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[PASAJE DEVOCIONAL: SANTIAGO 4:1-7]

Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. (Sant. 4:7)

Después del divorcio de mis padres, tuve que tomar el manejo de una casa y asumir la responsabilidad de velar por mi hermano pequeño. Aunque era una niña, tuve que enfrentarme al mundo como una adulta. Aprendí a ser independiente, tomar mis propias decisiones y salir adelante, aun en circunstancias adversas. Gracias a Dios recibí a Cristo como Salvador a la edad de catorce años.

Fue Él quien me guio y me dio la fuerza para cumplir con mis responsabilidades, como estudiante, ama de casa y madre para mi hermano. Cuando me casé, aunque joven, estaba preparada para asumir la responsabilidad de un hogar.

No me casé porque necesitaba protección, ni tampoco porque necesitaba que alguien me mantuviera o que tomara decisiones por mí. ¡No! Yo escogí casarme porque estaba segura de que Dios había escogido para mí al hombre idóneo y porque me enamoré de él.

Al casarnos, ambos prometimos al Señor, y el uno al otro, amarnos hasta que la muerte nos separara. Aunque antes de casarme me era difícil entender los consejos de Pablo hacia las mujeres casadas, al convivir con mi esposo entendí sus consejos. No tengo ninguna reserva en someterme a mi esposo porque sé que él trata de imitar el amor que siente por mí, al amor que Jesús sintió por Su Iglesia. Yo, como mujer y esposa, escojo someterme a mi esposo, no porque tengo que, sino porque quiero hacerlo.

Si queremos tener la victoria en nuestra vida, tenemos que escoger someternos a Dios y hacer Su voluntad incondicionalmente, sin dudas y sin recelos. ¿Me es difícil resistir la tentación de saborear un pastelito de guayaba? «Sí», ¿quiero resistir? A veces me falta la voluntad y cedo porque es lo más fácil. ¿Cómo puedo resistir para no ceder ante lo que deseo, cuando sé que no es bueno?

Jesucristo escogió hacer lo que no quería hacer porque estaba sometido a la voluntad de Dios. Aunque tuvo la oportunidad de evitar morir, no lo hizo porque escogió resistir al diablo. Escojamos someternos a Dios y resistir al diablo. ¡El resultado será la victoria, y así glorificaremos a Dios!

Padre, escojo someterme a ti y resistir al diablo.
Ayúdame, para que la honra y la gloria
sean para ti.

Un devocional de Devoción para el corazón (B&H Español)

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