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PASAJE DEVOCIONAL: LUCAS 9:20-25

Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? (LUC. 9:25)

He conocido a personas que por distintas circunstancias de la vida lo perdieron todo, desde el punto de vista material. Algunas de ellas, se sumergieron en la amargura, la depresión y hasta el odio. Otras, apenas perdieron el sueño y con mucha paz, siguie-
ron su vida con escasez, pero con gozo. ¿Qué fue lo que marcó la gran diferencia entre estas personas que pasaron por la misma dura experiencia de perderlo todo?

Bueno, las primeras, tenían todas sus esperanzas en esas cosas materiales que perdieron. Cuando ya no las tuvieron, todo el mundo construido alrededor de ellas se esfumó y quedaron como barco a la deriva. Por lo contrario, las segundas no habían puesto sus esperanzas en esas cosas que perdieron y, por consiguiente, heridas, pero con esperanza, pudieron continuar su vida con el alma intacta de emociones negativas.

¿Existe algún lugar seguro donde invertir nuestros tesoros de manera que nunca se pierdan? Claro que sí, pero no se trata de algo, sino de alguien. Cuando ponemos la fe en Cristo, nuestros tesoros son espirituales y eternos; están en los cielos, y no pueden ser robados ni afectados. Cuando nuestra alma está segura y sellada, ¿qué importa perder lo material si lo más valioso está a salvo?

Aquellos que conocí que perdiendo lo material mantuvieron su esperanza viva, fueron los verdaderos cristianos que seguros y perdonados por el Padre, tenían la esperanza
puesta en Cristo. El que ha sido perdonado por el Padre tiene su alma segura, puede vivir en paz y con seguridad, las tormentas de esta vida terrenal nunca llegan al lugar
donde el alma del cristiano tiene su residencia futura asegurada.

Todo lo contrario, sin Cristo, aunque se llegara a ganar todo el mundo, siempre lo conquistado por esfuerzos humanos estará bajo el peligro de perderse. Con ese peligro como realidad, es imposible vivir con paz y esperanza del futuro. ¿Estaremos invirtiendo nuestros esfuerzos en aquellas cosas que con toda seguridad un día perderemos?

Señor, ayúdame a servirte y buscarte en
oración y meditación de Tu Palabra, porque así,
encuentro lo que nadie me
puede quitar.

Un devocional de Devoción para el corazón (B&H en Español)

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