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Por Yiell Ortíz

Tu misericordia, oh, Señor, se extiende hasta los cielos, tu fidelidad, hasta el firmamento. Tu justicia es como los montes de Dios; tus juicios son como profundo abismo. Tú preservas, oh, Señor, al hombre y al animal. ¡Cuán preciosa es, oh, Dios, tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de tus alas. Se sacian de la abundancia de tu casa, y les das a beber del río de tus delicias. Porque en ti está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz. Continúa tu misericordia para con los que te conocen, y tu justicia para con los rectos de corazón. Salmos 36:5-10 

En algunas ocasiones tal vez te hayas preguntado, si es verdad que Dios te ama y cómo es posible ese amor. La respuesta a tu pregunta está en la Biblia que es la Palabra de Dios, allí encontramos de principio a fin todo acerca de Su amor.  Dios demuestra Su amor desde el comienzo de todo hasta el final. Podemos conocer el gran amor que tiene por toda la humanidad, que es Su creación. 

¡La Biblia está llena de esa verdad incondicional de que Dios nos ama y ese amor es para siempre! En Su Palabra, Él dejó grandes evidencias de eso. Como hijas de Dios, necesitamos saber y estar convencidas de esta gran verdad, sin importar quienes somos o lo que hacemos: Dios nos creó por amor. En el libro de Génesis al principio de los capítulos notamos cómo Dios pensó en nosotras al darnos una imagen de acuerdo a la Suya y una semejanza conforme a Él: 

“Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Génesis 1:26-27 

Aprendemos también sobre el dominio que nos dio para ejercerlo sobre toda la tierra y lo que hay en ella. A través de estos grandes detalles empezamos a conocer cuán grande amor hay para nosotras en Dios y por siempre. En Deuteronomio capítulos del 6 al 9 leemos que Dios por amor escogió a un pueblo, al cual liberó, redimió e hizo un pacto eterno para todo aquel que amara y guardara Sus mandamientos. 

“Porque tú eres pueblo santo para el Señor tu Dios; el Señor tu Dios te ha escogido para ser pueblo suyo de entre todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra. El Señor no puso su amor en vosotros ni os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos; más porque el Señor os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, el Señor os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre, de la mano de Faraón, rey de Egipto. Reconoce, pues, que el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel, que guarda su pacto y su misericordia hasta mil generaciones con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos…” 

En esos versículos podemos aprender del hermoso plan de Dios para nosotras. Siendo Su mayor muestra de amor el derramamiento de la sangre de Su Hijo Jesucristo para perdonarnos de nuestros pecados y que así tengamos vida eterna. 

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Romanos 5:8 

Él nos escogió para que seamos Sus hijas, rescatándonos del pecado que es la muerte. A través de Su Hijo Jesucristo nos perdonó y redimió dándonos vida abundante y eterna, ¡eso es AMOR! ¡Dios no terminará Su amor por nosotras! Las Escrituras dicen que nada nos puede separar de Su amor, no importa por lo que estemos viviendo, ni lo que hagamos, 

“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Tal como está escrito: Por causa tuya somos puestos a muerte todo el día; somos considerados como ovejas para el matadero. Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. Romanos 8:35-39 

Es vital para nosotras entender que el amor de Dios es inagotable, inmenso y fiel sobre Sus hijos. 

En Juan capítulo 3 versículo 16, Dios deja clara Su intención y Su deseo de relacionarse con nosotras de forma amorosa, permitiendo nosotras que Él guíe nuestras vidas, cuidándonos y aceptando Su perfecta voluntad. 

El salmista David escribió de ese mismo Amor a través del Salmo 36:5-10 que leemos al inicio de este escrito. Allí leemos acerca del cuidado que tiene Dios por su creación, siendo refugió para la humanidad, siendo fuente de vida, siendo fuente de luz que alumbra nuestra oscuridad. 

Como podemos ver, el amor de Dios por nosotras es real, no termina, no se agota, ¡es para siempre! 

En Cristo, 

Yicell 

Yicell Ortiz dirige el blog mujeryvida.net en donde tiene como propósito encaminar a las mujeres a Jesucristo y que ellas tengan vidas, matrimonios y familias fundamentadas en Él, proveyéndoles recursos bíblicos diversos y compartiendo también en las redes sociales. Es esposa y madre. Es miembro junto a su familia, de la Iglesia Bautista Internacional (IBI), en donde juntos colaboran en el ministerio de jóvenes Adultos M-AQUI.

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