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Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en
vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
J UA N 15 : 7

Nunca he entendido por completo las máquinas expendedoras de goma de mascar, en especial por qué siempre están en los supermercados. De hecho, podría atreverme a decir que, fuera de algún consultorio médico o concesionaria de autos inusual, puedes encontrarlas casi exclusivamente en los supermercados. ¿Por qué enfatizar esto? Bueno, para ser completamente transparente sobre por qué creo que esto parece ilógico, creo que un comprador puede encontrar goma de mascar dentro del supermercado. Con franqueza, son más nuevas y puedes comprarlas a menor precio. Y, aun así, las máquinas expendedoras de goma de mascar son un éxito o, al menos, no se irán a ningún lado.

¿Alguna vez has visto cómo tratan a estas máquinas? Cambian los dulces recién cuando la máquina está vacía. Cuesta 25 centavos obtener solo 1 pieza de dulce y los niños con manos y narices sucias meten sus dedos para intentar sacar lo más que puedan. Las máquinas expendedoras de goma de mascar son absolutamente asquerosas. Y aun así los niños les ruegan a sus padres por cambio extra para poder obtener un dulce.

¿Por qué siguen existiendo estas máquinas expendedoras cuando sabemos todos estos detalles preocupantes? ¿Cómo es que los niños, y algunos adultos, caen en la tentación de la máquina cuando en lo profundo saben que podrían comprar el mismo producto en el supermercado? Para ser honesta, pienso que tiene algo que ver con la gratificación instantánea de meter algo a la máquina y recibir algo al instante. Por más que odiemos admitirlo, todos tenemos nuestra versión de la máquina expendedora de goma de mascar. Todos somos culpables de tratar a Dios como el guardador de la máquina expendedora de goma de mascar de nuestras vidas.

Sé honesta contigo misma por un momento. ¿Alguna vez has orado a Dios y esperado una respuesta inmediata? ¿Has estado buscando trabajo y pedido a Dios que conteste una oración? ¿Cómo te sientes cuando no recibes una respuesta en ese momento? ¿Te frustras? ¿Te molestas? ¿Has buscado el consejo de Dios y después te has enojado cuando no recibías sabiduría? La triste realidad es que muchos de nosotros hemos tenido una mentalidad de máquina expendedora de goma de mascar por lo menos una vez. Usualmente el gozo viene de ser paciente. Así como cuando le decimos a un niño que puede obtener algo mejor en lugar de conformarse con una gratificación instantánea, Dios nos permite darnos cuenta de que las mejores cosas en la vida son las cosas por las que vale la pena esperar.

SEÑOR, SÉ QUE HAY OCASIONES EN LAS QUE SOY
IMPACIENTE. RECUÉRDA ME QUE HAY GOZO EN
SABER QUE HAY UN TIEMPO Y UN LUGAR PARA
TODO DE ACUERDO A TU VOLUNTAD. AMÉN.


Un devocional de 100 días de gozo (B&H Español)

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