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PASAJE DEVOCIONAL: DANIEL 6:6-10

Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su
cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes. (DAN. 6:10)

Es posible que muchas de las personas que leen estos artículos ni siquiera se imaginen lo que significa vivir bajo un régimen que limite las expresiones de fe. Aquellas que hemos experimentado la opresión, llegamos a apreciar la libertad en Cristo de una forma completamente distinta.

En nuestro país de origen, cuando mi hija estaba en tercer grado de la escuela primaria, fue acusada por su maestra de diversionismo ideológico. Simplemente había dejado un canto de navidad dentro de un cuaderno de la escuela e iba a ser sometida a un juicio, acusada de algo que ni ella misma entendía lo que significaba. Yo tenía en la puerta de entrada de mi casa un letrero que decía: «Solo Cristo salva».

Alguien me sugirió que lo quitara porque me iban a identificar como desafecta al régimen, pero nunca lo quité. Siempre íbamos a todas las actividades de la iglesia, participábamos en todo, y no
íbamos a dejar de hacerlo porque a alguien se le antojara implantar las nuevas reglas del gobierno. ¿Por qué tenía que dejar de hacer lo que siempre había hecho? ¿Cómo iba a esconder la fe por la cual había vivido toda mi vida? En los momentos de crisis comprobamos más que nunca el poder y la protección del Señor. Nuestra familia sufrió la discriminación, el abuso y el acoso de las autoridades, pero Dios nunca nos abandonó.

No hay edicto, ni ley, ni decreto ni orden de los hombres que esté por encima de Dios. ¡Pobre del que se hace llamar cristiano y esconde su fe por conveniencias personales! Nadie tiene derecho a intervenir en mi relación con Dios. Nadie tiene la autoridad para decirme a mí cómo tengo que practicar mi fe. Nadie puede prohibirme que yo adore a Dios en espíritu y en verdad. Ese es un asunto entre Dios y yo. ¿Estás tú preparada para seguir a Dios como sueles hacerlo diariamente?

Oh Señor, te doy gracias por haberte conocido y por darme la libertad para adorarte.

Un devocional de Devoción para el corazón (B&H Español)

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