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Metas

¿Por qué no cumplo mis metas de Año Nuevo?

January 25, 2023 By lifewaymujeres 1 Comment

Finales de enero llegó y si eres como el 93% de las personas en el mundo, ya habrás dejado esos propósitos de principio de año. No es para nada un juicio pues yo estoy en ese 93 %, pero ¿por qué no cumplo esas metas que me propuse en Año Nuevo? 

Como latinas somos mujeres de buenas intenciones. Tenemos toda la intención de levantarnos temprano y leer nuestra Biblia, pero nos acostamos tardísimo, estamos cansadas y se nos olvida poner la alarma. Tenemos la mejor intención de bajar de peso y comer bien, pero vamos al mercado y compramos chocolates y golosinas y no hacemos el tiempo para cocinar algo saludable. Tenemos la buena intención de diezmar, pero no apartamos dinero y entonces llega la cuesta de enero y tal vez el próximo mes lo intentamos de nuevo. Muchas veces creemos que, porque somos creyentes, el Espíritu Santo se aparecerá a manera de fuerza esotérica para levantarnos mágicamente de la cama, ponernos el sartén en la mano para que cocinemos sano y ayudarnos a ganarnos la lotería para poder diezmar. Nos olvidamos del siguiente versículo: «Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Fil. 2:12-13).   

Pablo está diciendo que obedezcamos y nos ocupemos de nuestra salvación con temor y temblor porque Dios es quien produce el querer y el hacer, pero es Pablo quien obedece y se ocupa de su salvación. Es Pablo quien hace, porque Dios es quien produce. Aunque el contexto es diferente, el concepto en 1 Corintios 3:6-7 es similar: «Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento». Pablo se levanta y planta (la Palabra) y Apolos riega (pastorea) pero Dios da el crecimiento. Sin embargo, Pablo y Apolos no se quedan con una lista de buenas intenciones, sino que lo ponen en acción y es Dios quien da el crecimiento. Es Pablo quien se levanta y físicamente obedece y se ocupa de su salvación, porque es Dios quien produce el querer y el hacer.  

Cuando nos convertimos en seguidoras de Cristo, nuestro corazón cambia para darnos la posibilidad y el deseo de obedecer a Dios así que, caminando en obediencia activa, hacemos lo que debemos hacer porque Dios da el crecimiento, Dios produce en nosotras ese querer y hacer porque en Cristo, Él cambio nuestros deseos. Así que es 100 % Dios quien de manera exclusiva nos salva y también es Dios quien habiendo dado el cambio de corazón nos da la posibilidad de ocuparnos nosotras de nuestra salvación con temor y temblor. Salvación solo por gracia de Dios.   

¿Pero qué tiene que ver esto con nuestros propósitos de Año Nuevo? Abraham Kuiper, un teólogo de los Países Bajos del Siglo XIX, dijo: «No existe una pulgada cuadrada en todo el dominio de nuestra humana existencia sobre el cual Cristo, quien es soberano, sobre todo, no grite, ¡mía!». Es decir que todo lo que concierne a tu vida, tu cuerpo, tu dinero, tu tiempo, tus espacios, tu propiedad, tus pensamientos, tus sentimientos, tus relaciones, toda tú le perteneces a Dios y por tanto esos propósitos de Año Nuevo que pertenecen a algún área de tu vida son parte de aquello que debe ser refinado o santificado en Cristo para tu bien. Pero no será algo que Dios milagrosamente, venga a hacer por ti. Tú tienes que sembrar y regar y ocuparte de tu salvación en el área en que Dios te ha llamado y que ha sido plasmado de alguna u otra manera en tus propósitos de Año Nuevo. Tú, en oración, en temor y temblor, con intencionalidad diaria y fielmente pensando en tu llamado de ser como Cristo.   

Seguro aquí te perdí porque te hable del trabajo que este proceso de santificación representa, así que voy a terminar con palabras de aliento. Sí se puede (espero lo leas como el canto de un partido de futbol mexicano). Sí se puede. ¡Sí se puede! ¿Sabes por qué?  Porque es Dios quien ya ha cambiado tu corazón en Cristo. ¡Porque Dios es quien da el querer y el hacer sí se puede! Así que animo hermana.  El cambio de corazón está dado y hoy, es un buen día para comenzar con esos propósitos que habías descartado antes de leer este artículo. Estoy orando por ti.   

Lee tu Biblia: la mejor meta de cada año

January 18, 2023 By lifewaymujeres Leave a Comment

Por Wendy Bello

Cuando llega el mes de enero las tiendas se llenan de ropa para hacer ejercicio. Los gimnasios ofrecen membresías con descuentos. Los supermercados destacan productos «saludables». En las redes sociales abundan las publicaciones sobre metas, propósitos, cambios, planes, etc. Por muchos lugares se respira un aire de «empezar otra vez». Tal vez has hecho tu propia lista donde figuran algunos propósitos que quisieras cumplir. Yo también tengo algunos. La idea de poder empezar de nuevo nos emociona.  

