[PASAJE DEVOCIONAL: JOB 42:16]
De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. (Job 42:5)
Cartas, llamadas telefónicas, correos electrónicos e infinidad de medios de comunicación inundan nuestra vida. Juntamente con esto hay fotografías, videos, películas, pinturas y muchos otros medios gráficos para deleitar la vista. Todo esto entretiene e informa, pero no se compara al contacto personal y directo para cultivar una relación. ¡Qué gran diferencia hay entre una fotografía de mi esposo y su presencia!
Todos los sentidos se despiertan cuando el ser querido está presente. La generosidad del Dios encarnado es incomparable: Emanuel, el Dios que está con nosotras. En algunas tradiciones religiosas, se piensa que el clero y algunas personas selectas tienen un acceso especial a Dios, como si Él mostrara a algunos hijos más amor que a otros.
Por la gracia del Dios verdadero, este no es el mensaje del evangelio. Las buenas nuevas traen consigo el maravilloso anuncio de que todos tenemos el mismo acceso a Dios, mediante Jesús. Amiga, no tienes que enviarle un mensaje a Dios a través de algún mediador humano. Al contrario, puedes entrar audazmente en Su presencia. Dios quiere verte y quiere dejarse ver.
Busca al Señor, abre tu corazón y tus ojos.
Dios te responderá directamente.