… Mira, tu rey viene hacia ti. Él es justo y
victorioso, pero es humilde, montado en un burro:
montado en la cría de una burra. —NTV
ZACARÍAS 9:9
¿Alguna vez has soñado ser famosa? Los reyes, presidentes y demás personajes de categoría pasean en carros de lujo mientras la multitud les vitorea. Para viajar a mayor distancia, tienen su jet privado. Pobre del que se trate de acercar pues fornidos guardaespaldas los protegen de cualquier contacto indebido con la gentuza.
En tiempos bíblicos, después de una victoria en batalla, los conquistadores cabalgaban en briosos corceles. Cuánto contrasta esta imagen con la profecía del Mesías que llega humilde en un asno, más como un campesino que como un guerrero. Mateo 21 se refiere al cumplimiento de esta profecía en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, para proclamar su reino de paz y no de violencia. Posiblemente hasta se arrastraban sus pies, por lo pequeño del burro.
En vez de una alfombra roja, pisaba sencillas palmas. En vez de guardaespaldas, le acompañaban unos pescadores confundidos que no entendían qué pasaba. A Dios le encanta romper con las expectativas humanas, y este cuadro retrata a un «vencedor humilde». Así como el Mesías, el Siervo en Isaías, Jesús no busca aduladores, sino personas a quienes ministrar. ¿Estás dispuesta a hacer el ridículo si eso es lo que te pide Dios? En vez de codearte con los «ricos y famosos», considera identificarte con los necesitados y menospreciados. (MHM)
La humildad no es pensar menos de usted
mismo, es pensar menos en usted mismo.
La humildad es pensar más en otros.
RICK WARREN
Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español)