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Agradecimiento

Agradecida por la cruz

November 24, 2021 By lifewaymujeres Leave a Comment

Por Angélica Rivera

Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.
Hebreos 12:2

Debo confesar que tenía años entendiendo mal este texto. Pensaba que cuando decía que “por el gozo puesto delante de Él, soportó la cruz” se refería a que Cristo sabiendo que ya pronto estaría junto a Su padre, sin dolor, con toda la gloria que le pertenecía desde un principio, encontró la fuerza para soportar la cruz. Pero pude entender que Su gozo no radicaba en eso, si no en el conocimiento de que con Su muerte estaría dando vida a muchas personas que estaban separadas de Dios. Con Su muerte compraría la redención de mi alma, lo que le dio la fuerza para permanecer en la cruz. Fue Su inmenso e inagotable amor por mí. Ni aún en la última hora de Su vida, pensó en Él. Menospreció el costo tan grande que tendría que pagar, porque pensó en la gran salvación que yo obtendría, y eso le traía un inexplicable gozo.

¡Oh, qué amor tan grande, qué corazón tan tierno y manso, me sobrecoge Su bondad y misericordia!

Yo no merecía un regalo y sacrificio tan grande, yo no le buscaba, no le amaba, ni siquiera podía, era Su enemiga. Pero Su amor, color de sangre carmesí, me venció, me cautivó, estoy agradecida por Su gran obra en la cruz, lo que anhelo es darle por completo mi vida. Él es digno.

Lo más triste es que nos hemos familiarizados con esta verdad tan gloriosa. Hemos escuchado hablar tanto de la cruz, que ya no nos emociona. ¡Cuán fácil volvemos lo sublime en algo ordinario!

Así que hoy quisiera que pudiéramos hacer un espacio en nuestras agendas y volver a la cruz, a ese lugar donde le conocimos y agradecerle por Su inmensa bondad.

Podríamos enumerar muchas razones por las cuales estar agradecidas por la cruz, pero sólo estaré compartiendo seis motivos:

1. Agradezco a Dios, porque al ver la cruz, recuerdo cada etapa de mi vida en que Él me ama. Mis circunstancias actuales no son las que determinan Su amor, la cruz lo demostró. (Juan 3:16)

2. Agradezco a Dios por la cruz, porque tengo esperanza en que soy salva y perdonada de mi maldad. Su sacrificio me hizo libre de cargar con mi pecado y de no sentir culpa. Él me perdona. (1 Juan 1:7)

3. Agradezco porque iba camino al infierno, pero ahora me espera una patria celestial, estaré junto a Él por la eternidad. No había forma de entrar al cielo por mis esfuerzos, pero la cruz es ese puente que me permite reconciliarme con Dios. Él es el camino hacia el Padre. (Juan 14:6)

4.  Agradezco porque por la cruz, puedo acercarme con confianza al trono de la gracia, sabiendo que Él es mi sumo sacerdote que se identifica conmigo, que fue tentado en todo, pero sin pecado. (Hebreos 4:15)

5.  Agradezco porque sin cruz no hubiera resurrección. La muerte más injusta, pero la salvación más grandiosa, una tristeza enorme, un gozo indescriptible, al morir en la cruz, la muerte fue vencida, y nuestra resurrección asegurada. Él es la vida. (1 Corintios 15:12-56)

6. Agradezco porque la cruz me enseña cómo vivir en obediencia a Dios, aceptando Su voluntad y planes para mi vida. Vivo confiando en Sus promesas, me enfocan a tomar cada día mi cruz y seguirle. La cruz me enseña que esta vida solo vale la pena ser vivida para amar a Dios y a los demás, Él es Jesús, es mi ejemplo y yo debo seguir Sus pasos. Su muerte en la cruz, me motiva a vivir ahora sin reservas para Él. (Mateo 16:24, 1 Ped 2:21)

Dios en la cruz trató a Jesús como si hubiese vivido tu vida, para tratarte a ti, como si hubieras vivido Su vida. 

