• Skip to content
  • Skip to secondary menu
  • Skip to primary sidebar

Lifeway Mujeres

Lifeway Mujeres

  • Inicio
  • Estudios Bíblicos
  • Libros
  • Biblias
  • ARTÍCULOS
  • AUTORAS
    • Aixa de López
    • Cathy de Nuñez
    • Patricia Namnún
    • Wendy Bello
    • Karla de Fernández
    • Dámaris Carbaugh
    • Liliana Llambés
  • Podcast

#Artículo

Un reino eterno

December 16, 2020 By lifewaymujeres Leave a Comment

Por Mirna Espinoza

El Edén, ese jardín precioso, con todo lo necesario. Más allá de las cosas materiales lo mejor era que estaba Él. Nuestro Rey, habitando con los nuestros, ejerciendo Su reinado perfecto sobre toda Su creación. No imagino cómo era verlo caminar entre las praderas, escuchar Su voz en cualquier momento del día. Pero caímos, creímos la mentira que podíamos tener nuestro propio reino y traicionamos al ÚNICO REY VERDADERO Y ETERNO.

Al suceder esto comenzamos a construir muros, grandes edificios sin puertas, castillos enormes en donde quienes reinarían seríamos nosotros, creíamos que eso sería lo mejor que nos podía pasar, pero estábamos en un espejismo desde que huimos lejos de nuestro buen Dios. 

Lo que perdimos de vista es que estábamos atrapados en engaños de “una vida mejor” Queriendo construir grandeza, nos hundíamos en nuestro pecado.

Y mientras esto sucedía ¿el reino de Dios se había acabado? ¡De ninguna manera! El único y legítimo Rey estaba en Su trono, ejerciendo Su soberanía desde siempre. Sabiendo todo con antelación nunca hubo un plan alternativo a lo que Él ya había visto desde antes de crear la primera hoja o la primera gota. Jesús siempre estuvo y siempre estará, siguiendo un plan detallado para reafirmar Su dominio sobre toda la creación. Vendría a rescatar a los suyos, que habían decidido huir.

Porque yo sé que el Señor es grande, y que nuestro Señor está sobre todos los dioses. Todo cuanto el Señor quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos. 
Salmo 135:5-6

Siempre ha sido Rey, pero no teníamos acceso a Su reino. Nuestra posibilidad de entrada comenzó, con el llanto de un bebé, así se puso la primera piedra, destruyendo los muros que con tanta dedicación construimos, solo Él podía derribarlos. Un pequeño pero poderoso Rey que nació en Belén y que vendría a coronarse, no a través de guerras ganadas, sino por medio de un servicio inesperado por aquellos que lo habían abandonado. 

El reino eterno de Dios, uno que no es como el nuestro, sino uno en donde todo es perfecto como Él lo es. Este reinado con el único Rey justo, lo habíamos rechazado. Jesús en Su obra perfecta viviendo como nosotros no pudimos, mostró que realmente estábamos muertos. Muriendo la muerte que merecíamos, haciendo un derroche de amor escandaloso. Y el despliegue de gloria al resucitar mostrando nuestra resurrección venidera para llevarnos de vuelta al reino al que pertenecemos. Jesús abrió la brecha para volver al palacio real, no como esclavos sino herederos legítimos por las obras del Cordero.

Siempre estaremos dentro de las paredes del corazón del Padre. Viviremos eternamente para servirlo. Este Padre que no escatimó a Su propio Hijo, y a ese Hijo que no consideró ser Dios como algo a que aferrarse. Los malvados, rebeldes, injustos y pecadores nos convertimos en hijos para habitar en Su reino por la eternidad.

¿Cómo es el reino eterno de Dios? No podemos saber con certeza los detalles, pero sabemos algo con completa seguridad, estará Él. Y todo lo que necesitamos está completamente satisfecho allí, cerca de su corazón. Nunca más lloraremos, por siempre querremos obedecer, alabaremos eternamente y cantaremos acerca de lo maravilloso que es nuestro Rey. Todo será perfecto.

