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Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno
no ofende en palabra, éste es varón perfecto,
capaz también de refrenar todo el cuerpo.
S A N T I AG O 3 : 2

¿Sabes cómo hacer brazaletes de amistad? Es bastante sencillo una vez que aprendes el patrón. En general, tomas cuatro hilos separados y los tejes hasta lograr un patrón. El patrón puede ser tan único como el tejedor quiera que sea, pero, una vez que la secuencia ha sido establecida, no puede cambiar. Esa es probablemente la parte más difícil del proceso. No es el tejer o el hacer nudos tanto como es el seguir avanzando con la secuencia que ha sido decidida desde el inicio. Parece tedioso, pero hay una recompensa para aquellos que confían en el proceso hasta el final. Si cada hilo ha sido colocado en la secuencia establecida, el brazalete revelará un patrón que pareciera siempre haber existido.

La creación del primer brazalete siempre es interesante. Alguien con experiencia despierta el interés en otros al mostrar un diseño casi perfecto como ejemplo y explicar cómo tejerlo. La triste realidad de esto es que el brazalete del «primer intento» nunca se ve parecido a la perfección del tejedor experimentado. Usualmente hay unos pocos hilos puestos en el lugar incorrecto, o hay algunos nudos que no fueron apretados lo suficiente. Esto normalmente no detiene a las personas de volver a intentarlo. Nunca se culpa al brazalete tanto como a la falta de confianza del tejedor en el proceso.

¿Cuántos de nosotros nos frustramos con nosotros mismos cuando nuestros pasos no son perfectos? Vemos a otros que han caminado por el mismo camino con naturalidad y suponemos que para ellos simplemente es más fácil. Como con los brazaletes, no hay nadie que haya caminado el camino de la vida y lo haya encontrado fácil. Sin embargo, muchos de nosotros podemos pensar en alguien que pareciera tener todo bajo control. Ellos leen su Biblia todos los días; parecen tener el tiempo suficiente para ayudar a otros o simplemente tienen cierta facilidad para usar sus palabras cuando oran en público. Es fácil para nosotros suponer que estas personas nacieron buenas, pero pregúntale a cualquiera de ellas y te dirá lo mismo: sus primeros pasos involucraron dificultades, tambaleos y retrasos… Igual que nos pasa a nosotros.

La diferencia es básicamente la misma: confianza. Para muchos de nosotros, confiar en Dios es una de las cosas más difíciles del mundo porque tenemos el concepto de que nunca seremos capaces de vivir a la altura de los estándares de Dios. Lo cierto es que nunca podremos caminar Su camino perfectamente, y eso está bien, puesto que Cristo ya ha vivido esa vida perfecta en nuestro lugar. ¿Crees que esas personas «perfectas» alrededor tuyo no tienen dificultades? ¡Claro que sí! Todos las tenemos. Pero hay confianza en el proceso. Hay confianza en el camino que Dios les ha dado. Confía en Él. Encuentra gozo en saber que no eres la única persona caminando. Cuando cada paso se va facilitando y la carga parece ser más ligera, no significa que tu fuerza esté aumentando. A veces significa que estás cada vez más cerca de Dios y Él es tu fuerza.

SEÑOR, YO SÉ QUE NO SOY PERFECTA . YO
SÉ QUE ESTOY LEJOS DE SERLO. QUIERO
ESTAR MÁS CERCA DE TI. QUIERO CAMINAR
EL CAMINO QUE TÚ HAS PUESTO DELANTE
DE MÍ . DAME LA FUERZA PARA HACERLO Y EL
IMPULSO PARA SEGUIRTE CADA DÍA. AMÉN.

Un devocional de 100 días de gozo (B&H en Español)

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