Ponte de pie en la presencia de los ancianos y muestra respeto por las personas de edad. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor. —NTV
LEVÍTICO 19:32
Mi abuelita materna pasó sus últimos años con severas deficiencias físicas y mentales. En ocasiones nos daban risa sus locuras, pero en otras nos colmaba la paciencia. Parecía que en casa había una niña de cinco años y no una ancianita de 70. Sin embargo, jamás olvidaré el respeto con el que mi madre la trató, aun en sus condiciones. La abrazaba, conversaba con ella y la atendía como si mi abuelita estuviera al cien por ciento.
Vivimos en una sociedad donde ya no se respeta a los adultos mayores. Los chicos se burlan de los abuelos. Los abuelos son relegados a casas de asistencia y se considera un «martirio» escuchar sus historias. En muchos de nuestros hogares y de nuestras iglesias, no se les da el lugar de honor.
Pero la Biblia es clara. No nos dice que ellos se deben ganar el derecho a ser respetados, como hoy se nos enseña. Indica que en presencia de los ancianos —sean como sean y estén donde estén— debemos mostrar respeto.
Quizá parezca que no ganamos mucho con mostrar aprecio por los de más edad, pero nos equivocamos terriblemente. Si somos sabias, encontraremos en los ancianos buenos amigos, increíbles anécdotas y sabios consejos. (KOH)
La mujer bondadosa se gana el respeto.
SALOMÓN
Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español).