En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si
así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy pues, a
preparar lugar para vosotros. —RVR1960
JUAN 14:2
¿Alguna vez has tenido que empacar para mudarte a otra casa? Es increíble la cantidad de cosas que las personas usamos en nuestro cotidiano vivir. Cosas de madera, de plástico, de metal, cosas, cosas y más cosas. La nueva casa debe ser preparada.
Tenemos que pintarla y equiparla con agua, gas y cortinas. Y eso que nuestro hogar aquí en la tierra es solo temporal. ¿Te imaginas si tuviéramos que empacar para ir a nuestra morada eternal?
Yo empacaría chocolates y jalapeños en vinagre. Lo bueno es que no necesitamos llevar nada. ¡Jesús mismo ahora se está encargando de preparar nuestro futuro hogar! Y es hermoso. Las calles son de oro y las puertas tienen piedras preciosas incrustadas en ellas. No es necesaria la luz artificial porque la gloria de Dios lo ilumina todo. No habrá llanto ni dolor.
Nuestro espíritu sí debe estar preparado. Hay que estar a cuentas con Dios cotidianamente y desarrollar los dones que Dios nos dio para entregar buenos resultados. Aliéntate al recordar que Jesús prometió llevarnos a aquél lugar. Que tus cargas temporales no te roben el gozo y la esperanza. (MG)
Nadie pudo ver el cielo sin elevar la mirada.
JOSÉ NAROSKY
Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español)