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Un solo día en tus atrios, ¡es mejor que mil
en cualquier otro lugar!… —NTV

SALMOS 84:10

Cuando era novia del que hoy es mi esposo vivíamos en ciudades diferentes. La semana transcurría con mucha lentitud, hasta que llegaba el viernes en que viajaba para verlo. Mi emoción iba creciendo con el paso de los kilómetros. Quería bajarme del autobús y correr.

Los hijos de Coré sentían lo mismo, pero para ir al templo del Señor que estaba en Jerusalén y al que, año tras año, muchos visitaban después de un largo viaje. Mientras iban avanzando, los israelitas cantaban Salmos.

«Qué bella es tu morada… Anhelo y hasta desfallezco de deseo por entrar en los atrios del Señor… Qué alegría para los que pueden vivir en tu casa. Qué alegría para los que se proponen caminar hasta Jerusalén… Prefiero ser un portero en la casa de mi Dios que vivir la buena vida en la casa de los perversos».

La pregunta para nosotras es: ¿sentimos ese mismo deseo por estar en la presencia del Señor todos los días a través de la oración y la lectura bíblica? ¿Ansiamos con todo nuestro ser buscar a Dios? Él es nuestro sol y nuestro escudo. Nos da gracia y gloria. No negará ningún bien a quienes le buscamos. Que podamos estar seguras que un día en la presencia de Dios es mejor que mil en cualquier otro lugar. (KOH)

Hasta el gorrión encuentra un hogar cerca de tu altar.

HIJOS DE CORÉ

Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español

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