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Huyendo del peligro de la necedad

Betsy de Gómez

La iglesia es idea de Dios, Él la fundó y la sostiene hasta Su regreso. Tu lugar en esta comunidad de fe no se limita a asistir al servicio especial para jóvenes un día a la semana; el propósito de Dios al colocarte allí es que, además de ser alimentada con Su Palabra, puedas desarrollar relaciones redentoras que te ayuden en tu caminar con el Señor.

De manera que el grupito de amigas de tu misma edad no debe ser tu único círculo social en tu vida. Dios mismo te invita a acercarte a las mujeres maduras en la fe a tu alrededor y te encomienda la responsabilidad de responder a su enseñanza. Es probable que en este punto de tu vida pienses que lo último que necesitas es a una señora diciéndote cómo debes vivir, pero te aseguro que lo único que traerá es protección y sabiduría para tus días.

Un corazón enseñable es una cualidad por excelencia de aquellos que desean aprender, y estaba presente en los discípulos de Jesucristo y también en la relación de Cristo con Su Padre (Juan 5:30). La falta de disposición a recibir la verdad lleva a la oscuridad espiritual.

La Biblia está repleta de instrucciones acerca de esta virtud, imprescindible en nuestro caminar con Dios y es la única manera para alcanzar sabiduría. Necesitamos un corazón dispuesto a desechar las mentiras a las que se ha aferrado y deseoso de aprender lo que Dios manifiesta en Su Palabra.

Esa actitud nos facilitará el camino. Mira cómo el apóstol Pablo lo describe en Hebreos 5:11:  Acerca de esto tenemos mucho que decir, y es difícil de explicar, puesto que os habéis hecho tardos para oír.

A tu mentora se le hará más difícil explicarte y enseñarte si no tienes ningún deseo de aprender, si expresas apatía y demuestras desinterés. Por el contrario, si cultivas un corazón enseñable y prestas tus oídos con diligencia a la instrucción, te aseguro que será más fácil desenterrar la falsedad que ha estado enraizada en tu mente.

Cerrar tus oídos a la instrucción bíblica te hará torpe espiritualmente, pero escuchar y aceptar el consejo de Dios te hará sabia el resto de tus días.

  • Escucha el consejo y acepta la corrección, para que seas sabio el resto de tus días (Prov. 19:20).

A final de cuentas cuando endureces tu corazón ante la enseñanza bíblica de tu mentora o de las mujeres que modelan con su vida la Palabra de Dios, estás rechazando la gracia que Dios te extiende. ¡Desecha la necedad! ¡Corre hacia la instrucción!

Un fragmento del libro Mujer verdadera (B&H Español)

One Comment

  • Marioly dice:

    Muchas gracias, realmente es de grande bendición tener una mentora y muchas confieso que no tengo un corazón enseñarle…
    Ohh gracias al Señor por las vidas de todas las mentoras…

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