Sin duda, no hay nada malo en querer hacer más ejercicio, comer saludable, terminar aquel proyecto que comenzaste y quedó olvidado o perdiste el impulso inicial, ser más sabia en el manejo de las finanzas, tomar esa clase que por tiempo has estado considerando o visitar algún lugar que lleva años en tu lista. Sin embargo, al pensar en todas esas metas algo se hace evidente: todas tienen carácter temporal. A la luz de la eternidad, sus resultados quedarán mayormente debajo del sol. Por eso me gustaría proponerte una meta diferente, una que tal vez en algún momento estuvo en tu lista. Quisiera proponer que tu meta principal para este 2023 sea leer tu Biblia. 

En nuestra cultura de todo rápido hemos llegado a creer que de esa misma manera podemos conocer a Dios: en una dosis diaria mínima y apresurada que no requiera mucho esfuerzo de nuestra parte. Te confieso que por años para mí leer la Biblia era simplemente algo que tenía que tachar de mi lista. Lo hacía más bien como una carga u obligación porque era lo que se suponía que hicieran los cristianos. Hasta que un día el Señor abrió mis ojos y me hizo entender cuánto necesitaba Su Palabra; qué vacío estaba mi corazón sin ella. Me arrepentí y comencé a orar para que Él me cambiara y me hiciera una mujer que amara Su Palabra. Todavía estoy en esa trayectoria, pero puedo asegurarte que es una oración que Él responde con un sí porque quiere que le conozcamos (ver Juan 17:3). ¡Él cambia los afectos de nuestro corazón! 

Sin embargo, he descubierto que abrir mi Biblia cada día va más allá del deseo, o la meta. Es también una decisión, especialmente cuando no me siento motivada. De hecho, ¡es en esos momentos cuando más la necesito! He tenido que aprender que la lectura de la Biblia es una disciplina, una disciplina espiritual. En caso de que no hayas escuchado ese término antes, las disciplinas espirituales no son más que aquellas prácticas que nos hacen más como Cristo, moldean nuestro corazón y nos ayudan a crecer en santidad. Leer la Biblia fielmente no es algo que hagamos para obtener la aprobación de Dios o para marcarlo en una lista, sino para conocer al Autor y Su historia y así ser transformadas en nuestra mente y corazón, como enseña Pablo en Romanos (ver 12:1-2). 

Nada debiera sustituir nuestro tiempo de estudio de la Palabra. Sí, es bueno escuchar predicaciones, leer libros, escuchar un podcast, etc., pero nada de eso tiene la firma de Dios. Él se revela en Su Palabra, Él habla por Su Palabra, nos transforma mediante Su Palabra. Todo lo que necesitamos saber sobre de Dios, está en la Biblia. Todo lo que realmente necesitamos para vivir en Su diseño, está en la Biblia. Lo que necesitamos conocer sobre nuestro futuro, está en la Biblia. Todo lo que Dios quiere que entendamos sobre nosotras mismas, está en la Biblia. Nuestra fuente de sabiduría, alegría, vida, claridad, ¡está en la Biblia! Es un tesoro lo que tenemos en nuestras manos. Las palabras del salmista lo dicen mucho mejor:  

La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; 
El testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo. 
Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón; 
El mandamiento del Señor es puro, que alumbra los ojos. 
El temor del Señor es limpio, que permanece para siempre; 
Los juicios del Señor son verdaderos, todos ellos justos; 
Deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, 
Más dulces que la miel y que el destilar del panal. 
Salmo 19:7-10 

Y quisiera animarte no solo a leer la Biblia sino a estudiarla. ¡Vayamos más allá de la superficie! Cuando nuestra idea acerca de quién es Dios no proviene de un estudio fiel y profundo de la Escritura, terminamos creyendo mentiras, ideas sobre Él que fabricamos en nuestra mente pero que no se ajustan a lo que Él dice de sí mismo, lo que ha hecho o lo que ha prometido. En nuestros tiempos, como en muchos otros de la historia, abundan las falsas enseñanzas y los falsos maestros. ¡Esa es otra razón para estudiar la Palabra y conocerla bien! Cada vez que escuches o leas una enseñanza sobre la Biblia, ya sea en un sermón de tu iglesia, un programa de radio en la estación cristiana, en un podcast, en un video en YouTube, incluso una canción de un cantante cristiano, presta atención. ¿Es bíblico el mensaje? ¿se ajusta a la Escritura? Asegúrate de que lo que estás escuchando es la verdad de la Palabra de Dios. ¿Y cómo nos aseguramos? ¡Necesitamos conocerla bien!  

