Por Verónica Rodas.
Para poder ser libre del orgullo, es fundamental descubrir si tengo orgullo. Creo que son varios pasos previos antes de empezar la lucha.
- ¿Qué es el orgullo? Orgullo: Exceso de estimación hacia uno mismo y hacia los propios méritos por los cuales la persona se cree superior a los demás. Nos separa del resto.
- ¿Tengo orgullo? La lista es muy variada. ¿Por qué? Porque el orgullo se presenta de diferentes formas. Veamos algunos ejemplos:
- “Soy tímida, por eso no hablo, no me expongo…” Esto puede ser orgullo encubierto. Si reconocieras que todos cometemos errores y que eres una simple mujer que se puede equivocar, no estarías condicionada por la timidez. Pero este orgullo encubierto no te deja avanzar. Te aísla del resto.
- “Todo lo malo me pasa a mí”. ¿Será que estás centrada solo en ti? Eso también es orgullo, porque piensas que tus circunstancias siempre son más importantes que las del resto, más difíciles… y te impide ver la necesidad y situación de los demás.
- “Yo no merezco esto”. Al decir esa frase tan común, estas diciendo, “yo soy digna de algo mejor”; “merezco mucho más, merezco buen trato y los demás deberían darse cuenta”.
- “No estoy conforme con mi trabajo, sé que puedo mejorar”. Cuidado con un perfeccionismo exagerado… te lleva a vivir frustrada y amargando a otros. Indudablemente es orgullo.
- “No valoran todo lo que hago”. El orgullo también te lleva a esperar todo de los demás, a medir cada cosa que das como si lo que entregas fuera oro, por lo que esperas respuestas en consecuencia.
- “No voy a pedir ayuda porque no quiero molestar”. No quieres pedir ayuda por no molestar, pero en realidad eres autosuficiente. No pides ayuda porque vas a solucionarlo sola, no te gusta depender de otros ni sentirte vulnerable. Es orgullo.
¿Eres esa clase de persona que prefiere hacer todo sola? Hermana, necesitas dejar de apartarte del resto.
-Soy mejor que … esposo… hijos… amiga… pastor… vecina… compañera… madre… etc.” Una muestra clara de orgullo es creer que eres mejor que los demás.
La lista es súper amplia. Intenta reconocer esos pensamientos que arruinan tu vida y te aseguro que encontrarás orgullo.
- ¿En qué repercute el orgullo en mí? Daña tu relación con Dios: “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (Santiago 4:6). “Él habita con el quebrantado y humilde de espíritu” (Isaías 57:15). “Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón” (Salmo 34:18). Al dañar mi relación con Dios, todas las demás relaciones son afectadas.
Ahora que sabemos qué significa orgullo y que lo hemos detectado, decidamos voluntariamente emprender una guerra. No será fácil ya que estamos hablando de una lucha diaria contra este enemigo interno que pasa desapercibido. Pero por medio de su espíritu y su palabra aplicada a nuestras vidas no es imposible.
Observa el mayor ejemplo de renuncia: Filipenses 2:4-8: “No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.
Ahora sí puedes pasar al último punto:
- Empieza la lucha. La Biblia está llena de enseñanzas que deben ser nuestro fundamento para luchar contra este gran enemigo. Aférrate a ella, toma enserio esta batalla y hazlo sin darle tregua… de lo contrario volverás una y otra vez al mismo punto.
Filipenses 3:7,8 “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”. ¡ÉL ES DIGNO!
Verónica Rodas es esposa del pastor Luis Rodas. Madre de Cintia (17) y Zoé (6). Juntos sirven al Señor en Córdoba, Argentina. Su anhelo es mostrarle a la mujer lo deleitoso y hermoso que es ser discípula de Cristo.