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Pasaje devocional: Lucas 1:26-38

Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Lucas 1:31

Lucas, el médico, fue uno de esos hombres que escribían lo que ocurría a su alrededor, y aquí le escribe a Teófilo para contarle lo que estaba pasando. Le cuenta sobre el sacerdote Zacarías y Elisabet, su mujer, que era estéril. Las mujeres judías consideraban que no tener hijos era una tragedia.

Pero cuando a Zacarías le llegó el turno de oficiar en el templo, un ángel le dio la buena noticia de que Elisabet, aunque era de edad avanzada, tendría un hijo importante en el plan eterno de Dios.

A los seis meses de embarazo de Elisabet, su prima María experimentó el anuncio más maravilloso, y a la vez extraño, de su vida. El ángel Gabriel la visitó y le reveló el plan de Dios para su vida. María estaba comprometida con José, pero según la costumbre judía ellos no habían tenido relaciones sexuales, así que no podía entender cómo de ella nacería el Hijo del Altísimo, quien sería Jesús y reinaría en el trono de David por siempre como lo expresara el ángel. Gabriel le aseguró que ese Ser extraordinario sería concebido por medio del Espíritu Santo, y sería Hijo de Dios.

El ángel le dio la noticia a María que Elisabet, a pesar de su edad y de ser estéril, también estaba esperando un hijo y estaba en el sexto mes. Nada es imposible para Dios. María rindió su voluntad a la del Padre Celestial y se sometió al plan del Dios Todopoderoso. Ella fue valiente y sumisa.

Padre, ayúdame a entender que tus planes son mejores que los míos.

Un devocional deRevista Quietud

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