Skip to main content

Pasaje devocional: Romanos 10:1-13

Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. Romanos 10:13

Nací y crecí en una familia cristiana. Conviví con hombres y mujeres de Dios. De pequeña tenía inquietudes en cuanto a la salvación, ya que otros niños de la iglesia expresaban ideas que eran muy confusas para mí. Tal vez no tenían la suerte de tener unos padres y unos hermanos de la iglesia que fueran “verdaderos cristianos”.

Recuerdo cuando mi madre me decía: “Como cristianos tenemos la obligación de dar a conocer las buenas nuevas de salvación”. Y yo le respondía: “A mí me da pena hacerlo”. Con todo el amor del mundo ella volvía y me decía: “Verás que un día no te va a dar pena y te vas a convertir en una portadora de las buenas nuevas”. Realmente dudaba lo que mi madre me decía, me sentía muy poca cosa y era muy tímida.

Pero la predicción de mi madre se cumplió y desde hace tiempo el Señor me ha venido usando como su humilde portadora. Hoy, ya no me da pena hablar de las buenas nuevas, del deseo del Señor de que todos conozcan Su amor y Su perdón y de la seguridad de la vida eterna para todos los que lo recibimos como nuestro Salvador personal.

Padre, ayúdanos a ser portadores de las buenas nuevas de salvación a toda hora y en todo lugar.

Un devocional de Revista Quietud

Leave a Reply

Hit enter to search or ESC to close