John MacArthur

Cristo nunca pecó. Pero Dios lo trató como si hubiera pecado, para declararnos inocentes por medio de Cristo. (2 Corintios 5:21)

¡Oh que preciosa cruz! A través de ella, puedo conocer Su corazón tierno de buen pastor. Cuanta paz trae a mi vida el saber, que tengo una salvación tan grande y que soy eternamente amada.

Y tú, ¿qué agradeces de la cruz?

Angélica Rivera de Peña es diaconisa en la Iglesia Bautista Internacional, República Dominicana,  es graduada del Instituto Integridad & Sabiduría y tiene un certificado en ministerio del Southern Baptist Theological Seminary, a través del programa Seminary Wives Institute, está casada con el pastor Joel Pena, encargado del ministerio de Vida Joven de su iglesia donde Angélica sirve junto a su esposo, y tienen dos hijos, Samuel y Abigail.

Motivos verdaderos de agradecimiento

November 10, 2021 By lifewaymujeres 1 Comment

Por Cathy Scheraldi de Núñez

Mientras más estudio la Biblia más evidente se hace que la gratitud debe ser el corazón del cristiano. Antes de venir a Cristo pensábamos que estábamos bien y aceptábamos nuestras fallas porque “nadie es perfecto.” Pero al ser regeneradas por el Espíritu Santo, Su morada nos ayuda a entender nuestra pecaminosidad. Juan Calvino dijo que somos totalmente depravados. ¿Cómo? Esto no significa que siempre actuamos lo más mal que podemos hacerlo, sino que aún cuando hacemos el bien nuestros motivos no son puros, están manchados por el pecado. 

La gratitud es tan importante para Dios que la ingratitud fue la base del juicio de Dios contra la humanidad (Romanos 1:21). En Génesis 1:27 aprendemos que fuimos creadas a la imagen de Dios, lo que significa que debemos representarlo en todo, mientras caminemos aquí. Se supone que la gente pueda mirarnos y ver el carácter de Jesús. Yo soy la primera que admite no hacerlo ¿y porqué no lo hacemos? Por la naturaleza pecaminosa con que nacemos como leemos en Romanos 3:23 “todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios.”  Y es pura misericordia de Dios que no muramos con el primer pecado (Génesis 3:17). 

En vista de esto.

  • La primera razón por la cual debemos tener gratitud es por la vida, y debe ser cada mañana cuando despertamos porque Sus misericordias son nuevas cada mañana (Lamentaciones 3:22-23). 
  • La segunda razón es que aparte de Dios crearnos y crear el mundo, Él también lo controla para proveer lo que necesitamos para trabajar y entonces cubrir nuestras necesidades (Salmos 110). 
  • La tercera razón es por la salvación que nos ha regalado. Él nos eligió antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4), y luego nos llamó. Todo es un regalo exclusivamente por fe sin que hayamos hecho algo para ganarlo (Efesios 2:8-9) No podemos hacer nada para merecer este regalo. Pero la misericordia es aún mayor porque estábamos muertas en nuestros delitos y pecados (Efesios 2:1) y como los muertos no pueden hacer nada, y Juan 3:3 explica que nadie que no haya nacido de nuevo puede ver el reino de Dios, entonces Dios tenía que abrir nuestros ojos dándonos la capacidad de nacer de nuevo. 
  • La cuarta razón que está relacionada con este evento es la morada del Espíritu Santo con la regeneración que nos dirigirá en la verdad (Juan 14:16-17). Es importante que recordemos que la salvación no es solamente un rescate del infierno sino Él nos ha dado “toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3) y lo que hace esto aún más increíble es que éramos sus enemigas! (Romanos 5:10) La bondad de Dios es tal que fuimos adoptadas en su familia (Efesios 1:5) y ahora somos coherederas con Cristo (Romanos 8:17)
  • La quinta razón es que Él nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el poder de Cristo (1 Pedro 1:3). Y ¿cómo es que lo hace? Primero, nos dio la Biblia y fue el Espíritu Santo el que inspiró a los autores para que pudiéramos conocerle, y es el mismo Espíritu Santo quien nos da la capacidad de entender lo que está escrito (1 Corintios 2:14). Y si esto no fue suficiente mandó a Jesucristo en carne y hueso para mostrarnos a Dios (Juan 14:9) y modelar cómo debemos vivir (Mateo 16:24).  Él nos ha provisto todo lo que necesitamos para glorificarle en nuestras vidas (2 Pedro 1:3).  
  • La sexta razón es que Dios está moldeándonos a Su imagen para que podamos reflejar Su gloria, y como vimos es la razón para nuestra existencia (2 Corintios 3:8). 
  • Mientras más nuestras vidas reflejen Su imagen, más obras buenas haremos que nos lleva a la séptima razón y es que Él ha preparado de antemano las buenas obras en las cuales  debemos caminar (Efesios 2:10).  Él nos exhorta a dar gracias en todas circunstancias (1 Tesalonicenses 5:18), no solamente en las placenteras, porque Él está orquestando todo para que, a través de la vida, seamos formadas a su imagen porque “todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.” (Romanos 8:28-29) Él utilizara las pruebas y dificultades para purificar y fortalecer nuestra fe (Colosenses 1:11), y para glorificarle a Él (2 Corintios 4:17). ¡Y aun si el sufrimiento nos lleva a la muerte, pasaremos a Su presencia para siempre! (2 Corintios 5:8).

