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Por María Renée de Cattousse

Para este artículo quiero comentarte de una manera resumida que tengo 25 años de haberme graduado de odontóloga y que disfruto verdaderamente lo que hago.

Reconozco que ha habido retos, así que en el trabajo el Señor me ha permitido buscarle profundamente, he podido conocerle mejor, buscar Su voluntad, propósito, ser enseñada, confrontada, animada y exhortada.

Algunas cosas que quiero compartirte:

  • He comprendido que mi vida espiritual no está apartada de lo que hago en el día a día, el trabajo me ha llevado a orar, depender de Él, rendirme y pedir que Su Espíritu me guíe.
  • He sido transformada en mi manera de pensar, entendiendo que mi trabajo no es un llamado a la independencia o alcanzar mis sueños. Sino es un medio que me permite servirle.  Las Escrituras me mostraron claramente la prioridad: mi esposo, mis hijos, mi hogar por encima del trabajo y esto es una bendición.
  • He experimentado épocas de abundancia, pero también de dificultad por lo que entiendo que ha sido un medio de gracia donde aprendo a cultivar contentamiento.

En este proceso he aprendido por medio de las Escrituras algunas cosas que quiero compartirte:

DIOS ES UN DIOS QUE TRABAJA Y DISFRUTA HACERLO

Génesis 1:1-31 te animo a que vayas a la Palabra y puedas leerlo para meditar de manera personal.

Estamos en el primer capítulo de las Escrituras y es sorprendente observar el detalle de cómo Dios quiere que sepamos lo que día a día creaba. Describe detalles de Su creación; mira el detalle de que se deleitaba y miraba que Su creación era buena. 

Podemos entonces ver en la historia de la creación de Dios que el trabajo es Su diseño, y Él es trabajador. 

ESTAMOS LLAMADAS A IMITAR A DIOS

Recordemos como Dios nos hizo a Su imagen y semejanza (Génesis 1:26) estamos llamadas a parecernos a Él, por medio de lo que hacemos, y el trabajo es una de esas cosas.  

Anhelemos disfrutar nuestro trabajo, experimentemos gratitud, contentamiento y deleite, porque Él lo experimentó.

Independientemente del lugar donde trabajes, o del tamaño de la empresa u oficina, del número de empleados que trabajen contigo o cerca de ti, en una  empresa pequeña o en una muy grande, puede ser que tu trabajo sea en casa, que ejerzas una profesión, que trabajes de manera independiente o de forma asalariada (hay tanta diversidad de trabajos) propongamos en nuestro corazón hacerlo de una manera diligente, responsable, honrada y con la perspectiva correcta para que durante nuestras labores y al terminarlas podamos apreciar que lo que hemos hecho es bueno.

PERSPECTIVA CORRECTA

Regresemos a las Escrituras, vamos a Génesis 2:15 en este pasaje encontramos como Dios puso al hombre en el Huerto del Edén para que lo cultivara y lo cuidara. ¿Esto es trabajar verdad?  

Así como Dios trabajó, quería que Adán y Eva trabajaran.

Esto nos muestra que cultivar y cuidar del huerto era un medio de provisión y sostenimiento que Dios les permite, y que esto es una bendición.

Ser creadas a imagen y semejanza de Dios debe llevarnos a comprender que nuestra identidad no debe estar basada en lo que hacemos, sino en lo que somos, y para lo que fuimos creadas (Romanos 11:36, Hechos 17:28, Isaías 43:1) No dejes de leer y meditar estos pasajes.

Dios quiere que seamos personas diligentes, trabajadoras, que reflejemos por medio de lo que hacemos lo que Él es y lo que hace.  

Somos suyas y fuimos hechas para adorarle para glorificarle. Una de las maneras de hacerlo es disfrutando lo que hacemos a diario.

Que nuestro trabajo pueda ser testimonio a otros de nuestra confianza en el Señor y Su señorío sobre nosotros.

Nuestras vidas le pertenecen y lo honramos trabajando de manera honesta, dedicada y responsable porque lo hacemos como para Él (Colosenses 3:23-24)

En los días difíciles, cuando las situaciones en el trabajo parecen salirse de control, cuando tenemos que enfrentarnos a pérdidas, o injusticias, podemos confiar que estamos siendo moldeadas, transformadas. Recordemos que el trabajo también es un medio que Dios usa para santificarnos.

EXPECTATIVA Vs. REALIDAD

Sabemos que esto se escucha inspirador y probablemente sea retador para nosotras y queramos hacerlo, pero también sabemos que encontramos retos, desacuerdos, confrontación, desilusiones y resultados que no son los que esperamos.

¿Será que es hasta allí es a donde nuestro deseo de deleite debe acompañarnos?

Tú y yo sabemos en el fondo que no lo es. Es aquí donde debemos de re-enfocarnos, ser diligentes y perseverantes en el llamado a dar gloria a Dios, que fuimos creadas para Su alabanza y reflejar Su luz con lo que somos y con lo que hacemos.

Recordemos que, en nuestro proceso personal de santificación, muchas de las cosas a las que nos enfrentamos son oportunidades que tenemos para poder buscar en el Señor y Su Palabra, la guía oportuna, el consuelo, la esperanza para que nuestras expectativas sean conforme las que ha diseñado para nuestras vidas

Oremos para que podamos ver el trabajo como Dios lo ve. Que podamos ser libres del afán, la queja y la murmuración.

Que podamos trabajar con gusto, con gozo y con la perspectiva correcta.

Que podamos ver nuestras vidas transformadas, nuestros afectos y prioridades ordenados de tal manera que demos gloria a Dios con lo que hacemos. 

María Renée de Cattousse, pecadora, salvada por gracia, justificada por la fe en la obra de Cristo, redimida por la misericordia de Dios. Es miembro de la Iglesia Reforma en la ciudad de Guatemala. Esposa de Carlton, mamá de Mario René y Valeria. Odontóloga.

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