[PASAJE DEVOCIONAL: MALAQUÍAS 3:13-16]
Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. (Mal. 3:16)
Si hacemos una comparación entre el tiempo cuando profetizó Malaquías y la época actual, nos sorprenderemos al ver que la situación es muy semejante. En esa época, el pueblo estaba alejado de Dios. La mayoría de las personas hacían lo que querían en vez de hacer la voluntad de Dios. Se burlaban de los profetas y no respetaban la ley de Dios.
En la actualidad, se prohíbe leer la Biblia en los lugares públicos y en las escuelas. En muchos lugares está prohibido decorar con escenas de la Navidad. Sin embargo, se permite el aborto, la homosexualidad y otros pecados parecidos. Muchos se burlan de los cristianos y son pocas las familias que dedican un tiempo para enseñar a sus hijos la Palabra de Dios.
En la época que Malaquías escribió, un grupo pequeño se reunía para recordar las grandes cosas que Dios había hecho con Su pueblo, las cuales contaban a otros. Ellos temían a Dios y unidos lo alababan. A pesar de la corrupción que existía alrededor, este grupo prefirió buscar a Dios. Tanto se agradó el Señor con la actitud de ellos que escribió sus nombres en el libro de las memorias.
Es alentador saber que hoy Dios hace lo mismo con Sus hijas que permanecen fieles a Él. Mientras muchos a nuestro alrededor hacen lo que quieren, Dios inclina Su oído hacia ese grupo pequeño que está en la reunión de oración o en el estudio bíblico, quienes juntos lo alaban y buscan el compañerismo cristiano. ¿Qué debemos hacer entonces cuando tantos permanecen en la inmoralidad y apartados de Dios? Solamente podemos hacer lo que a Dios le agrada, continuar honrándole y alabándole, sin dejar de confiar en Él.
Dios reconoce a las cristianas fieles que, aunque sean pocas, escogen reunirse para orar, interceder por otros y llevar el mensaje de salvación a los que no creen. Los tiempos son difíciles, pero Dios sigue siendo el mismo. Dios escucha a Su pueblo y tiene el control de la situación.
Ora para que seas siempre parte del grupo que
permanece fiel al Señor.