Nosotras somos criaturas creadas, finitas y pecaminosas, pero ¡redimidas y sostenidas por nuestro Dios, por Su inmerecida gracia!, y la gratitud demuestra el reconocimiento de lo que Dios hizo y sigue haciendo por nosotras a través de Jesucristo. Realmente es la única respuesta apropiada a una gracia tan generosa. Dios realmente no nos debe nada y nos ha regalado lo mejor que pudiéramos recibir en Jesucristo. Somos deudoras y siempre lo seremos, sin embargo, Dios alcanzó su cenit al sacrificar su único hijo para regalarnos la salvación (Juan 3:16).

Él ha puesto la eternidad en nuestros corazones (Eclesiastés 3:11) y con un encuentro con Jesús este anhelo se transforma de un vacío existencial a llenura y propósito. Nuestras vidas se llenan de gozo y plenitud porque vivimos a Su diestra (Salmo 16:11). Por todas estas razones y más, Jesús merece que nuestras vidas demuestren gratitud por la eternidad. Oro para que nosotras podamos rogar como Pablo en 2 Corintios 9:15 “¡Gracias a Dios por Su don inefable!”

Cathy de Núñez, es parte del ministerio para mujeres “Ezer” de la Iglesia Bautista Internacional en Santo Domingo, Directora Programa Radial Mujer para la gloria de Dios, escritora del libro “El ministerio de mujeres” y co-escritora del libro “Revolución Sexual” junto con su esposo el pastor Miguel Núñez. Puedes seguirla en Facebook y Twitter.

Agradecida en el sufrimiento

November 25, 2020 By lifewaymujeres Leave a Comment

Por Wendy Marín Ortiz

Bueno me es haber sido humillado,
Para que aprenda tus estatutos.
Salmos 119:71

¿Quién reconoce que la humillación es algo bueno para su vida? Al menos de manera genuina, sin despecho y sin amargura. Me atrevería decir que casi nadie. 

El salmista en este versículo 71 este Salmo 119 está respondiendo a la humillación y el sufrimiento.

En la primera parte del versículo, él reconoce que fue bueno, (bien, hermoso, positivo) haber sido humillado, (afligido, oprimido, atormentado, perdido). 

Cuando estudiamos estas palabras, inspiradas por Dios, puede que sintamos cierta resistencia. Y es que la humillación y la respuesta del autor a ella es contracultural. 

La humillación es algo que no deseamos. Nuestra “Eva interior” nos impulsa a ser orgullosas, a no dejarnos humillar por nada ni por nadie. Y cuando somos humilladas por Dios, por otros o por las circunstancias, nos indignamos, comenzamos a auto-justificarnos, decimos: Yo soy muy buena, yo le sirvo al Señor… ¿por qué me pasa esto? ¡Qué equivocadas estamos! 

Cuando actuamos de esta manera, negamos el carácter de Dios. Declaramos con nuestra actitud que Dios no es bueno y  no cuida de los suyos. Todas sabemos que eso es mentira.

