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Por Mirna Espinoza

Quisiera decirte qué hacer para ya no extrañar, quisiera poder guiar tu mente a un lugar donde ese pensamiento no gire más. Porque si su ausencia estás buscando entonces eres como yo. Esa figura quizá desapareció, pronto o tarde, eso no lo hace más o menos relevante. Quizá nunca conociste a alguien que llenara ese lugar. Quizá lo conociste, pero muy pronto se fue y a tu lado ya no está. No puedo conocer todas las historias a las que les hace falta este individuo tan importante, ese que nos lastima no poder ver a los ojos y en ocasiones es frustrante. 

Quizá ese no es tu caso, quizá sí lo conociste y lo único que hizo por ti fue romper tu corazón en mil pedazos. Tal vez te dañó como nadie y sus huellas aún permanecen presentes y constantes, y al momento de decirte que extrañas a esa figura ausente se te revuelve el estómago y solo agradeces que no esté. 

Ausencia, un espacio vacío, eso es lo que nos une. Donde debería haber un papá no hay nada y por más que intentemos llenarlo con algo, pareciera que nunca es suficiente. Porque, aunque te haya lastimado profundamente, haciendo sus maletas sin querer verte, una parte de ti entiende que ese vacío no es normal, que alguien debería llenarlo con amor de verdad. 

Yo no conozco tu historia, pero puedo contarte una buena, una que llenará cada uno de los vacíos que te han llenado de pena. Hay Alguien perfecto, que ama, que cuida, que protege, que no abusa, que perdona, que provee y que espera. Es paciente, es bondadoso, es tierno, nos escucha y nunca miente. Esta Persona existe hoy, permanece constantemente buscando nuestro corazón. 

Hay un papá que a pesar de que su hijo… 
– se fue lejos a gastar lo que tanto le había costado recaudar;  
– volteó la espalda para ya no verlo más;  
– se creyó soberano de sus pies una vez y para siempre; 
– fue un egoísta que luchó por olvidarse de quien lo cuidó y estuvo cada día presente; 

…salió corriendo a su encuentro, sin reprochar, sin señalar. El padre solo había corrido para poder con libertad abrazar a aquel que sin duda nunca había dejado de amar. 

Existe el amor paternal que nunca morirá, nunca abusará de ti, nunca te va a mentir, no te va a dejar solo ni tampoco se irá. Él es para siempre, y Su amor también lo es, más allá de lastimarte quiere cuidarte y sanarte de todo el daño que probablemente los representantes que Él mandó a la tierra no hicieron bien. 

En estas fechas que los padres se hacen presentes y tú no tienes a quién llevar a almorzar, recuerda que no eres huérfana nunca más, fuiste adoptada, comprada, salvada para que no tengas que volver a estar sola jamás. Que la figura ausente de un padre sea contrastada con la luz potente de un Dios presente que ama, cada día, porque así lo prometió cuando colgado de una cruz derramó Su sangre por cada una de Sus ovejas descarriadas. Nunca más tendremos que creer que no tenemos un padre, porque el mejor nos escogió aun sin haber hecho nada, a pesar de que sintamos un espacio vacío Él nunca llega tarde. 

Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, a fin de que redimiera a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos. Y porque ustedes sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, clamando: ¡Abba! ¡Padre! Por tanto, ya no eres siervo, sino hijo; y si hijo, también heredero por medio de Dios.  
Gálatas 4:4-7 LBLA 

Mirna Espinoza, guatemalteca con un corazón rebelde que es constantemente corregido por Dios. Salvada por gracia y sin merecerlo. Siempre estudiante y nunca maestra. Sirve al Señor siendo colaboradora para Lifeway Mujeres, en su iglesia local y escribiendo en su blog personal Eufonía, IG: @eufoni.a (para visitarlos solo da clic sobre el nombre del blog y/o sobre nombre de usuario de Instagram)

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