Pasaje devocional: Gálatas 5:18-26
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Gálatas 5:22-23
Para que un árbol produzca fruto sano se necesitan ciertos requisitos: Se debe plantar en forma vertical, regarlo con agua limpia, podarlo para que crezca, fertilizarlo para evitar las plagas y cuidarlo para que los pájaros no hagan nido en este.
Para nosotros, como cristianos, no es muy diferente: La Palabra se debe sembrar de una manera recta, es decir, una doctrina sana. Esa semilla se debe regar, alimentar con agua, es decir, la continua asistencia a la iglesia, la convivencia con otros cristianos, el evangelismo y, sobre todo, el alimento espiritual diario de manera personal: la lectura de la Palabra de Dios. Nuestro Padre nos poda, nos quita de nuestra vida aquello que no es sano para nuestro crecimiento. Nos fertiliza a través de su amor para que las plagas como el odio, miedo, resentimiento, etc…. no dañen nuestra vida; tampoco permite que los pájaros hagan nido en nuestra vida, no permite que aquello que pueda lastimarnos se quede a morar en nosotros.
En nuestra vida los Frutos del Espíritu son un regalo del Creador para aquellos que anhelan tenerlos y se esfuerzan por lograrlo.
Permítase ser un árbol que dé mucho fruto que honre al Señor. Ore por esto.
Un devocional deRevista Quietud
Gracias por palabras tan edificante