Porque el Señor es bueno;
Para siempre es Su misericordia,
Y Su fidelidad por todas las generaciones.
Salmos 100:5

Si hemos sido verdaderamente salvadas al venir a Cristo en arrepentimiento genuino y fe sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:28

Precisamente, en la segunda parte del versículo 71 del Salmo 119, él identifica el motivo por el cual esta humillación es buena. La palabra “para” en el original es propósito. Por lo que el autor expresa que el propósito fue “aprender” (adiestrarse, apto para la guerra, domado) los estatutos (la Palabra, los mandamientos, la ley) de Dios. 

El sufrimiento y la humillación nos muestran lo idólatras, efímeras, vulnerables e incapaces que somos. Es allí, en nuestra condición irremediable que viene nuestro Dios bueno a adiestrarnos en Su Palabra. 

Aquí algunas de las incontables enseñanzas en las que nuestro buen Padre desea que seamos adiestradas mientras sufrimos. 

*Su Palabra nos enseña que Él estará con nosotras a través de la situación por la que atravesamos.

Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo…Isaías 43:2

*Su Palabra nos recuerda que el sufrimiento y la humillación son el camino hacia Él.

Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Salmos 51:17

*Su Palabra nos anima a acercarnos a Él cuando necesitemos ayuda.

Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Hebreos 4:16

*Su Palabra nos muestra Su soberanía y control.

Todo lo que Jehová quiere, lo hace,
En los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos. Salmos 135:6

*Su Palabra nos recuerda que nuestra mayor tribulación es el pecado y que Cristo la venció en la cruz para nuestra salvación.

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! Efesios 2:4-5

*Su Palabra nos recuerda que Cristo sufrió la más grande humillación para que pudiéramos tener acceso al Padre. 

Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló Él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2:5-8

Cuando somos adiestradas por Dios a través de Su Palabra podemos ver la humillación con nuevos lentes. Su Palabra transforma nuestra auto-justificación por sometimiento a Su soberanía. Decimos como Job, ¿Aceptaremos el bien de Dios pero no aceptaremos el mal? Job 2:10.
Además, reconocemos que nuestras incomodidades actuales y los días difíciles, nunca antes vividos, no se comparan a la humillación de Cristo. 

El sufrimiento y la humillación son reales, duelen y mucho. Aferrémonos a Su Palabra, ella nos recuerda Su carácter, Sus promesas y Su sacrificio. Ser agradecidas cuando todo está bien es muy fácil, aunque muchas veces lo olvidamos. Seamos agradecidas en todo porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 1 Tesalonicenses 5:18

En medio del sufrimiento y la humillación, llora, sí puedes llorar pero también agradece, reconoce la soberanía de Dios en el proceso y deja que Su Palabra te enseñe. Tal vez cuando todo finalice a este lado de la eternidad o cuando lleguemos allá, podremos proclamar como el salmista: Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos.

Wendy Marín Ortiz es la Coordinadora de Lifeway Mujeres, pecadora redimida, esposa de Oscar, madre de Owen y Marina. Le apasiona conocer el carácter de Dios y encontrar a Cristo a través de toda la Escritura. Su anhelo es que cada mujer tenga esta misma pasión.

Solteras (agradecidas) preparando su boda

November 18, 2020 By lifewaymujeres 1 Comment

El descanso que solo se encuentra en la soberanía de Dios

Por Isabel Andrickson

El que ofrece sacrificio de acción de gracias me honra (Sal. 50:23, énfasis añadido). No se trata de un ritual, ni de religiosidad, tampoco de adoptar poses, sino de adorar a Dios a pesar de las circunstancias. Las quejas que cultivamos en nuestros corazones solo revelan nuestra insatisfacción con Su orquestación; desconfianza de Su amor por ti, orgullo e ingratitud.

Si hoy no estás contenta con tu soltería, mañana con el esposo tampoco lo estarás. Todos son cisternas rotas que no retienen agua (Jer. 2), y necesitan ir a la Fuente de Agua Viva. Las quejas e ingratitud de hoy por la soltería, serán las de mañana por el matrimonio. 

