Hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios. —LBLA

ROMANOS 12:1

¿Será que «sacrificio vivo y santo» significa abstenerse de pecar, servir a otros y compartir la Palabra de Dios? Sabemos que estas tareas en sí, no son un sacrificio y que hasta podemos disfrutarlas, ¿verdad? Sin embargo, ha habido quienes han sido exhibidos como tontos o como fanáticos por negarse a participar de las maldades de otros.

Ha habido algunos que han sido torturados y muertos por no negar su fe. Hay quienes han sido asesinados y echados de sus tierras. Incontables hermanos misioneros han encontrado la muerte al querer bendecir a otros con la salvación.

Estos héroes nos han demostrado que ser un sacrificio vivo y santo involucra más que no pecar o tener un ministerio. Se han dado por entero y con pasión a su Señor y han querido ser fieles hasta la muerte. ¡Y todo por amarle!

¿Cuánto estás dispuesta a sacrificar por tu Rey? ¿Sigues la corriente de los amigos o te mantienes en santidad para Él sufriendo burlas o desprecios? ¿Has pensado en servirle en forma más profunda? ¿Quizá como misionera? Recientemente, Corea del Norte decretó sentencia de muerte a quien introdujera Biblias a su territorio. ¿Aceptarías el reto? Lee biografías de misioneros como Hudson Taylor, Eric Liddell, Jim Elliot. Que tu vida sea un sacrificio vivo. (YF)

Sacrificio es no renunciar a las cosas, sino dar a Dios con alegría lo mejor que tenemos.

Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español).