Puede fallarme la salud y debilitarse mi espíritu, pero Dios sigue siendo la fuerza de mi corazón; él es mío para siempre. —NTV
SALMOS 73:26
Asaf escribió el Salmo 73 después de un momento duro en su vida. Cuando yo pasé por algo similar, este Salmo reflejó mi experiencia. Como Asaf, casi perdí el equilibrio y estuve a punto de caer. Pasé por un tiempo de depresión, enfermedad y desánimo extremo. Entonces me di cuenta que mi corazón se había llenado de amargura. ¡Estaba destrozada por dentro!
Al igual que Asaf, mis ojos se habían fijado en los demás y no en Dios. Me quejaba porque ya había pasado los 30 años y no tenía pareja, entre otras cosas. Me pregunté: «¿Me he conservado pura en vano ¿He mantenido mi inocencia sin ninguna razón?» (v. 13)
Gracias a la misericordia de Dios, puedo hacer mías hoy las palabras de Asaf. Dios me tomó de la mano derecha y me guio con Su consejo. Un día me di cuenta que Dios es bueno, y que yo había sido necia e ignorante, pues aunque las cosas parezcan negras alrededor, Dios nos conduce a un destino glorioso.
Concluyo y alabo a Dios como Asaf: «¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Te deseo más que cualquier cosa en la tierra. Puede fallarme la salud y debilitarse mi espíritu, pero Dios sigue siendo la fuerza de mi corazón» (vv. 25-26). (KOH)
En cuanto a mí, ¡qué bueno es estar cerca de Dios!
ASAF
Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español