Pon los ojos en quien sí tienes, que nunca te dejará (Heb. 13:5) y prometió suplir todas tus necesidades (Fil. 4:19); evita exponerte a películas, canciones, lecturas que quiten tu mirada de Cristo. No solo penetran nuestra mente, sino también el corazón. Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida (Prov. 4:23).

Solo Dios sabe los planes que tiene para tu vida en este mundo. Ya sea que te cases o no, Sus planes siempre serán para tu bien. No sé tú, pero yo no quiero perderme lo mejor de Dios para mí, ya sea que me case o no. Lo mejor ya me lo dio en la cruz.

En la resurrección, no se darán en casamiento, dijo Jesús. Pero sí habrá una gran boda, las Bodas del Cordero donde todas estamos convidadas. Cada etapa de tu vida forma parte de los preparativos de esa boda, la tuya. ¡Disfruta la organización de tu boda!

No puedo imaginarme haber permanecido sentada en aquel «banco de la estación» esperando a quien no ha llegado, desperdiciando mi soltería, no aprovechando bien el tiempo, perdiendo oportunidades de conocer, servir y amar más a mi Amado y de unirme a Su obra.

Dios quiere que usemos todos los problemas (¡y circunstancias!), provengan de donde provengan y sean de la naturaleza que sean, para conformarnos a la imagen de Su Hijo. Nuestra semejanza al Novio es el fin último de los preparativos de nuestra boda (Rom. 8:28-29).

Te regalo estas palabras de Charles Spurgeon para los días tristes de soledad: Si cualquier otra condición fuera mejor para ti que aquella donde estás ahora, el amor divino te hubiera colocado allí. No tengas miedo, confía en el corazón de tu Padre celestial.

Un fragmento del libro Mujer verdadera (B&H Español)

Un corazón agradecido en el trabajo

November 11, 2020 By lifewaymujeres Leave a Comment

Por Karla de Fernández

Hace aproximadamente seis meses que la pandemia por Coronavirus-19 sorprendió de manera abrupta a la población. Países grandes y pequeños se detuvieron de un día a otro para que la población se resguardara en sus hogares para la preservación de su vida. 

Poco sabíamos de ese virus microscópico que detuvo naciones y que paralizó la economía. Empresas detuvieron producción, negocios cerraron, miles, millones de empleos se perdieron alrededor del mundo dejando a las familias con la incertidumbre si podrían sostenerse sin una fuente de ingresos.

Con el paso del tiempo y conociendo más como actúa el virus, los médicos y gobiernos de los diferentes países ante la necesidad de reactivar la economía, han instruido a la población a regresar paulatinamente a los empleos que aún están disponibles y a la apertura de algunos negocios que no presentan mayor riesgo de contagio entre las personas que laboran y las que pudieran acudir a ellos.

Poco a poco regresamos a lo que han llamado nueva normalidad. Una normalidad en la que algunos hemos aprendido a ser más conscientes de nuestra salud, otros han reconocido su necesidad de afianzar su fe en Cristo, otros más en agradecer un día más de vida y lo que con ella venga. 

Este tiempo ha servido también para aprender de contentamiento y de agradecer con intencionalidad por lo que se nos ha permitido vivir, que, aunque no han sido momentos sencillos o agradables, ir a la Palabra nos recuerda que todo lo que nos acontece a los hijos de Dios es para nuestro bien (Ro. 8:28), para que en medio de las pruebas y aflicciones nuestro carácter sea transformado y nos parezcamos más a Cristo.

En medio de la pandemia, o lo que sea que nos ha tocado vivir, nuestro corazón debe estar confiado en que la voluntad de Dios para nosotros es buena, agradable y perfecta. ¿Por qué te digo todo esto? ¿Por qué hago mención de la pandemia y lo que esta trajo? Porque a raíz de ese paro en la economía, un gran número de personas que quedaron sin empleo hoy están laborando en lugares que quizá no es de su agrado, pero por la necesidad del momento, siguen ahí. 

Muchos quizá frustrados, descontentos, desanimados; algunos con un sueldo muy por debajo de lo que sus gastos requieren, otros quizá teniendo maestrías o doctorados se encuentran laborando en un lugar donde no se requiere de estudios. Otros cuantos estarán en un lugar donde no se le reconoce la labor que hace y es un número más en la lista de empleados o quienes tienen una larga jornada laboral y no hay tiempo para nada más que dormir. Todo esto es triste, y muy real.

