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¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman
a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? —RVR1960
LUCAS 1 8 : 7

Una misionera estaba sola y muy enferma en un lugar de China. En medio de su aflicción clamó a Dios en oración pidiéndole ayuda. Desde otro lugar de China un comerciante le envió varias cajas grandes de avena escocesa, sin que la misionera se las hubiera pedido. Ella tenía unos botes de leche condensada. Con estas dos cosas tuvo que alimentarse durante cuatro semanas.

Después de este tiempo la misionera se sentía perfectamente bien de salud.

Compartió su experiencia con varias personas cristianas entre las cuales había un médico. El médico dijo: «Dios oyó su oración y le dio más de lo que usted puede imaginar, pues para la enfermedad que usted padeció, nosotros los médicos recomendamos como único alimento y medicina la avena mondada, cocida en agua y leche hasta formar un líquido espeso. Así pues, Dios providencialmente le recetó y le envió el remedio más apropiado. En Dios no hay casualidades, sino milagros».

Cuando te encuentres en necesidad, ora, clama a Dios, día y noche si es necesario. Él te responderá, Él sabe exactamente lo que necesitas. (MG)

Si te amó cuando estabas lleno de corrupción;
¿no escuchará tus oraciones ahora que te ha hecho heredero del cielo?

CHARLES SPURGEON


Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español)

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