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Así también Cristo fue ofrecido una sola
vez para llevar los pecados de muchos; y
aparecerá por segunda vez, sin relación con el
pecado, para salvar a los que le esperan.
H E B R EO S 9:28

Pregúntale a cualquier niño de diez años y te dirá que esta frase es una de las mentiras más grandes de la historia. «En un minuto…» es una de esas frases que todos usamos para comunicar una cosa solamente. Estamos diciendo: «No sé cuándo volveré, pero sé que estoy haciendo todo lo posible por hacerlo». Por lo menos, eso es lo que la mayoría de los niños escuchan cuando se les dice esto.

Piensa en una ocasión en la que te hayan dicho esta frase en la infancia. Siempre había algo de frustración al no saber el momento exacto en el que volverían, pero nunca se cuestionó si volverían o no. Incluso cuando no sabíamos por cuánto tiempo se irían, siempre supimos, muy en el fondo, que papá o mamá volverían. Piénsalo: si hubiera habido un momento en el que nos cuestionáramos si nuestro ser querido volvería o no, habría sido un tiempo lleno de aprehensión y devastación constante cada vez que se fueran a hacer algo.

Me recuerda a Cristo cuando dijo que regresaría. No mencionó una fecha exacta. No se habló de la hora del día. Los discípulos simplemente recibieron una promesa de un regreso. A decir verdad, muchos de nosotros vivimos en un mundo que ha olvidado que Cristo regresará un día. Un día tendremos el gozo de ver nuevamente a Cristo. Lo único frustrante sobre esta realidad es que muchos de nosotros vivimos como si esa realidad no fuera más que un mito o una posibilidad. Muchos de nosotros olvidamos vivir como si Cristo fuera a regresar en cualquier momento.

Esto no significa que tenemos que vivir una vida de perfección ni que tenemos que aparentar. Significa vivir con el gozo de saber que vendrá el tiempo cuando estaremos cara a cara con Aquel que nos ha dado un amor perfecto. ¿Cómo podríamos vivir enojados o con actitudes legalistas cuando sabemos que Cristo podría regresar? No es como un padre que regresará a disciplinarnos por cada cosa mala que hayamos hecho. Es una reunión con el Dios que dio a Su Hijo por nosotros y que ha prometido volver. Será solo un minuto…

SEÑOR JESÚS, SÉ QUE VENDRÁ EL DÍA
EN EL QUE REGRESARÁS. PERMÍTEME
VIVIR UNA VIDA CONSCIENTE DE QUE ESE
DÍA SE ACERCA Y, EN LUGAR DE TEMER,
RECUÉRDAME VIVIR EN GOZO. AMÉN.


Un devocional de 100 días de gozo (B&H Español)

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