Vivimos en tiempos privilegiados, con muchos recursos disponibles tan solo a la distancia de un clic. Puedes escoger un plan de lectura que te ayude. Tal vez alguna amiga pueda ser tu compañera de rendición de cuentas mientras avanzas en este propósito. Y si ha pasado mucho tiempo desde la última vez que abriste tu Biblia, ¡no te desanimes! Ora al Señor y pídele que te ayude a comenzar de nuevo en Su Palabra. Entonces, empieza a leer.  

Wendy Bello es escritora y conferencista. Su deseo es enseñar a las mujeres la importancia de estudiar la Palabra de Dios. Escribe para múltiples plataformas y es autora de varios libros, entre ellos el estudio bíblico “Decisiones que transforman.” Ha estado casada por más de 20 años y tiene 2 hijos. Puedes seguirla en Facebook, Twitter y en su Blog.

Año nuevo, ¿metas nuevas?

January 11, 2023 By lifewaymujeres Leave a Comment

Por Masiel Mateo

La práctica de hacer resoluciones de Año Nuevo se remonta más de 3.000 años en la antigua Babilonia. Hay algo en el nuevo año que nos da la sensación de un nuevo comienzo, aunque en realidad, no hay diferencia entre el 31 de diciembre y 1 el de enero. Nada místico se produce en la medianoche del 31 de diciembre. Y aunque la Biblia no habla a favor o en contra del concepto de las resoluciones de Año Nuevo, es la tradición más realizada por miles de millones de personas en el mundo. 

Las resoluciones más comunes son los compromisos para dejar de fumar o tomar alcohol, manejar el dinero sabiamente y pasar más tiempo en familia, siendo la más común bajar de peso junto con hacer más ejercicio y comer sano. Todas estas son buenas metas para trazarse, sin embargo, 1 Timoteo 4:8 nos instruye a mantener el ejercicio en perspectiva: «Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera».  

Por otro lado, muchos hacen resoluciones de Año Nuevo para orar más, leer la Biblia todos los días y asistir a la iglesia con regularidad. Estas son metas fantásticas, pero iniciar o dejar de hacer alguna actividad no tiene valor a menos que tenga la motivación adecuada para detener o iniciar la actividad. Por ejemplo, ¿por qué quieres leer la Biblia todos los días? ¿Es para honrar a Dios y crecer espiritualmente, o es porque has escuchado que es algo bueno para hacer? ¿Por qué quieres perder peso? ¿Es para honrar a Dios con tu cuerpo, o es por vanidad, en honor a ti mismo? 

La pregunta crucial es: ¿están tus metas centradas en Cristo y Su evangelio? Si esas resoluciones no honran a Dios o no son de acuerdo con Su Palabra, te aseguro que solo estás creando una carga sobre ti, ya que nunca podrás vivir de una manera que te haga merecer a Dios o ganarte Su favor. 

Ahora bien, lo único que sí puedes hacer es quitar los ojos de ti misma y depositar toda tu confianza en la vida perfecta de Cristo para que puedas así, «Acercarte, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro» tal como dice Hebreos 4:16. En Cristo encuentras TODO lo que necesitas para este año y todos los que vayas a vivir. Pues Él cumplió Su propósito de aplacar la ira de Dios dejándote libre acceso al trono de la gracia para que tu meta sea conocerle, amarle y disfrutarle. ¡Esa sí que es una meta que puedes tener año tras año! 

Así que en lugar de tomar tiempo para orar a Dios por Su guía y luego escribir tus metas, tómate el tiempo para pedirle al Señor que alinee tus deseos a Su voluntad. Esta sola oración te asegura que tus metas sean agradables ante Él y le den toda la gloria. Como bien dice 1 Juan 5:14,15: «Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho». 

En este nuevo año, pídele a Dios que ponga en tu corazón un mayor anhelo por conocerle y crecer en Él. Si esa es tu meta, te aseguro que vivirás la mejor vida posible pues es la que Él ha diseñado para ti. 

¿Cómo establezco metas centradas en la Palabra?

January 13, 2021 By lifewaymujeres Leave a Comment

Por Wendy Ortiz

Hace solo unos días comenzó el anhelado 2021 y como es costumbre para muchas, durante este mes queremos ser mejores que el año anterior. Para eso hacemos listas de resoluciones, que muchas veces se quedan solo en el papel porque por una cosa o por otra no las llevamos a la práctica. “10 cosas que debes hacer en este nuevo año” o “Sé la mujer que quieres ser en el 2021” son algunos de los títulos en las revistas que capturan nuestra atención en la fila del supermercado. Sin embargo, como creyentes sabemos que nuestra lista de resoluciones debe estar centrada en lo que creemos o más bien, en Quien creemos. 

