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Jesús respondió: Te aseguro que hoy estarás
conmigo en el paraíso. —NTV
LUCAS 23:43

Casi todos los artistas que han pintado la crucifixión de Jesús, han querido resaltar su sufrimiento y lo representan clavado a la cruz, pero a los malhechores junto a Él los ponen amarrados. La Biblia no nos dice los nombres de los bandidos, pero la tradición llama Gestas a quien ofendió al Señor, y Dimas a quien lo defendió y obtuvo la promesa escrita arriba.

Una pintura titulada El buen ladrón tiene como fondo un radiante cielo azul, las nubes claramente dibujadas y sombras como de una multitud a lo lejos. Las figuras principales son dos manos tratando de tocarse, y se intuye que una es la mano de Jesús, clavada en la cruz, y la otra es la de Dimas, amarrada al madero.

No conocemos al autor de la pintura, pero quiso transmitirnos que, probablemente, hubo más que palabras en aquel momento crucial. Dimas, como judío, había escuchado que Israel esperaba al Mesías. No tenía en cuenta a Dios, pero viviendo en Jerusalén, oyó de los milagros y lo que se decía sobre Jesús.

En el momento decisivo entre la vida y la muerte, expresó en la cruz la fórmula de la salvación: tuvo temor de Dios, reconoció su pecado, creyó que Jesús resucitaría, le confesó públicamente como Rey y Señor y le entregó su destino. El resto es historia. (YF)

Que si confesares con tu boca que Jesús es
el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

PABLO


Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español)

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