No quiero parecer simplista o indolente ante estas situaciones, en realidad las hablo desde la experiencia porque he estado en más de una de ellas en el pasado. Sin embargo, con el paso del tiempo y mirando hacia atrás a cada empleo que tuve, puedo ver que la gracia de Dios siempre estuvo allí y es mi oración que puedas no solo recibirla, sino reconocerla y apreciarla también en el lugar donde estás laborando.

En Su gracia estamos todos los hijos de Dios, en el lugar que estamos es por Su gracia y porque soberanamente el Señor así lo ha orquestado. Puede que no sea el lugar que a nuestros ojos sea el mejor, pero a los ojos de Dios, sí lo es.

Si nosotras supiéramos lo que Dios sabe acerca de cómo terminaremos a final de año, quizá viviríamos más contentos, menos preocupados y más agradecidos con Él. Pero, para ser honestas, si supiéramos todo eso, es muy probable que también estaríamos lejos de Dios por la seguridad que el conocer algo nos brinda.

Entonces, como no sabemos cómo terminará ni el año, el mes o el día, necesitamos descansar en que Dios sí lo sabe, y no solo eso, sino en descansar que Él tiene cuidado de nosotras y que Él sigue siendo Dios, sigue estando en Su trono, Él sigue gobernando sobre toda la creación.

Créeme, aunque no sepamos cómo será, sí podemos vivir contentas recordando que Cristo está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, eso incluye los días y los lugares donde pareciera que no es donde deberíamos estar. 

Menos preocupadas porque siendo hijas de Dios, Él tiene cuidado de nosotras; tenemos un sitio donde laborar y por el cual Dios nos provee para ayudar a sustentar el hogar en el que estamos. Es Dios cuidando de Sus hijas cuando en todo el mundo aún no hay claridad para lo que deparará en cuanto a la economía. 

Más agradecidas, porque de tantos miles y de personas a nuestro alrededor sin un empleo formal, nosotras tenemos uno que Dios ha permitido tengamos. Si cada noche nos tomamos unos minutos para agradecer por las bendiciones diarias nos daremos cuenta de cuán bendecidas hemos sido, de cómo todo lo que tenemos y el lugar donde estamos es solo por Su gracia, para nuestra santificación y finalmente para Su gloria.

Veamos a nuestro alrededor, admiremos lo que Dios ha hecho con nosotras. Mira ese empleo como una oportunidad para crecer en contentamiento, en paciencia para con los que te rodean; mira a tus compañeros de trabajo y quizá te des cuenta de que uno de los motivos por los cuales Dios te tiene ahí es por la gran necesidad que ellos tienen de Dios y tú eres a quien Dios usará para encaminarlos a Su Hijo Jesucristo.

Mira ese lugar cómo una oportunidad de servicio al Señor, de poder orar con otros. Piensa en esto, es probable que ese trabajo no sea el ideal para ti, no es lo que quisieras como para hacer carrera allí, pero en la economía de Dios, nada de lo que hacemos se trata de nosotros, nada es para nuestra gloria, sino para la gloria de Su Nombre. 

Al estar donde estamos, se sigue tratando de Él. No es el empleo ideal para nosotros, pero sí es el ideal para compartir el evangelio, y Dios lo sabe. Que cada empleo que tengamos vayamos con la mentalidad y la oración de que Dios será exaltado, nosotras santificadas y al final, Su gloria será manifiesta. 

Gracias a Dios por esos empleos que nos recuerdan que todo se trata de Él. 

Y todo lo que hagan, de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de Él a Dios el Padre (Col. 3:17).


Karla de Fernández. Nacida en México, es hija y sierva de Dios por gracia, esposa y madre como privilegio. Tiene su blog desde donde comparte con las mujeres su pasión por la Palabra de Dios. Es la coordinadora de Iniciativas para mujeres Soldados de Jesucristo y dirige el podcast “Mujeres en Su Palabra.” Es la autora del libro “Hogar bajo Su gracia.” Puedes seguirla en Blog, Facebook y Twitter.

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