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PASAJE DEVOCIONAL: PROVERBIOS 16:1-7

Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados. (PROV. 16:3)

Una de mis amigas de la juventud partió de este mundo hace unos meses. Guardo muy gratos recuerdos de los tiempos cuando estábamos juntas en casi todas las actividades de la iglesia. Éramos un grupo muy unido, y aunque tenía más amistades en la escuela que en la iglesia, los de la iglesia eran mis mejores amigos, y ella se casó con un joven apuesto que cantaba como un ángel. Ella también tenía una preciosa voz de soprano. Los tres recibimos clases de voz con la misma profesora. Una vez al año, los estudiantes del conservatorio de música, teníamos presentaciones en un teatro donde iban los cazadores de talento de aquella época a contratar nuevos artistas. Ellos vieron hecho realidad su sueño de ser cantantes en un coro polifónico. Cuando se les presentó la oportunidad, hablamos de las consecuencias que traerían los viajes y ocupaciones propias de esa carrera. Sin consultar con nadie, se lanzaron a la aventura. Por más de treinta años no supe de ellos. En su funeral, el viudo me contó su triste historia: habían recorrido medio mundo sin Dios y sin frenos. Dos de sus tres hijos están en la cárcel y el otro escapó de su casa y nunca más supieron de él.

Aunque nuestros sueños sean hermosos, debemos calibrarlos a la luz de la voluntad de Dios para nuestra vida. Tal vez pensemos que se nos ha ocurrido una idea genial, pero no debemos lanzarnos hasta tener la confirmación de que tenemos la aprobación de Dios. Comprendo que no todas somos llamadas por Dios al ministerio, pero sí hemos sido salvadas para vivir conforme a los planes de Dios. La mayoría de las veces, cuando no contamos con Dios, echamos a perder las cosas, arruinamos nuestro testimonio y pagamos las consecuencias de nuestra desobediencia. No es lógico vivir sin planear para el futuro, pero de nada valen los planes si no los ponemos en las manos de Dios. De alguna manera, Él nos confirmará que están bien o mal y nos dejará a nuestra suerte para que aprendamos la lección. Todo depende de nuestro grado de dependencia de Él. ¿Confías lo suficiente en Dios como para esperar Su respuesta?

Ruégale a Dios que te capacite para depender más de Él.

Un devocional de Devoción para el corazón (B&H en Español).

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