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PASAJE DEVOCIONAL: GÉNESIS 1:1-5

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. (GÉN. 1:1).

¿No te sorprende este primer versículo de la Biblia? El autor no explica quién es Dios. No hay una introducción, ni un prefacio, ni un prólogo que determine de dónde sale el nombre de Dios. ¡Dios y ya! Dios es eterno, creó y controla el mundo. Tres grandes verdades difíciles de digerir para algunas personas. Dios existía antes de que algo existiera. Pudiéramos escribir libros y libros tratando de explicar la eternidad, pero es algo que realmente nosotras no podemos entender por mucho que lo tratemos de definir. Lo describimos con una frase simple: no tiene principio ni fin. Dios, el Creador de este maravilloso universo, no tiene por qué explicar quién es ni cómo es Él. Sin embargo, gracias a Su infinito amor, se ha revelado a nosotras a través de la naturaleza, de la Escritura, de los profetas, de Su Santo Espíritu y de Su Hijo Jesucristo. Yo no necesito una explicación de nada para creer en Dios, es más, creo que si lo pudiera entender, entonces Dios no sería Dios. A Dios solo tenemos que amarle, adorarle, obedecerle y servirle. Amar a Dios es tenerlo como la primera prioridad en nuestra vida. Adorarle es no dejar que otro ocupe el lugar que solo le corresponde a Él. Obedecerle es tener un estilo de vida totalmente dirigido por Su Palabra. Servirle es hacer Su voluntad en cada paso que demos por este mundo.

¡Es un privilegio formar parte de la familia de Dios! Hay personas que antes de creer quieren ver a Dios. La gran diferencia es esta: hay que creer primero para luego ver a Dios. Las perspectivas de una vida cambian cuando está centrada en Dios. Él es creativo, nos ha hecho a todas completamente distintas, únicas y maravillosamente complejas. Somos valiosas para Él, tanto que creó la Tierra para que nosotras la habitáramos. Somos más importantes que los animales, somos la corona de la creación. Nosotras rompimos la relación con Dios por nuestra desobediencia y Él elaboró un plan perfecto para que volviéramos a recuperar nuestro estado original. Él mismo bajó a la Tierra para resolver lo que nosotras no éramos capaces de solucionar.

Pídele a Dios que disipe tus dudas si las tienes, solo Él puede hacerlo.

Un devocional de Devoción para el corazón (B&H en Español)

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