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Por Cathy Scheraldi de Núñez

“Así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;” 

1 Pedro 1:15

La filosofía de que el fin justifica los medios fue acuñada por primera vez por Sergey Nechayev, un revolucionario ruso del siglo IXX.  La misma forma parte de la rama de la ética Consecuencialista en donde se considera que, si la meta de algo es suficientemente importante, cualquier método para obtenerla es aceptable. 

El valor de una acción entonces será juzgado por el resultado que se obtiene y no por la acción en sí. Si obtenemos el resultado esperado, las acciones son justificables aun utilizando medios ilícitos. En otras palabras, el mal que hicimos para obtener el bien no era malo sino necesario. Hoy en día esta filosofía es tan penetrante y extensa en nuestra cultura que es frecuentemente utilizada sin percatarnos de lo que está ocurriendo y aún así la utilizamos. 

Como cristianas es vital preguntarnos si esta forma de pensar es bíblica. Efesios 2:10 nos dice “somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.”  Es interesante que no dice para hacerlas sino para que anduviéramos en ellas. Hacer buenas obras a mi manera, sin tomar en cuenta a Dios, es desobediencia.

Vemos en la historia de Israel un tiempo muy oscuro, debido a su idolatría continua. Recordemos cuando el arca del pacto fue robada por los filisteos, el Señor los castigó  padeciendo tumores, por tal motivo, los filisteos querían regresarla.  En 1 Crónicas 13 leemos que: en el proceso de recuperarla, los judíos estaban usando una manera no estipulada por Dios. El arca se tambaleó y casi caía, Uza extendió su mano para detenerla y la ira del Señor se encendió contra él y murió al instante.

Pareciera injusto lo que Dios hizo, pero sabemos que Dios es santo y no puede hacer algo injusto. El arca representaba la presencia del Señor ¿no creen que Dios estaba interesado en devolverla a su debido lugar?  Claro que sí, entonces ¿porqué la reacción tan severa hacia Uza?  Por que Dios demanda obediencia total; Él quiere que hagamos las obras que Él ha preparado de antemano y en la forma en la que Él la ha ordenado. Cuando ignoramos algunas de Sus instrucciones, aun en cumplir Sus mandatos, esto es pecado (Santiago 2:10).  Escuchemos el mandato en Éxodo 18:20 “enséñales los estatutos y las leyes, y hazles saber el camino en que deben andar y la obra que han de realizar.”  Hacer las cosas a nuestra manera aún cuando Dios en Su misericordia nos da un buen resultado realmente es pecaminoso.

 Esta filosofía no solamente es pecaminosa, sino que fácilmente puede ser usada en una forma malévola. Por ejemplo, el Dr. Bernard Nathanson y su equipo la utilizaron para empujar la legalización del aborto en Estados Unidos. Ellos reconocieron que el pueblo no estaba listo para aceptar el aborto, así que desviaron el enfoque para dirigirlo a que “las mujeres tienen el derecho de elegir.” Ellos inflaron las cifras de mujeres que se practicaron abortos ilegales y también de las muertes maternas causadas por los mismos. Hablaron de hacerlos legales haciendo énfasis en las 3 causales, violación, incesto y riesgo en la vida de la madre, realmente estaban planteando una nueva forma de control natal.

 El resultado: 60 millones de bebés eliminados. Todo esto esta bien documentado en la literatura porque el mismo doctor, quien se había auto denominado a sí mismo como un ateo judío se convirtió al catolicismo en 1996 y luego pasó el resto de su vida tratando a revocar la decisión hecha por la justicia, pero murió sin verlo. Esto es un ejemplo típico de Proverbios 14:12 “Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte.”

Como cristianas no podemos seguir los caminos del mundo sino los caminos de Dios. Sus caminos son más altos que los nuestros (Isaías 55:8-9) y si queremos tener victoria, la obediencia es vital porque la batalla le pertenece a Él (1 Samuel 17:47).  Para obtener la bendición del Señor, necesitamos hacer las cosas en las formas como Él lo haría. Juan nos explica claramente en 1 Juan 2:6 “El que dice que permanece en El, debe andar como El anduvo.” 

No es simplemente justificar nuestra desobediencia por las circunstancias, sino es desconfiar en Dios y utilizar nuestros ídolos para obtener los resultados que queremos. Y así decimos que Dios no es suficiente. Pero Dios es capaz de hacer lo que quiere y debemos confiar tanto en Él hasta arriesgar nuestra reputación. Confiemos en lo que no se ve, con la certeza en la providencia de Dios para seguir Sus principios y luego esperaremos y observemos como Él obrará. Dios quiere bendecirnos (Jeremías 29:11) y nadie puede frustrar Sus planes (Isaías 14:27). Entonces “Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos, y El enderezará tus sendas. No seas sabio a tus propios ojos, teme al SEÑOR y apártate del mal. Será medicina para tu cuerpo y refrigerio para tus huesos.” (Proverbios 3:5-8). Nuestro Dios controla los cielos, la tierra y todos lo que hay en ambos. Él es por nosotras (Salmos 118:6); Su grandeza es tal que la mera orla de su manto llenaba el templo judío en la visión de Isaías 6:1.  

Imagínate la grandeza, poder, y la capacidad de este Ser, es el mismo que se hizo hombre y murió por mí y por ti. ¿Cómo es posible que no lo obedezcamos en todo? Cuando Él es lo más sabio y amoroso que existe. Él merece esto y más. Para aquellos que tienen oídos, oigan.

Cathy de Núñez, es parte del ministerio para mujeres “Ezer” de la Iglesia Bautista Internacional en Santo Domingo, Directora Programa Radial Mujer para la gloria de Dios  y co-escritora del libro “Revolución Sexual” junto con su esposo el pastor Miguel Núñez. Puedes seguirla en Facebook y Twitter.

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