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Pasaje devocional: 2 Crónicas 14:1-9

Dijo, por tanto, a Judá: Edifiquemos estas ciudades, y cerquémoslas de muros con torres, puertas y barras, ya que la tierra es nuestra; porque hemos buscado a Jehová nuestro Dios; le hemos buscado, y él nos ha dado paz por todas partes. Edificaron, pues, y fueron prosperados. 2 Crónicas 14:7

Cuando leemos la Biblia referente a la vida del rey Asa podemos darnos cuenta que al principio de su reinado gobernó muy bien.

Él hizo lo correcto delante de Dios. Quitó la idolatría, la cual era una ofensa a Dios. Durante los primeros años de su reinado hubo un avivamiento espiritual en el pueblo al mismo tiempo que fortificaron las ciudades para defenderlas de los enemigos. También se enfrentó a un enemigo poderoso que poseía todos los adelantos de la época y lo venció. En todo esto, el rey Asa no olvidó de dar el crédito a Dios. Sin embargo, su vida no terminó bien.

La vida de este rey era un ejemplo, hasta que llegó la prueba y en vez de mantenerse consultando a Dios, hizo pacto con el enemigo y dejó de tener una relación cercana con Dios, que tanto lo había bendecido en el pasado. ¿Cómo podemos comparar la vida de este rey con la de nosotros hoy?

Podemos aprender grandes cosas de él. No importa cuán fieles seamos hoy, pronto llegará una prueba y tendremos que decidir cual acción tomaremos.

Los tiempos actuales también son duros para el pueblo de Dios, pero sus promesas se mantienen firmes. Nuestro Dios es poderoso y mientras estemos agarrados de su mano, Él nos sostendrá y nos cuidará. La promesa de pastorearnos siempre y de cubrirnos bajo sus alas no es asunto del pasado, en el presente esas promesas se cumplen y nos dan paz. De nuestra actitud depende cómo será el final. Si en medio de la prueba confiamos en nosotros, hacemos pacto con el enemigo y nos alejamos de Dios nuestra vida será miserable como fue la del rey Asa en su final.

Dios ha prometido darnos la victoria, con Él somos vencedores. Si buscamos a Dios, Él irá con nosotros.

Ore dando gracias a Dios porque la fe en Cristo nos ayuda a tener una vida abundante en Él.

Un devocional deRevista Quietud

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