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Ajustándonos a la lente divina

Margarita de Michelén

Dios honra el matrimonio. Dentro de ese ministerio, Él espera que seamos colmados de alegría, que podamos expresarnos amor íntimo (lo cual es muy importante para nuestros esposos), que tengamos hijos y que se prevenga la inmoralidad.

Pero lo más relevante del matrimonio es que por medio de este, damos a conocer al mundo el amor de Dios por Su pueblo. Este incomparable amor es un amor que lo llevó a dar a Su Hijo como el Novio abnegado que vino a morir por Su Iglesia (el pueblo de Dios) y con la cual se desposará eternamente en aquel día de las Bodas del Cordero.

Si perdemos de vista esta visión divina y el privilegio que viene con ella, perderemos de vista el motivo fundamental del matrimonio. Entonces toda esta relación nos parecerá monótona, mecánica y rutinaria. Pero la relación de Dios con nosotras no es así. Es una relación fluyente, renovada y enriquecedora.

Él cada día renueva Sus misericordias (Lam. 3:23). Constantemente recuerda Su pacto de amor (Heb. 8:8,12; 10:16,17). Cada día tiene ante Sus ojos la visión de planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza (Jer. 29:11).

Este es el tipo de relación que Él desea que nosotras representemos cada día. El matrimonio es un evento el día de la celebración y consumación; luego llegará a ser un «estilo de vida» al cual Dios nos llamó, y al cual nos comprometimos, con el fin de representar una historia de amor única, preciosa, eterna, de pacto y llena de misericordia: la historia de la redención.

Nuestro matrimonio es el lugar que Dios nos asignó como mujeres casadas, y con esto contribuimos a un fin mucho más elevado que casarnos y ser felices: mostrar algo de Su carácter, Sus atributos y Su obrar. ¡Esto es demasiado maravilloso y sublime!

Entender que Dios es mi Esposo, que me otorgó el privilegio de representar algo de Él en mi propio matrimonio, que Él es la fuente primaria de mi satisfacción y plenitud, dio un descanso inmenso a mi alma, pues me libró de buscar que sea mi esposo quien llene la eternidad de mi alma (que solo el Dios eterno puede llenar). También me libró de colocarlo en el lugar que solo le corresponde a Él.

Un fragmento del libro Mujer verdadera (B&H Español)

One Comment

  • Ninoska de Echenique dice:

    Buenos días estoy agradecida con sus comentarios, articulos y demas. Existe un libro de Mujer Sabia que no hay acceso de comprar desde Venezuela. Sipuede enviar electronico. Muchas gracias

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