El reinado de Dios no tiene inicio y no tendrá final, Cristo vino a confirmar este reino y abrirnos espacio para entrar y ahora nosotros habitaremos allí, en la tierra nueva. Su dominio no empezará cuando venga por segunda vez, ese dominio sobre todas las cosas ya empezó. Nosotros ya estamos bajo ese reinado, por lo tanto, debemos actuar como ciudadanos de esta nueva tierra no como los prisioneros que nosotros mismos nos hicimos, sino completamente libres, como Él nos hizo.  

El reino de Dios tocó la tierra cuando Jesús nació para salvarnos, ahora esperemos ansiosos cuando todo sea restablecido y habitemos en Su reino por el resto de la eternidad. Infinitamente estaremos con Él y conoceremos este reino y ese es el más grande regalo de Navidad.

El Señor es mi roca, mi baluarte y mi libertador; Mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el poder de mi salvación, mi altura inexpugnable y mi refugio; Salvador mío, Tú me salvas de la violencia. Invoco al Señor, que es digno de ser alabado, y soy salvo de mis enemigos.
2 Samuel 22:2-4

Mirna Espinoza, guatemalteca con un corazón rebelde que es constantemente corregido por Dios. Salvada por gracia y sin merecerlo. Siempre estudiante y nunca maestra. Sirve al Señor siendo colaboradora para Lifeway Mujeres, en su iglesia local y escribiendo en su blog personal Eufonía, IG: @eufoni.a (para visitarlos solo da clic sobre el nombre del blog y/o sobre nombre de usuario de Instagram)

La motivación correcta para obedecer a Dios

November 28, 2020 By lifewaymujeres Leave a Comment

Por Angélica Rivera de Peña

Compartiendo el evangelio con una joven, le explicaba que el sacrificio de Cristo en la cruz fue hecho como la mayor muestra de amor para la humanidad, permitió que todos nuestros pecados hayan sido perdonados. No debemos hacer nada para ganarnos la salvación porque es un regalo de Dios.

Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. 

Ef. 2: 8-9

Añadí que al recibir una salvación tan grande lo menos que podríamos hacer es obedecerle como una muestra de nuestro agradecimiento. Me quedé pensando luego en esta afirmación de: “que lo menos que podríamos hacer es obedecerle.”

Dios me permitió percatarme de mi error, no obedezco porque es lo menos que podría hacer o porque es lo justo ante tan grande sacrificio de parte de Dios. Pensar así impone sobre mis hombros una carga, de sentir que es una paga por Su obra, o que estoy en deuda. Ciertamente si lo veo así viviré frustrada cuando no pueda cumplir con el estándar de obediencia de Dios y buscaré obedecer a Dios porque me siento obligada y más aún podría sentirme lejos de Dios porque me sentiría condenada al saber que no soy tan buena como quisiera.

La obra de Cristo en la cruz no solo implica el perdón de mis pecados, sino que también incluye que Dios me ve justa, aceptada, que Él se complace en mi vida, porque la justicia de Cristo, Su victoria sobre la ley me fue imputada, sus honores son míos, y esto me deja libre para no tener que servir a Dios para buscar su aprobación, para que me ame, o porque Él se lo merece y es lo que tengo que hacer.

¿Te das cuenta del cambio que se produciría en nuestras vidas si entendemos y meditamos día a día en Su obra y amor a nuestro favor?

Si creo esta verdad y vivo conforme a ella, se acabará la culpa por mi pecado, se acabaría la carga de tener que demostrar a otros que somos buenos o importantes. Sin importar lo que otros piensen, eres precioso a Sus ojos, podremos acercarnos con confianza ante el trono de Dios porque  ahora Él te ve como a Su hijo, limpio, digno. 

Cuando estaba en noviazgo con quien ahora es mi esposo, recuerdo que él trabajaba en ocasiones hasta tarde y yo acostumbraba a dormirme temprano. En muchas ocasiones me quedaba despierta esperando su llamada solo para hablar con él. Esperar a mi amado, no era un sacrificio, dormir poco era insignificante comparado con el disfrute de conocerlo. Entre más lo conocía más quería estar con él.

La obediencia a Dios es algo que debe de salir de un corazón que está apasionado por Dios, y es allí donde Sus mandamientos no serán gravosos, ningún sacrificio será grande, porque la pasión que sentimos por Dios nos consume de tal manera que ya no le obedeceremos porque es lo que me dicen que debo hacer o para que no me vaya mal, sino porque le amo, y me deleita hacer Su voluntad. 

