Por Verónica Rodas
Mira las necesidades de los demás con deseos de ayudar.
Proverbios 31:20 – “Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso”.
¿Qué imagen podemos ver? Tierna, con sus manos extendidas, realmente una mujer amable y generosa. Ella está mirando las necesidades que tienen los demás para suplirlas.
“Extiende sus manos al menesteroso.” Ella muestra su compasión con hechos. Amaba al pobre y necesitado no sólo de palabras sino de hecho y en verdad. Era una mujer compasiva con el pobre y compartía de sus ganancias con ellos.
La clave: MIRA con deseos de dar. Esto le agrada a Dios y quiere que lo hagamos:
“Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios”. (Hebreos 13:16).
La Palabra está llena de enseñanzas que nos muestran cuánto le agrada al Señor que renunciemos a nosotras, a nuestra voluntad, deseos y anhelos y vivamos para los demás. Esto incluye servir a nuestros hermanos, al necesitado, a nuestra familia y a quien requiera de ayuda. Se trata de vivir siempre mirando con ojos que quieran dar. Que mis hechos sean el fruto del amor de Dios en mí. Recordemos que el Señor dijo: “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35), entendiendo así por qué lo estamos haciendo.
Santiago 1:27 “La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.”
Santiago nos impulsa a un amor compasivo. Debemos trabajar y luchar contra la falta de desinterés por las necesidades del otro.
Proverbios 19:17 “A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar”.
Esto es algo que nuestra mente tan finita no puede entender, pero debemos saber que el Señor pone personas con necesidades para que extendamos nuestras manos y realicemos el trabajo que nos ha confiado.
Esta mujer realiza su trabajo como dice Proverbios 31:
- Con su familia (v21): “No tiene temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles”.
- Siendo cuidadosa con ella misma (v22): “Ella se hace tapices; de lino fino y púrpura es su vestido”.
- Con su marido (v23): “Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra”.
- En lo laboral (v24): “Hace telas, y vende y da cintas al mercader”. Y también vemos hoy que tiene misericordia y “alarga su mano al pobre”, al necesitado.
Llevemos esta enseñanza a la práctica ¿Cómo distinguimos al pobre y al menesteroso? El pobre puede ser todo aquel que tiene necesidad material, necesidades de comida, abrigo, educación, cuidado médico, etc. El menesteroso o necesitado puede que necesite consejo, ayuda cuando se siente triste o estresado. Ahora debemos estar atentas, esa es nuestra labor. Prestar atención, como dijimos antes, “mirar con deseos de dar, con el anhelo de ver la necesidad del otro”.
Seamos mujeres que honran a Dios con sus acciones. Clamemos al Señor que quite todo egocentrismo, todo amor propio y podamos extendernos a nuestros hermanos. ¿Cuántas cosas podemos hacer por los demás? es hora de actuar.
Verónica Rodas es esposa del pastor Luis Rodas. Madre de Cintia (17) y Zoé (6). Juntos sirven al Señor en Córdoba, Argentina. Su anhelo es mostrarle a la mujer lo deleitoso y hermoso que es ser discípula de Cristo.