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Por Ale Sura

Abres las primeras páginas de tu Biblia y te encuentras con el primer libro: Génesis. En la primera página, se presenta a Dios sintiendo complacencia de Su creación. Unos minutos más de lectura y se presenta la historia del primer hombre. Adán refleja a su Creador de muchas maneras, incluida la emocional. Esto se hace evidente cuando conoce a su esposa. Adán se siente tan complacido al conocerla, ¡que del gusto le dedica una serenata!1

Somos emocionales porque somos hechos a la imagen de un Dios emocional. Cuando observamos la forma en que Dios se describe a sí mismo en Su Palabra, descubrimos que conoce todas las emociones de forma perfecta y sin pecado.2 En la Biblia, vemos a Dios sentir compasión (Mat. 20:34); cantar y alegrarse con Su pueblo (Sof. 3:17); tener ira santa (Ezeq. 5:13); expresar enojo (Isa. 63:10); tener celos santos (Ex. 20:5); amar con pasión (Jer. 31:3; Os. 11:1; Mar. 10:21); ¡Dios es amor! (1 Jn. 4:8).

Al leer esta lista, podríamos llegar a imaginar al Dios de la Biblia como a un ser humano. Esa era la forma en que la antigua Grecia imaginaba a sus dioses: seres poderosos pero caprichosos y volátiles. Nada podría estar más lejos de la realidad del verdadero Dios. Aunque nuestras emociones son un reflejo de las de Dios, no debemos cometer el error de pensar que Dios experimenta las emociones de igual manera que nosotros. Vemos pasajes que, por ejemplo, describen la aflicción de Dios; sin embargo, cuando leemos estos pasajes, debemos entenderlos como una expresión de un dolor perfecto y un descontento santo. Es decir, Dios nunca se encierra en su habitación a llorar por la maldad del mundo. Junto con su aflicción también hay omnisciencia, completa paz y completa estabilidad.

La teología sistemática nombra este atributo divino como «la impasibilidad de Dios». Esta señala que Dios no se deja llevar por pasiones ni puede sufrir de la manera en que nosotros sufrimos. Richard Lints detalla los malentendidos que pueden surgir con respecto a este atributo de Dios y Su capacidad de experimentar emociones:

… la impasibilidad de Dios (es decir, que Dios no sufre) ha sido objeto de una crítica considerable, en gran medida porque (se supone erróneamente) que la falta de sufrimiento conlleva la falta de emoción, ya sea de deleite o de tristeza. Sin embargo (así dice la crítica) Dios a menudo se deleita en el bien de su orden creado, y también se entristece por la corrupción de sus criaturas y por lo tanto (aquí va la crítica) Dios no puede ser impasible. En respuesta a este tipo de críticas, se debe decir que la impasibilidad de Dios no ha sido entendida por la iglesia a través de los siglos como que implica que Dios no tiene emociones, sino simplemente que Dios no sufre en su naturaleza divina.3

Entendemos, por consiguiente, que Dios no depende de Su creación en cuanto a Sus emociones. Estas fluyen de Su naturaleza omnisciente y santa. Dios no es inestable, sino inmutable, incluidas

Sus emociones. Comprender esto es importante porque nos revela una realidad fundamental para el desarrollo de nuestra relación personal con Él. Al mismo tiempo, siempre es imperativo proteger nuestro entendimiento de Sus atributos y no confundir Su naturaleza, la cual «no cambia como los astros ni se mueve como las sombras».4

Este atributo en particular nos provee la confianza que necesitamos para acudir con confianza a Él. Lejos de ser indiferente, Dios es profunda y perfectamente emotivo. Dios no tiene «cambios de humor». La misericordia y ternura que nos tiene son perfectas, Su amor es incesante. Es justamente por esta cualidad inigualable que solo podemos descansar en Él. Nadie nos ofrece la misma compasión, fidelidad y paciencia. Aunque nosotros seamos infieles, Dios nunca deja de ser fiel5 en Su obra y amor por nosotros.

A Dios le encanta hablar de emociones

El rey David, Ana, Jeremías, Elías, Job, María la madre de Jesús, el apóstol Juan y Pablo son parte de los muchos ejemplos bíblicos de hombres y mujeres que expresaron sus emociones y derramaron sus corazones ante el Señor sin preocuparse de ser «políticamente correctos». Las muchas ilustraciones de esta realidad nos sirven de ejemplo y de consuelo porque ¡podemos hacer lo mismo! Si tiendes a tener tu vida de fe en un compartimento y tus emociones en otro, ha llegado el momento de sacar ambas y colocarlas sobre la mesa. Tanto tu vida de fe como tus emociones son piezas del mismo rompecabezas y forman una imagen hermosa que refleja al Creador de las emociones.

El Señor nos concedió las emociones para nuestro bien y para Su gloria. La Biblia nos demuestra esto en casi todos los libros que la componen. Tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento vemos personas que ilustran lo que es vivir en este mundo y cómo sería en la práctica lidiar bien o mal con nuestros sentimientos. Esto se evidencia en su actuar, sus discursos y en sus encuentros con Dios. Las Escrituras descubren la intimidad de su corazón en oraciones, poemas y canciones que evidencian emociones básicas como ira, alegría, sorpresa o temor. También toman en cuenta sentimientos y actitudes más complejos, como los celos, el resentimiento, la vergüenza, la decepción, el lamento, el amor, la gratitud y la amargura.

Las emociones no son la única llave para la madurez espiritual, pero al leer las Escrituras descubrimos constantes menciones de la vida emocional de las personas y la influencia que estas tienen en el crecimiento de su relación con Dios y con los demás. Cuando tomamos el área emocional con seriedad, aprenderemos a ser más como Jesús, quien se tomaba mucho tiempo para conversar con Su Padre. Era necesario para mantenerse anclado en la verdad objetiva revelada en las Escrituras y a través de la revelación del Espíritu Santo. Nosotros también estamos llamados a hacer lo mismo.

¡Consideremos detenidamente nuestro corazón!
Es indispensable hacerlo para crecer y parecernos más a Cristo.


1 Gén. 2:23
2 Ex. 34:6‑7
3 Richard Lints, ensayo: Los Atributos de Dios. https://www.coalicionporelevangelio.org/ ensayo/atributos-dios/. Publicado originalmente en The Gospel Coalition.
4 Sant. 1:17
5 2 Tim. 2:13

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