Así que exploremos juntas ¿Cómo establecemos metas centradas en la Palabra de Dios?

En primer lugar, para establecer metas centradas en la Palabra de Dios debemos ser creyentes. Sí, parece un poco absurdo, pero la verdad es que si no somos nacidas de nuevo no podremos hacer resoluciones que estén cimentadas en las Escrituras.

Aquí unas preguntas que pueden ayudar a evaluarte:

  • ¿He reconocido mi pecado, que no soy buena por mis propias fuerzas, que no tengo remedio?
  • ¿Me he arrepentido sinceramente ante Dios por mis pecados? 
  • ¿He reconocido que el único bueno es Jesucristo, que Él entregó su vida en rescate para salvación, que solo Él puede salvar?
  • ¿Reconozco que no hay NADA que yo pueda hacer para ganarme el favor de Dios, solo reconociendo la obra de Cristo a mi favor?  
  • ¿Ya el pecado no tiene el dominio sobre mí? Aunque sigo pecando, ya no me deleito en mi pecado, ahora lo repudio y trato de vivir una vida santa.
  • ¿Anhelo que otros conozcan lo que Jesús hizo en mi vida? ¿Doy testimonio de eso?
  • ¿Mi vida ha dado un giro dramático? ¿Tengo un antes y un después?

Si al leer las preguntas anteriores, te has dado cuenta que NO eres creyente. Corre a Jesús hoy en arrepentimiento por tus pecados y fe en la obra salvadora de Jesús.

Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. 
1 Juan 1:9

Que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. 
Romanos 10:9-10

Ya establecimos que debemos ser creyentes para poder preparar nuestra lista de resoluciones de año nuevo centradas en la Palabra.

En segundo lugar, debemos leer y estudiar la Palabra. También parece absurdo pero sí es muy cierto. ¿Cómo vamos a establecer metas centradas en las Escrituras mientras nuestras Biblias permanecen cerradas toda la semana hasta el servicio del domingo?

Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra. 
2 Timoteo 3:16-17 (NTV)

Si no estamos leyendo y estudiando la Biblia nos estamos perdiendo todos sus beneficios. Veamos qué podría suceder a la hora de hacer nuestra lista de metas, si vemos este pasaje a la inversa: 

  • Estaremos sordas y ajenas a la Palabra inspirada por Dios.
  • Caeremos fácilmente en una mentira, porque no estamos siendo enseñadas en lo que es verdad.
  • Tomaremos decisiones incorrectas, porque no estaremos viendo lo que está mal en nuestra vida y no estaremos siendo corregidas cuando estemos en el error.
  • Haremos lo incorrecto.
  • Escogeremos hacer cosas vanas, ya que no estamos siendo capacitadas y preparadas en la Palabra para hacer toda buena obra determinada por Dios.

La Palabra es esencial para nuestra lista de metas.

En tercer lugar y por último, para establecer metas cimentadas en la Palabra de Dios debemos descansar en Su soberanía. Podemos tener planes, hacer una lista de metas personales pero Dios es quien tiene todo bajo control. No hay nada de malo en preparar una lista, sin embargo podemos estar seguras de que los cambios que surjan han sido decretados por Dios. El año pasado nos demostró esto muy claramente.

Todo cuanto el Señor quiere, lo hace, En los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos. 
Salmos 135:6

Los propósitos del corazón son del hombre, Pero la respuesta de la lengua es del Señor.
Proverbios 16:1

Si somos creyentes y estudiosas de la Palabra, confiemos de que Dios no tiene plan B. No hay nada que a Él se le escape, no hay nada que le sorprenda, todo, TODO está controlado por Él.

Recordemos que ni aún la muerte de su propio Hijo fue un plan alterno, siempre fue el plan maestro.

Así está escrito, que el Cristo padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día; y que en Su nombre se predicará el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. 
Lucas 24:46-47

Si eres de las mujeres que prepara metas cada año nuevo recuerda que para establecer metas centradas en la Palabra de Dios debes:

  • Haber nacido de nuevo
  • Escudriñar la Palabra
  • Descansar en la soberanía de Dios

Wendy Marín Ortiz es la Coordinadora de Lifeway Mujeres, pecadora redimida, esposa de Oscar, madre de Owen y Marina. Le apasiona conocer el carácter de Dios y encontrar a Cristo a través de toda la Escritura. Su anhelo es que cada mujer tenga esta misma pasión.

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Nos alegra saber que estás aquí. En este blog encontrarás artículos, devocionales y notas interesantes para tu vida. También podrás conocer de nuestros Estudios Bíblicos, Libros y Biblias. Pero, mayormente, encontrarás una comunidad de mujeres que quieren conocer a Dios y Su Palabra, y vivir de manera diferente gracias a Él.

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