Skip to main content
[Consejos para aprovechar este regalo de Dios]

Camerin Courtney

En la amistad, tal como en la natación, las corrientes peligrosas llegan por sorpresa. Todo parece bien en la superficie. Pero de repente una poderosa fuerza lo arrastra alejándolo del lugar donde quiere estar, eso es una corriente peligrosa.

En la natación, las fuertes corrientes bajo la superficie pueden llevarlo peligrosamente lejos de la costa. Con las amistades, una relación también puede arrastrarlo y alejarlo del lugar donde usted quiere estar emocional y espiritualmente.

De cualquier manera, esta corriente poderosa lo deja a la deriva – preguntándose cómo algo tan inocente puede volverse tan destructivo – y deseoso de encontrar nuevamente la manera de regresar a la tierra firme.

Reconozca la corriente 

Sabiendo que ninguna amistad es perfecta, ¿cómo podemos saber cuándo estamos en una relación “peligrosa”? “Si su amigo depende de usted en lugar de depender de Dios, es una clara señal de una corriente peligrosa”, dice Cheryl Baird, consejera licenciada profesional y directora de ministerios hacia la mujer en una iglesia del área de Chicago.

Cheryl enumera algunas buenas preguntas sobre la amistad: ¿Se pone celosa su amiga cuando usted se hace amiga de otros? ¿Tiene su amiga mucho control sobre la amistad que ustedes tienen? ¿Expresa depresión o enojo si usted no está disponible, aunque sea por una razón legítima? ¿Siente que su amiga, emocionalmente es como un recipiente sin fondo?

Si su respuesta es “sí” a la mayoría de estas preguntas, es muy probable que usted esté teniendo una relación “peligrosa’.

Confronte los mitos de la gracia. 

Los cristianos pueden ser susceptibles a este tipo de relaciones, por el alto valor dado a la gracia y al perdón. Muchos cristianos mantienen amistades poco saludables por un sentido de obligación, explica Mari. “Pero si usted permanece en una relación de amistad porque se sentiría como una mala cristiana si la dejara, esa es una señal de una amistad enfermiza”.

Hay versículos que hablan de este tipo de amistades y señalan lo prudente que es alejarse de ellas, ya sea temporal o permanentemente. Sabemos que un amigo nos ama siempre (Proverbios 17.17), que el verdadero amor involucra dar nuestra vida por los amigos (Juan 15.13) que somos llamados a hacer todo lo que podamos para vivir en paz con otros (Romanos 12.18).

Nadando hacia un lugar seguro. 

En medio de la corriente peligrosa de un océano, a los nadadores se les aconseja no ir en contra de ella, sino permanecer calmados, conservar sus energías, y nadar paralelo a la costa. En una amistad “peligrosa”, una estrategia similar involucra apartarse de la amistad, no estar siempre disponible para su amiga, y orar para que Dios llene esos espacios vacíos en la vida de ella (y en la suya). Pero usted tiene que comunicar a su amiga lo que está haciendo, porque una amiga necesitada o posesiva puede reaccionar muy negativamente si siente que usted se está alejando.

Encuentre tiempo a solas para hablar con ella, y mencione primero las cosas buenas que encuentra en ella y en su amistad. “Luego sea honesta y haga una lista de los aspectos de la relación que no son saludables”, sugiere Mari. “Diga: ‘Yo no pudo proveer lo que tú estás necesitando de mí. Yo no quiero ser el punto central. El punto central necesita ser Jesucristo, por eso necesito dar un paso atrás’”.

Abrace la belleza de la verdadera amistad. 

Aún con todas las complicaciones, las amistades valen la pena del esfuerzo. Eclesiastés 4.9 nos dice que “dos son mejor que uno”. C.S. Lewis dijo sabiamente: “La amistad, como la filosofía y el arte, no tiene valor para la supervivencia. Más bien agrega valor a la existencia”.

“Definitivamente nosotros estamos creados para vivir en sociedad, especialmente las mujeres”, dice Cheryl. Y esos amigos enriquecen nuestras vidas. “Cada vez que yo hablo con mi amiga Sonia, conozco mejor a Jesús por algo que me pegunta”.

Las verdaderas amistades están marcadas por un estímulo espiritual mutuo. Por manos abiertas y por inclusividad. Por gracia y perdón como primera respuesta. Por una actitud de dar, y no de pedir. Por el deseo de ver a la otra persona alcanzando su potencial, y por la honestidad.

Las amistades verdaderas existen, y siempre son sanas y beneficiosas. Debemos estar siempre dispuestos para poder reflejar, en todo momento, al mejor amigo: Jesucristo.

Camerin Courtney está agradecida por sus amigas — especialmente aquellas con las que puede hablar por horas bebiendo una taza de café.

Leave a Reply

Hit enter to search or ESC to close