Por Liliana Llambés
Una de las estrategias más grandes del enemigo es hacernos pensar que es suficiente con escuchar la predicación y enseñanzas de la Palabra de una forma virtual sin ser miembro de una iglesia local. Existe mucho material disponible en las redes, pero eso no sustituye el pertenecer a una congregación.
En el Nuevo Testamento vemos en repetidas ocasiones la importancia de pertenecer a una iglesia local donde Jesús es la cabeza de ese cuerpo, universal y local.
Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia.
Colosenses 1:18
Vivir en comunidad en el lugar donde nos encontremos residiendo no tiene sustituto. El Señor nos dejó el mandato central de hacer discípulos con toda autoridad, esto solo se da en el contexto de la iglesia local.
Y acercándose Jesús, les habló diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id pues y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Mateo 28:19-20
Cuando se trata de discipulado, hay tres componentes indispensables que debemos tener en cuenta:
1. La Palabra de Dios – Hebreos 4:12 y 2 Timoteo 3:16-17
La Palabra es la que transforma mente, relaciones, afectos y voluntad. Solo es a través de la Palabra que somos formados en semejanza a Cristo.
2. El Espíritu Santo – Gálatas 5:16-26
El Espíritu Santo que mora en la persona regenerada, puede usar la Palabra para confrontar y transformar la vida de un creyente.
3. Los hermanos en Cristo – Colosenses 1:28-29
El discipulado bíblico demanda de los dones y la participación del cuerpo de Cristo en la iglesia local. Un discípulo se forma y crece debidamente por medio de la predicación, enseñanza adoración y compañerismo. Todo esto apegado a las Escrituras.
Otro aspecto del discipulado es la rendición de cuentas.
La rendición de cuentas es parte esencial del discipulado y del proceso transformador. Existe una lucha diaria, y rendir cuentas es sabio y saludable para nuestras almas.
Razones bíblicas para rendir cuentas:
- Dios nos dirige a la confesión de pecados: 1 Juan 1: 9-10
La confesión de pecados es primero ante un Dios, Santo, Santo, Santo. Nos acercamos a Él en arrepentimiento, sabiendo que es un Dios de misericordia. También encontramos en la Escritura: Por tanto, confiésense sus pecados unos a otros, y oren unos por otros para que sean sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho. Santiago 5:16
El discipulado y la rendición de cuentas se da en un marco de relaciones con otros hermanos, específicamente en nuestra familia de la iglesia local. Nos conocemos mientras caminamos juntos en la Fe. Nuestras relaciones se estrechan y compartimos con libertad la verdad de nuestras luchas y pecados. (1 Juan 1:5-7)
La sabiduría que encontramos en Proverbios también nos motiva a la confesión.
El que encubre sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y los abandona hallará misericordia. Proverbios 28:13
2) Dios nos advierte sobre la dureza de nuestro corazón:
Vivimos en un mundo caído, y aunque somos redimidos aun batallamos con las manifestaciones pecaminosas de nuestra carne. Necesitamos de otros para poder ver esos pecados que no vemos o no queremos ver. La Palabra nos exhorta a prevenir el endurecimiento de nuestro corazón, no podemos vivir como llaneros solitarios.
Tengan cuidado, hermanos, no sea que en alguno de ustedes haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo. Antes, exhórtense los unos a los otros cada día, mientras todavía se dice: Hoy; no sea que alguno de ustedes sea endurecido por el engaño del pecado. Hebreos 3:12-13
3) Dios ha dado el más grande mandamiento: el amor
Así como Cristo entregó Su vida en una cruz, fue sepultado y resucitó al tercer día por amor a nosotros, así debemos amar y reflejar ese amor hacia nuestros hermanos.
En esto conocemos el amor: en que Él puso Su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 1 Juan 3:16
Rendir cuentas es una gran necesidad:
Rendir cuentas es necesario para nuestro proceso de santificación en el contexto de la iglesia local. Tristemente, no es algo muy popular, ya que requiere una mirada interna y humildad para reconocer nuestra condición. Nos gusta ser elogiadas, pero resistimos a que nos señalen nuestros pecados. Vemos en la Palabra, que Isaías y Pedro reconocieron su pecaminosidad ante el Señor, cuando vieron la grandeza del Señor en su aparición en el templo y en la pesca milagrosa. Pero también, vemos a Pablo confrontando a Pedro: Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. Gálatas 2:11-13
Esa confrontación fue necesaria y no solamente le sirvió a Pedro, sino también a nosotros y a todos los cristianos que leen, aprenden y enseñan la epístola, hasta que Cristo regrese.
En conclusión, amada hermana mi oración es que tú y yo vivamos vidas en nuestra comunidad de iglesia. Que no evitemos el confrontar y ser confrontadas para el crecimiento espiritual. Que nos parezcamos más a Cristo. Recuerda que cada uno de nosotros estamos en una línea de tiempo diferente en nuestro crecimiento y debemos ser pacientes, amorosas y mostrar de la misma gracia que el Señor ha tenido , tiene y tendrá con cada una de nosotras.
Liliana Llambés, misionera por más de 15 años con la IMB. Su pasión es llevar el mensaje de salvación donde el Señor la envíe y hacer discípulos a mujeres de todas las edades, con el fundamento bíblico de la Palabra de Dios. Miembro de la Iglesia Bautista Ciudad de Gracia en la ciudad de Panamá. Tiene una Maestría en Estudios Teológicos en el Southern Baptist Theological Seminary. Autora del libro 7 disciplinas espirituales para la mujer. Esposa del pastor-misionero, Carlos Llambés, madre de 4 hijos adultos y 9 nietos. Actualmente reside en Panamá en donde junto a su esposo están realizando trabajo misionero. Puedes seguirla en Facebook: @lilyllambes, Instagram: @lilyllambes,Twitter @lilyllambes, su blog liliana.llambes.org