Skip to main content

Aunque era Hijo de Dios, Jesús aprendió obediencia por las cosas que sufrió. —NTV

HEBREOS 5:8

Se dice que durante la guerra civil en Estados Unidos, el presidente Abraham Lincoln se reunió con un grupo de ministros en un desayuno de oración. Lincoln era un hombre de fe, aunque a veces no muy ortodoxa. En algún momento uno de los pastores declaró: «Señor presidente, pidamos que el Señor esté de nuestro lado». La respuesta de Lincoln mostró una gran percepción: «No, caballeros, ¡oremos que estemos del lado de Dios!».

Estar del lado de Dios implica estar dispuestos a obedecerle a Él y a las autoridades que ha puesto en nuestra vida, por difícil que nos parezca. La obediencia es uno de los valores que más nos cuesta poner en práctica; de hecho es la base sobre la que se fundamentan muchos valores más.

Obedecer significa poner a un lado mi «viejo yo» y lo que creo que me conviene. Significa amar al enemigo y ser honesto cuando los demás se burlen de mí por hacerlo. Algo sorprendente es este versículo que nos dice que incluso Jesús tuvo que aprender la obediencia. No iba camino a la cruz con un deseo masoquista de sufrir.

¿Te cuesta obedecer algo que el Espíritu te ha mostrado que es importante? Él te dará la fortaleza de ser consecuente con tu fe. (MHM)

La obediencia voluntaria siempre es mejor que la forzada.

JENOFONTE

Un devocional de Un año con Dios (B&H en Español).

Leave a Reply

Hit enter to search or ESC to close