Skip to main content

Hermanos míos, tened por sumo gozo
cuando os halléis en diversas pruebas.
S A N T I AG O 1 : 2

Annie es una chica introvertida. Ella disfruta de una tarde tranquila en su casa con una taza de café y un buen libro. Cuando su amiga la invitó a pasar la tarde del sábado rodeada de personas desconocidas, la idea no le agradó mucho, pero al mencionarle que irían de pesca (su actividad al aire libre favorita) aceptó ir. Cuando iban de camino al lago, Annie vio un carro rojo muy lindo y lo señaló. Cuando se lo hizo notar a las personas que viajaban con ella en el auto, recibió miradas confundidas y sonrisas disimuladas.

«¿Puedes repetir eso?», preguntó una de las chicas.
«Un caro…», ella respondió.

El problema no era la elección de la palabra, sino su pronunciación. Annie tenía problemas para pronunciar sus «rr» desde pequeña y, aunque había mejorado mucho, de vez en cuando se le salía una pronunciación incorrecta.

Las chicas comenzaron a reírse. Annie usualmente se frustraba cuando las personas se reían, pero al final se unió a sus risas. Cuando dejaron de reírse, una de las chicas le preguntó por qué se reía. Después de todo, la mayoría de nosotros odiamos que las personas se rían de nosotros, pero su respuesta le aportó algo de sabiduría al sentimiento de ser el objeto de las risas. Ella contestó: «Prefiero ser la causa de risas que la razón de las burlas». Annie tomó una decisión. Decidió dejar de lado la frustración de pronunciar una palabra de manera incorrecta y enfocarse en las risas que vienen cuando ella pronuncia algo diferente.

Muchos de nosotros permitimos que nuestras peculiaridades tengan un lugar de poder sobre nuestras vidas. Estas situaciones pueden hacer que nos enfoquemos en lo negativo, pero muchas veces se nos ofrece la oportunidad de escoger lo positivo. Annie podría haberse ofendido por la reacción de sus compañeras, pero, en lugar de eso, escogió reírse con los demás cuando algo así sucedía.

Muchos de nosotros permitimos que este tipo de situaciones nos molesten. Permitimos que nos frustren al punto de quitarnos el gozo, pero la realidad es que podemos escoger el gozo en los momentos en los que podríamos frustrarnos con facilidad.

SEÑOR, ADMITO QUE HAY MOMENTOS EN LOS QUE
PERMITO QUE MIS PECULIARIDADES ME FRUSTREN
EN LUGAR DE VER LAS COMO OPORTUNIDADES PARA
EL GOZO. RECUÉRDAME CADA DÍA VER MÁS ALLÁ DE
MIS FRUSTRACIONES Y ANHELAR ESPARCIR GOZO
EN LA FORMA EN LA QUE TÚ ME CREASTE. AMÉN.


Un devocional de 100 días de gozo (B&H en Español)

Leave a Reply

Hit enter to search or ESC to close