primer pecado fuera ejecutado, desplegar Su gloria salvándonos. Él ya había sido eternamente amoroso buscando disculpar y soportar cada una de las faltas de aquellos que por Su gracia serían de Él.

No existe una fórmula mágica para amar bien a nuestro prójimo, es un actuar difícil porque va en contra de nuestra necesidad de sobrevivir por nosotros mismos. El amar bien lleva,  inevitablemente, el ADN de Cristo. Si hablamos de soportar y disculpar no habrá mejor prueba que Dios siendo crucificado por los mismos causantes de la caída.

Cristo todo lo disculpa al declararnos inocentes no por nuestro desempeño sino por el Suyo. Cristo todo lo soporta al sostener en Sus hombros la culpa de cada uno de los hombres que sería salvado por gracia. El Justo por los injustos. 

Nosotros debemos ser como los árboles en los bosques. Tienen años de haber sido sembrados, y por lo tanto sus raíces están hasta lo más profundo de la tierra, por lo tanto, cuando los vientos fuertes soplan, las tormentas tropicales vengan o cualquier fenómeno natural intente derribarlos, termine siendo una misión fallida y los árboles se mantengan de pie.

Los árboles por sí mismos no pueden permanecer, necesitan aferrarse de algo firme que los sostenga cuando no puedan seguir con sus propias fuerzas. Nosotros por nuestras capacidades, no podemos soportar las heridas que otros provocan en nuestro corazón, no podemos disculpar cada una de las ofensas porque pueden ser terriblemente dolorosas. Pero, nosotros tenemos una tierra firme que nos sostiene. 

Nuestras raíces deben estar sembradas en el corazón de Cristo. Cuando estemos con otros, y llegue el viento fuerte, lo que se vea en nuestras ramas sea Su amor vivo y radiante y no el nuestro que es opaco y sin vida. Son Sus raíces las que nos hacen firmes. Podremos amar aun a esas personas que no merecen nuestro amor, porque nosotros tendremos claro que somos eternamente amados aun cuando no lo merecíamos. 

Cristo siempre será, en cada escenario en el cual se mencione el amor, la prueba más grande que el amor sí existe y también la evidencia que nosotros nunca amaremos bien si estamos apartados de Él. 

“El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor” 1 Juan 4:8

Mirna Espinoza, guatemalteca con un corazón rebelde que es constantemente corregido por Dios. Salvada por gracia y sin merecerlo. Siempre estudiante y nunca maestra. Sirve al Señor siendo colaboradora para Lifeway Mujeres, en su iglesia local y escribiendo en su blog personal Eufonía, IG: @eufoni.a (para visitarlos solo da clic sobre el nombre del blog y/o sobre nombre de usuario de Instagram)

One Comment

  • Maria dice:

    Querida hermana lo que usted dice es cierto pero cuando la ofensa persiste y no hay cambio alguno lo mejor es.dejar ir.y más.cuando.el.daño golpea la integridad personal.

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