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Wendy Marín Ortiz

Leer: Filipenses 4:8

Cuando mi niña tenía unos 5 años de edad, mientras discutía con su hermano de 7, le dijo mirándolo seriamente: “¡Deja de estar pensando eso de mí!” El niño la miró muy confundido…

Pareciera que estaba expuesta a las telenovelas latinoamericanas en donde se puede escuchar lo que piensan los personajes…¡y por supuesto que ella no las ve!

En medio de diferentes pláticas (de esas que se convierten en oportunidades de consejería bíblica) con mujeres que están atravesando por situaciones difíciles en su matrimonio o en su relación con su pareja, he escuchado varias veces la frase: “Él me hace eso porque…” o “Él piensa que yo…” Pero cuando las cuestiono acerca del fundamento de su pensamiento casi nunca me dicen algo concreto.

La experiencia con mi niña y con las mujeres que vienen a mí para recibir consejos son ejemplos de lo susceptibles que podemos estar las mujeres a llegar a conjeturas sin tener pruebas reales. ¡No importa la edad!

Dios, a través del apóstol Pablo, le habla a los filipenses acerca de la importancia de pensar en “. . . todo lo verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre. . .”

Si damos rienda suelta a pensamientos que no tienen una prueba real, que son deshonestos, injustos, impuros, desagradables y de mala reputación nuestra cabeza se llenará de amargura y drama, tal como en las telenovelas.

Esto pudiera afectar primeramente nuestra relación con Dios. Estaríamos pensando en cosas que no son reales…tales como, Dios no me dio esto o aquello porque no oré lo suficiente. También esta conducta impacta nuestras relaciones interpersonales con familia, amigos e incluso desconocidos. Pensamos que la vecina no me saludó porque no la invité a mi fiesta de cumpleaños, cuando probablemente no lo hizo porque estaba distraída pensando en sus problemas en el trabajo.

Muchas veces he estado en la misma situación que mi pequeña hija y que mis amadas discípulas, pero he tenido que hacer un alto y preguntarme ¿es esto verdadero, honesto, justo, puro, amable, de buen nombre? La mayoría de las veces la respuesta es no y he tenido que modificar mi manera de pensar.

Una y otra vez Dios, a través de las cartas de Pablo, le habla a los romanos, a los efesios y a los filipenses acerca de renovar su mente. Pídamosle a Dios que tome control de nuestros pensamientos para que podamos preservar y cultivar nuestra relación con Él, que a su vez traerá frutos agradables en nuestras relaciones con los demás.

Wendy Marín Ortiz es esposa del pastor Oscar Ortiz y madre de Marina y Owen. Oriunda de Puerto Rico, radicada en Fort Worth, TX, desde el 2005. Tiene una Maestría en las Artes de la Educación Cristiana del Seminario Bautista Southwestern. Es conferencista, educadora y comunicadora. Su pasión es servir al Señor.

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