Lo cierto es que muchas veces no hemos sido impactados por el amor de Dios, ni pensamos a menudo en eso, por eso Pablo oraba para que pudieran comprender la anchura y profundidad del amor de Cristo. Nuestro amor por Dios se irá acrecentando a medida que más le conozcamos.

De manera que Cristo habite por la fe en sus corazones. También ruego que arraigados y cimentados en amor, ustedes sean capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que sean llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios. 

Efesios 3: 17-19

Podríamos estar obedeciendo a Dios, como lo hacían los fariseos, cumpliendo un sinnúmero de reglas lo cual nos volvería unos hipócritas, orgullosos, legalistas, viendo a los demás como inferiores a nosotros y estar bien lejos de Dios y no amarle ni conocerle.

Podríamos estar llenos de actividades ministeriales y decir que estamos obedeciendo a Dios quien nos llamó y volver las actividades en un medio para buscar reconocimiento y aprobación de los hombres y no amar a Dios.

Cuando obedecemos por amor ningún sacrificio es grande, por eso podían morir con una sonrisa esos mártires del ayer, porque la muerte solo podría llevarlos junto a quien anhelaban estar, el precioso Salvador que le había amado con un amor sin igual, porque sufrir por el amado era un honor.

No se trata de tener tiempo con Dios por obligación porque es lo que me han dicho tantas veces que tengo que hacer, si no que tengo mi tiempo con Dios porque le amo y es lo que mi alma más anhela cada día. 

Que nuestro amor y pasión por Dios sea aumentado cada día, mientras entendemos el increíble amor de Dios a nuestro favor, trayendo como resultado una vida de obediencia gozosa.

Angélica Rivera es diaconisa en la Iglesia Bautista Internacional, República Dominicana,  es graduada del Instituto Integridad & Sabiduría y tiene un certificado en ministerio del Southern Baptist Theological Seminary, a través del programa Seminary Wives Institute, está casada con el pastor Joel Pena, encargado del ministerio de Vida Joven de su iglesia donde Angélica sirve junto a su esposo, y tienen dos hijos, Samuel y Abigail.

Creada para ser sutil

November 21, 2020 By lifewaymujeres Leave a Comment

(Pr 31:21)

Por Verónica Rodas

Observa con sabiduría los tiempos y se prepara.  
Proverbios 31:21 “No tiene temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles.”  

El versículo comienza mencionando que esta mujer: “No tiene temor de la nieve.”  Temor es un sentimiento que se produce al considerar que algo perjudicial o negativo puede ocurrir. Es el terror que provoca ver que una situación puntual puede conllevar un efecto negativo.  

Bien, esta mujer no tiene temor del porvenir ¿cuál es su secreto? Tiene el mayor bien que puede tener, a Dios mismo. Sin dudar, confía y descansa en Él en cada situación que tiene que enfrentar. Echa mano de la sabiduría que solo Dios puede dar, prevé los diferentes tiempos que puede enfrentar su familia y trabaja en ello para que nadie sufra ninguna consecuencia. Podríamos definir a esta mujer como alguien sutil.  

¿Qué quiere decir “sutil”?  

Se aplica a la persona que tiene ingenio para comprender con claridad el sentido más profundo de las cosas. Alguien así, por medio de su sutileza, puede prevenir y evitar un peligro. Toma todas las medidas necesarias para que el mal no suceda. No tiene miedo a los cambios.  

Esta mujer no tenía temor porque se preparó anticipadamente confeccionando la ropa de invierno que su familia necesitaba.  
Realmente es muy importante entender que, si nos preparamos para enfrentar situaciones difíciles, el miedo no nos dominará.  

Ella también: “Se ríe de lo que viene” (Proverbios 31:25).  
Vive buscando soluciones a los inconvenientes, es realmente sutil, no se centra en las cosas malas sino, en buscar una solución a los inconvenientes que atravesará su familia.  

