Skip to main content
[Cultivando la humildad]

Betsy de Gómez

La llave hacia un corazón enseñable es la humildad. Alguien dijo que el camino a la humildad es un corazón enseñable. Es una misma vía que te lleva a los dos destinos, una no puede existir sin la otra y una es el resultado de la otra.

Una joven que cultiva un corazón enseñable reconoce que no se las sabe todas, está consciente de cuál es su lugar delante de Dios, recibe el consejo bíblico con gratitud, se rinde a la voluntad de Dios y no mide consecuencias al calcular el costo de hacer lo que Dios ordena en Su Palabra. Donde encontramos la calle sin salida es en el camino del orgullo, que se encuentra en dirección contraria a la humildad.

El orgullo nos invita a aferrarnos a nuestros propios ideales, nos hace sentir que no necesitamos ser enseñadas porque nos dice que nadie puede ser superior a nosotras. Nos seduce para que creamos la mentira del Edén: «Tú puedes ser tu propia autoridad, tú puedes ser tu propio Dios».

¡Qué horrible trampa! El orgullo es la semilla de nuestro pecado, cuando nos amamos más a nosotras mismas que a Dios y no reconocemos Su autoridad sobre nosotras. Cuando caemos en su red somos atrapadas por todo tipo de engaño y destrucción.

           El orgullo lleva a la deshonra, pero con la humildad viene la sabiduría (Prov. 11:2, NTV).

¿Por qué necesitamos desechar el orgullo? En 1 Pedro 5:5 vemos que se instruye, probablemente a los líderes jóvenes, a someterse a la autoridad de los ancianos y luego invita a toda la congregación a vestirse de humildad los unos con los otros, y luego, de la palabra «porque», nos enseña la verdadera razón: Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes. ¡Ahí está la clave! Dios se opone al orgulloso. Si algo necesitas en este camino es tener a Dios de tu lado, no como tu opositor.

La Palabra de Dios es muy clara al decir que Dios habita con el humilde de corazón (Sal. 25:9; 138:6; Prov. 3:34; Sant. 4:6; Isa. 57:15) y no solo eso, sino que también le extiende gracia. Es esa gracia que tú necesitas para ser entrenada en la piedad.

Un fragmento del libro Mujer verdadera (B&H Español)

 

Leave a Reply

Hit enter to search or ESC to close