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Miqueas 7:19

… sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. —RVR 1960

¿En dónde pasaste tus mejores vacaciones? Sin duda para muchas fue en alguna playa. Aparte del sol y la arena, algo tiene el mar que fascina a la gente: el ritmo tranquilizante de sus olas, sus colores cambiantes, y sobre todo, su extensión tan vasta. Al saber que su profundidad alcanza hasta los 11 kilómetros, podemos ver el mar como un reflejo terrenal del poder y la inmensidad de Dios y Su amor.

Miqueas compara el perdón del Señor Dios con echar nuestros pecados en el fondo del mar. A varios kilómetros debajo de las aguas y con toneladas de presión, ¡difícilmente puede salir algo a la vista otra vez! Aunque tal vez después de ver la película Titanic, creas que aún puede aparecer un
anillo después de décadas. Pero esta no es la idea
que nos comunica Dios.

La holandesa Corrie Ten Boom, que vivió en los campamentos de concentración en la Segunda Guerra Mundial, recalca que cuando Dios arroja nuestras iniquidades en las profundidades, es como si pusiera allí un letrero: ¡Prohibido pescar!

Si estás tentada a repasar tus errores del pasado y sentirte todavía culpable, ¡recuerda dónde están y no olvides el letrero! No dejes que Satanás te asedie con lo que el Señor ha declarado: «desaparecido para siempre».

Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor.

PABLO

Un devocional de Destellos de esperanza (B&H en Español)

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