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Por Verónica Rodas

«Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado» Isaías 40:3-5. 

Al leer estos versículos nos encontramos ante la voz de alguien que está gritando, clamando: «¡Escuchen! ¡Abran un camino para el Señor! ¡Hagan una carretera derecha para nuestro Dios!». Este es el tiempo de preparar el camino para el Señor. ¿Cómo lo vamos a hacer? Isaías habla de rellenar los valles y allanar los montes, de enderezar las curvas y suavizar los lugares ásperos. En esa manera lo vamos a hacer. Debemos prepararnos para este tiempo y creer todo lo que Dios hará: lo imposible será hecho, lo caído será levantado, el Señor va a obrar y debemos estar preparados. 

Piensa en tu vida como un sendero que debes preparar para el Señor y puedas enderezar lo que esté torcido. Mira, observa y arrepiéntete por cada lugar áspero en tu camino. ¡Trabaja, endereza, corrige! Hazlo y cree las promesas de Dios: «Y se manifestará la gloria de Jehová» (v. 5). Dios ha prometido que Él va a obrar, Él nos ha dicho que volverá y Su gloria será manifestada, Su poder será revelado y todo ojo lo verá. Él ha hablado y nosotros somos Sus hijos que le creemos, esperamos, anhelamos y sabemos que lo imposible se hará realidad. 

Nosotros esperamos lo que otros no esperan, anhelamos lo que otros no anhelan, estamos expectantes ante las maravillas de Dios. Realmente llegará el día donde será claramente revelada la gloria de Dios para todos. Ese día que cada cristiano anhela apasionadamente y en el cual nuestra alabanza no tendrá fin, tal como lo dicen las siguientes palabras de esta oración: «Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel, el único que hace maravillas» Salmo 72:18.  

Necesitamos velar, estar alertas, vivir preparándonos, orando en todo tiempo para presentarnos delante de Jesús cuando regrese. Vendrá el supremo Redentor: Jesús, el Hijo de Dios. Pensar en ese momento hace estallar mi corazón. Un día no habrá más oraciones pidiendo que Dios responda nuestros deseos … no habrá más, porque Él reinará, Él tomará Su lugar y cada anhelo, deseo y clamor que hayamos tenido, será contestado y será satisfecho por nuestro Rey. 

No dejes de anhelar y esperar ese glorioso momento en que Él se encuentre reinando. 


Verónica Rodas es esposa del pastor Luis Rodas. Madre de Cintia (17) y Zoé (6). Juntos sirven al Señor en Córdoba, Argentina. Su anhelo es mostrarle a la mujer lo deleitoso y hermoso que es ser discípula de Cristo.

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