Debemos aprovechar el tiempo que el Señor nos ha confiado y trabajar a favor de nuestra familia.  
Estamos rodeadas de situaciones que nos pueden causar temor: como los problemas en el hogar, un hijo rebelde, falta de dinero, etc. Pero Dios nos ha dado lo necesario para administrar a nuestra familia. Debemos poner nuestra confianza en eso y como esta mujer, temer sólo a Dios: “La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada” (Proverbios 31:30) 

Si tememos a las circunstancias, éstas pueden vencernos. Pero si tememos a Dios, Él nos enseñará el camino en que debemos andar.  

Salmo 25:12 “¿Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de escoger.” 

¡Qué lugar seguro! ¡Qué roca inconmovible! ¡Qué firme confianza tenemos en Cristo!  

Siguiendo con el versículo, dice: “Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.” Otra versión dice: “Pues todos los suyos andan bien abrigados.” 

“De ropas dobles”  

Ropas gruesas, ropas apropiadas para el frío. Su trabajo, en Proverbios, siempre nos muestra cómo vivía anticipándose a las necesidades de su familia. Incluso tenía preparada la vestimenta necesaria para las diferentes estaciones.  

Esta enseñanza puede ser muy aplicable para el día de hoy. Necesitamos vestir a nuestra familia con vestiduras piadosas, trabajar en eso desde muy temprana edad.  

“En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas” Isaías 61:10.  

 Amamos a nuestros hijos y lo que anhelamos es llevarlos al conocimiento del Señor, pero es verdad que muchas veces bajamos la mirada, empezamos a luchar con nuestras fuerzas y nos desgastamos, y eso nos impide dar buen fruto en ellos. Pero necesitamos y debemos volver al Señor y confiar en Su Palabra.

No nos centremos en las cosas malas que ellos hacen sino consideremos todas las situaciones a las que son expuestos, cada influencia que en este mundo les aleja del Señor y entonces, usemos la sabiduría de Dios para luchar contra ello y cuidar su bienestar.  

Meditemos:  

Pensemos por un momento en todo lo que nuestros hijos sufren el día de hoy fuera de casa… ¿Qué amistades, decisiones, situaciones, etc, podríamos evitar a nuestra familia? 
Y, ¿bajo qué tipo de influencias son expuestos cada día?
¿Cuál debe ser la nuestra?  

Es un privilegio y a su vez una responsabilidad que ellos se vistan como corresponde a hijos de Dios.  

Hermana tienes una fuente de ayuda inagotable y accesible a tu alcance; corre hacia Cristo.  

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmo 46:1).

Verónica Rodas es esposa del pastor Luis Rodas. Madre de Cintia (17) y Zoé (6). Juntos sirven al Señor en Córdoba, Argentina. Su anhelo es mostrarle a la mujer lo deleitoso y hermoso que es ser discípula de Cristo.

Primary Sidebar

Nos alegra saber que estás aquí. En este blog encontrarás artículos, devocionales y notas interesantes para tu vida. También podrás conocer de nuestros Estudios Bíblicos, Libros y Biblias. Pero, mayormente, encontrarás una comunidad de mujeres que quieren conocer a Dios y Su Palabra, y vivir de manera diferente gracias a Él.

Conoce más acerca de nosotras ►
Síguenos en FB 
Síguenos en Instagram 
Suscríbete a nuestro canal de YouTube 

RECIBE INFORMACIÓN Y NUESTRO PLAN DE ORACIÓN FAMILIAR

¿Lista para ser parte de nosotras y recibir cada mes nuestro Plan de oración familiar? Ingresa tu correo electrónico y haz click en «Inscribirse». Es así de fácil.

Puedes adquirir estos recursos en tu librería cristiana favorita: ESTADOS UNIDOS AMÉRICA LATINA

CATEGORÍAS

LO MÁS LEÍDO

  • CREADA PARA SER FUERTE
  • Creada para ser confiada (Pr 31:25)
  • Ya no siento amor por mi pareja.
  • QUE TU HIJO NO SEA “EL MUCHACHO CONSENTIDO”
  • ¿Qué es el ministerio para las mujeres y por qué es necesario?
Eventos Button Image

Copyright © 2023 · Lifeway Christian Resources All Rights Reserved

Cleantalk Pixel